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Evas al Sur: blog de la mujer cienfueguera

Héroe con nombre bíblico

Héroe con nombre bíblico

  Cambiar los destinos es, para muchos, obra del mismísimo Dios; para otros, de la labor de los hombres y sus instintos. Cierto o no, la heroicidad de Juan Bautista Rodríguez Pimentel, de nombre bíblico, trastocó la pretensión de los infames y deshonestos, y permitió la restitución del hilo constitucional venezolano, en aquel fatídico mes de abril de 2002.
  Sencillo, humilde, de origen campesino y bolivariano, Juan Bautista siente y palpita con la Revolución de su país. A casi ocho años de aquella valiente iniciativa del entonces cabo de la Guardia Nacional, quien divulgó la nota escrita por  Hugo Rafael Chávez Frías, en la cual declaraba a su pueblo, familiares y al mundo que no había renunciado al poder legítimo, Juan Bautista visitó Cienfuegos, esta vez con una misión importante: constituir la tercera Base de Paz en Cuba, como respuesta a las instauradas en Colombia por el gobierno de los Estados Unidos.
  “Ya hemos creado una en el Instituto Internacional de Deportes en La Habana, otra en Matanzas y ésta, aquí en la Perla del Sur. La iniciativa fue de mi Comandante, con el propósito de refutar con dignidad y urgencia la escalada militar de los EE.UU. en nuestra América.
  ¿Qué son las bases de paz?
  “Son un centro de denuncia, debate y encuentro de los amantes de la paz y el progreso de la humanidad, donde buscamos el intercambio de ideas, propuestas, alertar acerca del peligro creciente sobre Latinoamérica sobre esta acción guerrerista.
  “Debemos permanecer atentos, pues las bases de Colombia tienen el objetivo de emplazar allí un gran número de tropas, aviones de combate y de carga, radares y técnica de espionaje, con una amplia capacidad de operar en Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia, Panamá y con potencialidades de acceder en las demás naciones del continente.
  “No podemos olvidar, ni por un momento, cómo el propósito fundamental de los  norteamericanos es la injerencia política en la región, por medio de la fuerza y la amenaza de invasión. Entre sus misiones están las de controlar las fuentes de energía, los recursos naturales y minerales estratégicos, las rutas comerciales, espacios aéreos y marítimos, imponer un modelo político y económico, ALCA, así como contener el avance democrático y de integración en el área, por ejemplo, el ALBA, UNASUR, PETROCARIBE y Telesur”, acotó Bautista.

CON UN NUDO EN LA GARGANTA

  Este aún joven soldado, con sus 43 años cumplidos, siente la voluntad de servirle a su pueblo y a la América toda. Con un nudo en la garganta rememora los hechos de abril del 2002, esos mismos que mantuvieron en vilo a millones de cubanos y latinoamericanos durante días hasta la madrugada del retorno del presidente Chávez al Palacio Miraflores.
  “¿Qué quien era yo antes? Un humilde campesino hecho soldado. Un hombre que había jurado serle fiel a su país. Hoy sigo siendo ese humilde hombre-soldado, dispuesto a dar mi vida por mi Comandante y por mi Revolución”.
  “¿No, qué va? Nunca imaginé alcanzar tanto reconocimiento. Todos hablan de cómo ayudé a restituir la constitución en mi país y al regreso al poder de mi  Presidente. Era mi deber como soldado; incluso, me llaman héroe. Existen muchos héroes anónimos a lo largo de la historia de nuestros pueblos de América. Hace ocho años me tocó a mí hacer algo justo, importante; mañana seguro serán otros”.
   “¿Cómo recuerdo los hechos? Aquello fue trascendental. La mano de Dios estuvo siempre presente, ayudándome, guiando mis pasos.
  “Realmente no sabía lo que estaba pasando en Venezuela, aunque laboraba en esos momentos en las instalaciones del Fuerte Tiuna, en el Instituto de Previsión Social de las Fuerzas Armadas. Era supervisor de las casas de recreación en las playas de Venezuela y estaba allí realizando algunas diligencias relacionadas con esos complejos recreacionales”, comenta.
  Era el viernes 12 de abril. “Como a las once llegó un helicóptero, lo cual me extrañó, porque en los diez meses que llevaba allí trabajando, nunca había aterrizado ninguno y mucho menos en horas de la noche.
  ”Al día siguiente, alrededor de las 6:30 a.m., coloco unas bombonas de gas en la camioneta y me dirijo hacia el grupo comando, conformado por unos 100 ó 150 efectivos, portando pasamontañas y fuertemente armados con fusiles de alta potencia, para ver si averiguaba algo. De nada me valieron las excusas para salir de allí, incluso pedí reunirme con el jefe de la base, pero no me recibió. Entonces, el compañero maestre Herrera, de la Armada, me puso al tanto de los hechos. ‘No le dejan salir porque aquí tienen al ciudadano Presidente de la República preso’. Él le estaba preparando café en ese instante”.
  En un descuido de quienes custodiaban a Chávez, Rodríguez Pimentel logró penetrar a la habitación. “Ahí estaba el Presidente, sentado en la mesa con los puños sobre el escritorio. Vestía un mono, franela blanca y  zapatos deportivos. Como únicas pertenencias llevaba un libro del Libertador Simón Bolívar y la Constitución. Me presento y es cuando procedo a preguntarle si era cierto lo de su renuncia, a lo cual respondió: ‘No, hijo, no he renunciado, ni renunciaré nunca’.
 “Le indico: ‘Mi comandante, si no ha renunciado, entonces usted sigue siendo mi Presidente’. Y me paré firme y volví a saludarlo. ¿Sabes? Le tenían una presión sicológica terrible, le decían: ‘firme…, renuncie...’. Me pongo a sus órdenes y le pido escribiera eso en un papel y luego lo metiera en la papelera. Después, procedí a sacar del cuartito donde le tenían detenido, aquel papelito con el importante mensaje: ‘Yo Hugo Chávez Frías, venezolano, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, declaro: No he renunciado al poder legítimo que el pueblo me dio’.
  “Y sí, cumplí la orden, tratar de darle publicidad a sus palabras. Gracias a Dios y a la Virgen de Coromoto, los acontecimientos fueron sucediéndose de tal manera que puede ir a los sitios indicados. Enrumbé mis pasos hacia Maracay, a la Brigada de los Paracaidistas, la cual era comandada por el coronel Martínez Hidalgo y le expongo: ‘Estoy cumpliendo una misión del ciudadano Presidente que está preso en Turismo’. Es cuando localiza al general Baudel, quien se encargo de divulgarlo por todos lados. El mundo supo la noticia y los venezolanos comenzaron a bajar los venezolanos de los cerros y a reunirse frente al Palacio, reclamando el retorno del Presidente”.
 Finalmente Rodríguez cuenta cómo se reunió con Hugo Chávez cuando llegó a Miraflores e intentó regresarle la carta, pero “al verme, me abrazó y le dije: ‘Presidente, aquí está la carta original. Se la entrego’. Me respondió: ‘Es suya. Guárdela como un recuerdo para la historia’.
  Juan Bautista no puede evitar la emoción cuando narra el hecho más significativo de su vida. “Estoy seguro de que si mis padres hubiesen estado vivos, sentirían un inmenso orgullo. Como ellos, soy un campesino, un guajiro, feliz de vivir en el estado Portuguesa, uno de los más revolucionarios de Venezuela”.
  El hoy agregado para Asuntos Sociales en la embajada de Venezuela, agradece la posibilidad de hablar para los cienfuegueros: “Son ustedes muy hospitalarios y tienen el privilegio de habitar una ciudad muy linda”, y partió raudo, a jugar pelota junto a los jóvenes estudiantes de Medicina, oriundos de su país, quienes habían compartido la historia de un soldado de tres soles con nombre bíblico.

4 comentarios

fabiola de rodriguez -

siempre a sido y seguira siendo un hombre con un gran corazon humanitario orgulloso de donde viene y de ser lo que es y siempre dando gracias a dios

Mercedes Caro -

Es cierto, Juan Bautista es uno de esos hombres, humildes, honestos, desinteresados, dignos, que más me han asombrado en los últimos tiempos. Disfruté inmensamente realizar esta entrevista y poder compartir con él, por eso se las he regalado. realmente valió la pena.

laura hernandez -

que bueno me alegra tanto exito...

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Si claro es un hombre que a luchado por lo que cree, cuesta encontrar gente asi ahora.