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Evas al Sur: blog de la mujer cienfueguera

Hablando de Género

Desigualdades de género: avances y retrocesos

Desigualdades de género: avances y retrocesos

  Pese a los avances producidos en la posición que ocupan las mujeres de todo el mundo y a un cierto cambio en el fortalecimiento del enfoque de género en las políticas públicas, nos encontramos inmersos en un sistema que continúa manteniendo y reproduciendo las desigualdades de género.

  Este sistema se basa en el mayor o menor acceso al poder y toma de decisiones, que se refleja en la medida en que mujeres y hombres debemos poder optar en igualdad de oportunidades tanto por el mundo laboral como el sector económico y productivo.

  Las desigualdades de género se potencian en contextos donde las diferencias sociales son elevadas, pero también nacen en sociedades mucho más avanzadas socialmente como las europeas.

  Pasos adelante, como la aparición de nuevas actoras de la sociedad civil y logros en las leyes, conviven con retrocesos con respecto al aumento de los casos de violencia contra las mujeres, precisamente cuantas mayores cotas de poder son logradas y mayores espacios públicos ocupados.

  Las desigualdades que afectan a las mujeres se visibilizan en el ámbito social, a través de procesos de marginación y exclusión, en el plano político, con la desigual participación en la toma de decisiones y, en el ámbito económico, definiendo diferencias de ingresos y de acceso al sistema económico, principalmente.

  Durante el último año hemos asistido a la puesta en marcha de distintas campañas tanto nacionales, como especialmente internacionales, que persiguen atajar una de las principales consecuencias de las desigualdades de género: la violencia contra las mujeres.

  Este es el caso de la campaña lanzada por el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, para combatir la violencia hacia las mujeres. Dicho paso adelante, junto con otros esfuerzos por parte de gobiernos cada día más sensibilizados con el problema de la violencia de género, no debe confundirnos con la realidad de las cifras y de los indicadores, que hablan del modesto avance en la posición de las mujeres, lejos de convertir la igualdad formal en igualdad real.

  Paralelamente, se han producido progresos en el cuidado que de la mujer hacen los medios de comunicación en España. Por motivos más o menos oportunistas, el Gobierno español, junto con las principales cadenas de televisión públicas y privadas, se comprometieron a crear la figura de Defensor de la Igualdad y a involucrarse activamente en la adecuada y justa construcción de identidades de género con la difusión de imágenes positivas sobre las mujeres.

  Como vemos, se van logrando avances legislativos en la búsqueda de la igualdad entre géneros pero, al mismo tiempo, seguimos asistiendo a ciertos retrocesos en cuanto a la escasa protección y desamparo de las mujeres ante la ley.

  Esta situación la evidencia la violenta campaña de insultos y acusaciones graves que sectores ultraconservadores llevaron a cabo en contra de clínicas abortivas en España, demostrando cómo un derecho reconocido en la Constitución, después de años de lucha de las mujeres, es tirado por la borda en el momento en que tanto médicos, clínicas, como las propias mujeres --estando dentro de los supuestos estipulados por la ley de interrumpir su embarazo-- ocupan el banquillo de los acusados.

  Según la profesora Nieves Sanz: "La mujer como individuo puede sufrir cualquier tipo de acción violenta o no, y ser víctima de un delito contra las personas al igual que el hombre, pero ella es también víctima de una serie de delitos por su condición de mujer".

  Es así, dice Sanz, víctima y autora según el Código Penal, ya que el aborto es un delito siempre que no respete los supuestos de la ley, una ley que en ocasiones es injusta y que afecta a las mujeres más pobres y con menos recursos.

  Sanz es autora del texto "La mujer y su libertad sexual: Tráfico de personas y prostitución", incluido en el libro La igualdad como compromiso, publicado por el Centro de Estudios de la Mujer, de la Universidad de Salamanca. (Paloma Lafuente. Fuente: CIMAC)

Género y Comunicación en función de la igualdad humana

Género y Comunicación en función de la igualdad humana

  El VIII Encuentro Iberoamericano de Género y Comunicación, convocado por la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y la Asociación de Comunicadores Sociales (ACCS) se celebrará en La Habana, Cuba, los días 27, 28 y 29 de mayo próximos.

  Frente a la visión patriarcal que prevalece en los grandes medios de  comunicación hegemónicos  transnacionales han nacido muchas experiencias de comunicador@s en el mundo que ofrecen un discurso mediático con perspectiva de género. Agencias de noticias, publicaciones periódicas, radios comunitarias, sitios en Internet, observatorios de medios, redes, páginas personales, talleres de capacitación y otras prácticas alternativas abordan la realidad desde una mirada incluyente y no sexista en la búsqueda de ese mundo mejor que sabemos posible. 

  Temas ya tradicionales en este espacio como el reconocimiento a la diversidad, los estudios de masculinidad, la cultura de paz, el movimiento antiglobalización neoliberal, las nuevas tecnologías de la información en su dimensión comunicacional, la propaganda y la publicidad, la ecología, la salud sexual y reproductiva entre otros ocuparán los debates en talleres, paneles, pósters y conferencias, en este VIII Encuentro, que tendrá como lema central “Multiplicando voces hacia una comunicación no sexista”.

 Las ponencias serán agrupadas en seis comisiones: Experiencias comunicacionales alternativas a la comunicación androcéntrica; Género, violencia y cultura de Paz; Género y Medios de Comunicación Masiva; Género, masculinidades y diversidad; Género, sexualidad, salud, ciclos vitales y otras articulaciones; y una dedicada a la muestra de productos comunicativos con perspectiva de género.

 

“En los medios de Cuba no podemos hacer como hace la publicidad capitalista, para la que existe un solo tipo de mujer”

“En los medios de Cuba no podemos hacer como hace la publicidad capitalista, para la que existe un solo tipo de mujer”

 

Entrevista a Isabel Moya, directora de la revista Mujeres y experta en género y comunicación


  Isabel Moya es periodista cubana, directora de la revista Mujeres y Muchacha, así como de la Editorial de la Mujer. Es presidenta de la Cátedra de Género y Comunicación del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, de La Habana. Además, es coautora de "Las cubanas ante el fin de siglo, realidades y desafíos" (1995) e "Imagen de la mujer en los medios en la era de la globalización neoliberal" (1998), y autora de "De Gutemberg al microchip: rompiendo silencios" (2001). Cubainformación le entrevistó en el plató de televisión por Internet instalado en el Cine Capitol, de Bilbao, durante la Muestra del Festival de Cine Pobre de Gibara, organizada por la ONG vasca Mugarik Gabe en coordinación con el citado festival cubano. En este evento, Isabel Moya impartió una interesante conferencia sobre género y comunicación.

 

Género y comunicación, un tema del que eres experta. ¿En Cuba eres un poco vanguardia?

 

  Realmente soy una apasionada del tema, porque creo que los medios hoy son estratégicos, tienen una centralidad como socializadores de normas, de juicios de valor, de conceptos, de valoraciones; y de una u otra manera, incluso aunque uno no quiera exponerse a los medios, te asaltan. Te asaltan desde una valla, te asaltan desde la música de un taxi. Dice Silvio Rodríguez en una canción que la voz de las antenas va sustituyendo a Dios, un poco para graficar con una metáfora poética la centralidad del discurso mediático en el mundo contemporáneo.

  Por eso pienso que no puede haber realmente una comunicación más plural, más democrática, si están ausente por una parte las voces de las mujeres, y si por otra parte la imagen, tanto de las mujeres como de los hombres, se sigue representando a través de los estereotipos. Se ha logrado, en algunos países, una mayor participación de las mujeres en la vida pública, se ha logrado mucho desde el punto de vista legal, pero desde lo simbólico, desde lo cultural, seguimos todavía muy atrás.

  Y eso es lo que de alguna manera explica por qué fenómenos como la violencia de género siguen teniendo tanta presencia en determinadas sociedades y, porqué, incluso aunque hay participación importante de las mujeres en la vida pública, todavía no es así en “los lugares de toma de decisiones” -como dirían en Naciones Unidas-, o “donde se corta el bacalao” -como diríamos en Cuba-. Es realmente apasionante para mi trabajar y estudiar acerca de este tema.

No es sólo la imagen que los medios ofrecen de las mujeres sino también la presencia en las propias estructuras de las empresas mediáticas. ¿El famoso “techo de cristal”?

 

  Sí. Hay que decir que en los grandes medios transnacionales, pero también en los propios medios cubanos, hay mucha presencia de mujeres. Sin embargo, cuando analizas en qué puestos están, la cosa cambia. En el caso de Cuba, han logrado mucho protagonismo en la radio, como dirigentes en emisoras, etc. Pero todavía la prensa impresa esta prácticamente en su totalidad dirigida por hombres.

 

La excepción podría ser, como no podía ser menos, la revista Mujeres, ¿desde cuándo existe esta publicación que tú diriges?

 

  Mujeres y yo tenemos una especie de unión simbólica, porque Mujeres nació el 15 de noviembre del año 1961 y yo nací el 25 de noviembre de ese mismo año. Así que no sé si fue mi aché o mi karma, pero cuando me gradué de Periodismo me tocó hacer allí lo que en Cuba llamamos el servicio social. Me apasioné con el tema, tanto que hoy la dirijo.

  Es una revista que tiene 46 años, con una salida trimestral y una tirada de 139.000 ejemplares. Es grande, pero insuficiente, teniendo en cuenta que la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), su patrocinadora, tiene más de cuatro millones de mujeres afiliadas.

 

¿Cómo es el trabajo cotidiano de Isabel Moya?

 

  Dirijo la Editorial de la Mujer y la revista Mujeres. La Editorial es una de las dependencias de la Federación de Mujeres Cubanas que se dedica fundamentalmente a sus publicaciones. Hacemos tres publicaciones periódicas: Mujeres, que es de alguna manera la insignia; un periódico que se llama Muchacha, también trimestral, con 100.000 ejemplares; y también tenemos Mujeres en la web, que la hacemos semanalmente y que tiene una tremenda acogida.

  Pero además publicamos libros. En la última Feria del Libro de La Habana presentamos diversos trabajos. Uno de ellos, uno de los mejor acogidos –cuando salía para acá estaba en el segundo lugar de ventas- se llama “Enigmas de la sexualidad femenina”. Este libro ha tenido un gran impacto, también, debido a Vilma Espín, presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas y fallecida recientemente. Ella fue la primera en Cuba que abordó los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, pero también la sexualidad desde el derecho al placer de la propia mujer, y no sólo como ha sido construido culturalmente, para complacer al otro. Realmente, este libro es novedoso porque abordamos la sexualidad de las mujeres ampliamente, es decir, no sólo la sexualidad heterosexual que es la que normalmente se aborda, sino en general, también la sexualidad de las mujeres lesbianas, cómo se expresan, qué problemas de salud y reproductivos tienen. Yo digo siempre que es el primer intento, por lo que estoy segura que faltan cosas, pero ya dimos el primer paso en el camino a entender que la heterosexualidad no es la norma ni debe verse como la norma, y a evitar ver el resto de las orientaciones y conductas sexuales como anormales, como nos han hecho creer desde la cultura androcéntrica y patriarcal.

 

Esa cultura androcéntrica y patriarcal está en todos los países. ¿Cuba, a pesar de su Revolución y todos sus logros, todavía mantiene estos patrones?

 

  Sin duda. Hemos avanzado muchísimo en relación con el año 1959, sobre todo hay una presencia femenina cuantitativa muy fuerte en la vida pública. Hay una película famosa que se llama “Un día sin mexicanos”, que de alguna manera hace una ironía sobre la debacle económica que ocurriría en Estados Unidos si desaparecieran todos los trabajadores inmigrantes mexicanos. Lo mismo ocurriría en la Fiscalía de Cuba, donde más del 70% son mujeres. Asimismo, en la colaboración médica en el exterior el 52% del personal de la salud que está en más de 33 países de todo el mundo son mujeres.

  Todavía en lo subjetivo tenemos mucho que hacer, porque los cambios que dependen de la conciencia, de la cultura, no se estructuran automáticamente desde cambios en la vida económica o en la legislación. Por eso, para nosotras el trabajo de la revista, el trabajo en los medios, es tan importante, porque es ayudar a cambiar estereotipos, porque es ayudar a socializar nuevas ideas, nuevas representaciones de lo femenino y de lo masculino. Es un campo más complejo, podemos lograr consenso y aprobar una ley, pero después esa ley pasa por las costumbres, por los juicios de valor y por las mismas decisiones personales, influenciadas por la presión social que norma, que dicta qué es lo correcto o lo incorrecto.

 

Imagino que te hábrás encontrado, en ocasiones, con impedimentos, con incomprensiones sobre tu labor.

 

  A veces me pasa con mis diseñadores. Por ejemplo, en la portada de la revista siempre aparece una mujer. Si elegíamos una mujer de más de 50 años, me decían “ay, no, esta portada no va a gustar porque es una mujer vieja”. Yo les decía: “¿cómo? Si nosotros estamos planteando que lo natural es la diversidad de las edades, que no podemos hacer como hace la publicidad capitalista, la publicidad comercial, para la cual sólo existe un tipo de mujer, que es una mujer joven, de determinado sector, con determinado color de la piel...”.

  Pero poco a poco he ido ganando el terreno y hoy ya lo asumen. Igual ocurre con la diversidad racial. Cuba es una país que tiene una diversidad racial muy rica. Ha dicho Nicolás Guillén que hay un “color cubano”.

  Desde Mujeres, desde sus portadas, desde las fotos interiores, tratamos de ser muy cuidadosas, para poder reivindicar que la belleza es también una construcción cultural. Que lo considerado bello o feo es también una construcción cultural, y que podemos socializar que lo diverso es lo bello, y que de ninguna manera lo diverso es inferior.

  En ese sentido trabajamos, luchamos mucho y creo que poco a poco hemos ido logrando avances, y me siento contenta realmente de cómo trabaja el colectivo hoy, discutimos mucho las ideas. A veces yo llevo un tema y si el colectivo no lo aprueba… bueno, tratamos de darle otra vuelta.

 

Esos cánones de belleza de los que hablas, procedentes de la publicidad, no son reales, ya que la inmensa mayoría de las mujeres del mundo no los cumplimos...

 

  Es indudable. La ponencia que traigo a este Festival organizado por Mugarik Gabe se llama “Género, imágenes e imaginarios”. Se detiene en esta especie de mujer global, diseñada por los medios, que no responde para nada a la media de las mujeres.

  Se dice que cualquier Miss Universo tiene como peso un 20% promedio menos que una mujer considerada bien en su peso. Lo más terrible de estas pautas normativas es que crean inseguridad y baja autoestima. No sólo es la anorexia y la bulimia, de las cuales se habla mucho y que sin duda son muy graves, sino también otras formas de manipulación del cuerpo a través de la cirugía estética, los implantes de mama,…

  Vuelve a utilizarse un hecho biológico y natural para controlar a las mujeres. No es fácil decirlo públicamente, ya que el discurso políticamente correcto no lo permite, pero se sigue tratando de controlar a las mujeres a partir de normar su cuerpo y sobre todo de negar la diversidad de edades. Las mujeres de cierta edad están ausentes de los medios, no las ves nunca, en el cine, en la televisión y mucho menos en la prensa impresa, que se ha ido convirtiendo en un espacio donde se negocia el poder y que es un espacio de élite.

 

Recordando la necesaria "sororidad", solidaridad entre las mujeres de la que habla Marcela Lagarde, ¿qué alianzas tenéis a nivel internacional?

 

  Desde Cuba tenemos dos acciones con mirada internacional que nos parecen muy importantes, coordinadas con la Unión de Periodistas de Cuba y la Federación de Mujeres Cubanas. En el Instituto Internacional José Martí de Periodismo creamos una Cátedra de Género y Medios de Comunicación, y hacemos un diplomado internacional en febrero todos los años. Este diplomado lo dedicamos al Observatorio de Medios, y tenemos un sueño que todavía es sólo una semillita: de hacer un Observatorio Iberoamericano de Medios a partir del establecimiento de redes.

  Además, celebramos cada dos años un Encuentro Iberoamericano de Género y Comunicación, a partir del cual hemos ido consolidando alianzas muy importantes con organizaciones de mujeres y con medios alternativos. Creo que, muchas veces, aunque los medios alternativos son muy importantes, a veces quedan cortos. Tenemos que visibilizarlos más creando red. Si tú tienes un medio, haz un link al mío, yo hago un link al tuyo, y de esa manera nos multiplicamos, nos hacemos más visibles. En los años 60 una frase famosa decía: “el pueblo unido jamás será vencido”. Hoy nosotras tenemos que decir: “Las mujeres en solidaridad venceremos”. (Tomado de Rebelión)

 

Los hombres sí lloran

Los hombres sí lloran

 

  Cada vez que escucho la frase no dejo de asombrarme: ¡los hombres no lloran!, resuena en mis oídos, y a continuación me pregunto: ¿la capacidad de llorar es exclusiva de las mujeres?; ¿Tendrá que ver, en exclusiva, con el sexo?; ¿los cromosomas X o Y tienen implicación en aquello de derramar lágrimas?

  Erróneamente esa capacidad se asocia con debilidad, pero en raras ocasiones nos detenemos a pensar que el asunto tiene mucho que ver con los sentimientos. De modo que cuando vemos a alguien llorar se trata, sin dudas, de un individuo que está sintiendo algo muy profundo: dolor, tristeza, alegría, emoción...

  Los latinos somos considerados gente de sangre caliente, en cambio los europeos son catalogados como personas frías, que no exteriorizan sentimientos, sin embargo, el concepto de hombría es tenido por acá, por nuestras tierras, como sinónimo de rudeza, machismo, donde no cabe ver a un hombre llorar. Ahí es donde nos contradecimos, porque si somos de sangre caliente se supone que derramemos lágrimas con facilidad.

  Hace muy poco vi a un hombre llorar, un colega con muchísimos años de vida y de trabajo, la emoción lo embargó en un encuentro donde se hablaba de lo mucho que pone de sí un periodista cuando narra hechos y sucesos, y de cuánto de uno mismo va en cada crónica. Entonces vi a ese hombre enorme en su estatura, con un montón de años a cuestas, como un ser humano común, que siente, se estremece y vive con intensidad.

  Julio César, mi hijo de once años, me preguntó recientemente: ¿porqué los varones no pueden llorar?; indagué sobre la génesis de su interrogante, “lo dicen mis amigos de la escuela, y la maestra”, entonces comprendí cuan enraizada está en los cubanos la creencia de que los hombres no deben llorar.

  Nuestros antepasados, unos 6 millones de años atrás, derramaban lágrimas. Algunos investigadores coinciden en afirmar que ciertos grupos humanos realizaba rituales para llorar a sus muertos, de modo que el asunto tiene su historia.

  “...los hombres lloran como las mujeres, porque tienen como ellas débil el alma”, dice un poeta y en ello está presente lo que antes afirmaba, aquello de que el llanto muchas veces se asocia con debilidad. ¿Cuántos hombres habrán dejado de exteriorizar sus sentimientos por temor a ser calificados de mujercitas? ¿Cuántos remachos reprimen lágrimas de dolor o alegría para crearse la aureola de tipos duros?

  Dígase ser humano y se estará hablando de hombres y mujeres, niños y niñas, muchachas y muchachos, ancianos y ancianas, todos con permiso para llorar, sentir, estremecerse, porque para ello la Naturaleza nos dotó de esa capacidad, la de derramar lágrimas. Hacer uso de ella no va contra ninguna norma, ni tiene nada que ver con hombría, sexo o cromosomas.

  Ahora, desde el punto de vista médico, este líquido lubrica los ojos y los protege de sustancias extrañas e infecciones. La protección contra infecciones se produce porque las lágrimas contienen sales y lisozima, una enzima que destruye las bacterias. En otro orden, cuando el flujo de lágrimas es abundante, como ocurre en los caos en que se produce irritación, el exceso de líquido que no puede ser recogido por los conductos lacrimales reboza por los párpados, arrastrando los cuerpos extraños demasiado grandes para atravesar los conductos lacrimales.

  De tal modo les puedo aconsejar llorar, es medicina para el alma, porque nos recuerda estar vivos y que sentimos; pero al mismo tiempo es saludable para los ojos, la ventana por la que nos asomamos a este mundo en el que nos definimos como seres humanos. (Magalys CHAVIANO ÁLVAREZ)

 

 

 

Violencia en el siglo XXI

Violencia en el siglo XXI   La violencia de género es quizás una de las que más perdura en el mundo moderno. En Cuba a pesar de los avanzados programas educacionales de la Revolución y de todas las ventajas alcanzadas, todavía existen mujeres que se ven limitadas de trabajar, estudiar y participar en actividades sociales por prohibición expresa de sus esposos.
  De ahí que un grupo multidisciplinario, con el auspicio del Ministerio de Salud Pública, implemente en
Cienfuegos un nuevo programa de atención a las féminas, en el que resalta como novedad la creación por vez primera de un servicio de consejería anónima por vía telefónica o cara a cara, con la facilidad de poder intercambiar con diferentes especialistas sobre el tema.
  También, la Casa de Orientación a la Mujer y la Familia reordenará sus consultas e incluirá en ellas a abogados, psicólogos, trabajadoras sociales, activistas de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y otros sectores de la sociedad cubana. ¿Objetivo? Incrementar la información sobre los derechos de la mujer.
  "La verdadera raíz de la violencia está en el ejercicio del poder dentro de la pareja. Aún permanece la educación patriarcal en la formación de los nuevos miembros de las familias. Todavía se educan diferentes a los niños y las niñas. La desigualdad entre el hombre y las féminas está vigente en el siglo XXI", asegura Laura López Angulo, Máster en Psicología de la Salud.
  Las investigaciones señalan que la violencia conyugal es la más frecuente en el medio intrafamiliar. Constituye una problemática tan extendida como oculta. En la mayoría de los casos, sólo las victimas recurren a las autoridades o centros hospitalarios cuando las agresiones superan los niveles de tolerancia.
  Al decir de Laura López, la violencia se manifiesta a través de un ciclo. La primera fase comienza con amenazas verbales y humillaciones. Después hay una acumulación de tensiones y la violencia física entra a protagonizar la escena familiar. A esta etapa le sigue un período de calma, donde las féminas retiran todos los deseos de denuncias, sin saber que pronto volverán los maltratos y agresiones, pero esta vez con más fuerza.
  El alcoholismo, la drogadicción y los trastornos psicológicos podrían ser los factores que más influyen en comportamientos violentos. Aunque en el caso particular de Cuba, el fenómeno está asociado a conductas machistas y patriarcales.
  Sin dudas la violencia de género incluye una limitación constante de los más elementales derechos. Pero son las mujeres las primeras que, concientes de sus potestades, tienen que dar el no definitivo a la agresión física, mental y económica.  El reto sigue en pie.
(Zulariam PÉREZ MARTÍ)

Vergonzosa violación a los derechos de la mujer

Vergonzosa violación a los derechos de la mujer   Hace unos días la ciudad amaneció conmocionada con el asesinato de una joven a manos de su esposo. Escenas como éstas se suscitan a diario en otras naciones del mundo; sin embargo, nos cuesta pensar que ocurran en nuestro territorio, y es que no estamos indemnes de este problema universal, está allí, latente, dentro algunos hogares cubanos.

  Esto hace pensar que todavía hay mucho por hacer en materia de lucha contra los maltratos a las féminas. Somos una de las naciones con mayores adelantos si tenemos en cuenta el desarrollo alcanzado por las cubanas, lo cual les permite enfrentar cualquier manifestación de violencia: programas de capacitación, las casas de orientación a la mujer y la familia en todos los municipios del país y su plena incorporación al trabajo, figuran entre los caminos que se han consolidado para su avance. 

  Incluso se han dado serios pasos en los cambios requeridos por la legislación cubana, aprueban resoluciones en la Asamblea Nacional, o realizan modificaciones al Código Penal, con el objetivo de contribuir a la protección de la mujer y las niñas.

  La Organización Panamericana de la Salud, la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe (RSMLAC) y otras instituciones hablan de una epidemia invisible, cuyas consecuencias pudieran no ser mortales en algunos casos, pero en otros, como el ejemplo anterior, sí.

  El mal existe en todos los países del mundo, como mal heredado de la desigualdad y de la inequidad genérica. Algunas naciones exhiben progresos y en otras constituye hoy un grave problema en tanto forma parte del panorama desolador legado por el neoliberalismo. Veamos algunos ejemplos:
  Entre el 40 y el 70 por ciento de las mujeres asesinadas mueren a manos de sus esposos o parejas en latitudes como Australia, Canadá, Estados Unidos o Sudáfrica. En Colombia, cada seis días muere una mujer a manos de su compañero, mientras que en los últimos diez años cientos de ellas han sido secuestradas, violadas y asesinadas en Ciudad Juárez, en el norte de México.

  Según el Instituto de la Mujer, de España, cada semana muere una mujer asesinada por su marido, compañero o novio de diversos modos: apuñaladas, atropelladas, quemadas vivas, descuartizadas, lanzadas al vacío; y 600 mil españolas confiesan haber sufrido malos tratos alguna vez en su vida.

  En Estados Unidos esta cuestión afecta a 32 millones de estadounidenses cada año. Cada nueve segundos una norteamericana sufre de maltrato físico, verbal, psicológico, de abuso sexual o económico, y más de tres son asesinadas por su pareja íntima, según referencias de los Centros para Control de Enfermedades y del Instituto Nacional de Justicia.

  El costo de la violencia que sufren las estadounidenses a manos de sus parejas supera los 5 mil 800 millones de dólares al año: 4 mil 100 millones son para servicios de atención médica y sanitaria directa, mientras que la productividad pierde cerca de mil 800 millones de dólares.

  La violencia de género causa más muertes e incapacidad entre las mujeres de 15 a 44 años que el cáncer, la malaria, los accidentes de tráfico e incluso la guerra. De acuerdo con la UNICEF, solo uno de cada tres casos de abuso sexual en América Latina es denunciado, y de ellos, el 80 por ciento corresponde a niñas o adolescentes.

  Como pueden observar el panorama no es nada halagüeño para las mujeres del planeta, por eso ninguna e las acciones que se adoptan resultan suficientes.

  Es necesario hacer más en la Isla para proteger a las cubanas de tantos abusos por parte de los esposos u otro familiar, porque aunque se han adoptado leyes, resoluciones y disposiciones, no bastan, pues aún existen algunas mujeres que son golpeadas en sus hogares, amenazadas de muerte o violadas.

 La cultura del terror" La extorsión
el insulto
la amenaza
el coscorrón
la bofetada
la paliza
el azote
el cuarto oscuro
la ducha helada
el ayuno obligatorio
la comida obligatoria
la prohibición de salir
la prohibición de decir lo que piensa
la prohibición de decir lo que sienta
y la humillación pública
son algunos de los métodos de penitencia y tortura
tradicionales en la vida de la familia.
Para castigo de la desobediencia y escarmiento de la
libertad, la tradición familiar perpetúa una cultura
del terror que humilla a la mujer, enseña a los hijos
a mentir y contagia la peste del miedo. Los derechos
humanos tendrían que empezar por casa..."
 Eduardo Galeano
Uruguay - 1989    

SITUACIÓN DE LA MUJER EN EL MUNDO

  Cuba denunció que es imposible hablar del empoderamiento de la mujer, cuando el rostro femenino es el de la mayoría de las víctimas de guerras, hambre, desigualdad, enfermedades prevenibles, racismo y xenofobia.  Son las mujeres las que más sufren la tragedia de la violencia doméstica, el tráfico de personas, la prostitución forzada y el VIH/SIDA. Las mujeres representan también el 60 por ciento de los pobres del mundo y los dos tercios de sus analfabetos.  En este sentido sin una firme voluntad política no será posible hacer realidad los trascendentales compromisos en materia de adelanto de la mujer. Los esfuerzos nacionales, especialmente en los países en desarrollo, necesitan la complementación de la cooperación internacional.  Esa colaboración debe ser justa y equitativa, basada en un clima de respeto a la soberanía, la independencia, la libre determinación de los pueblos y la no injerencia en los asuntos internos de los Estados.  La lucha en Cuba contra la discriminación por motivos de género y el avance en el empoderamiento de la mujer, nos coloca con resultados importantes, que superan metas internacionales.  las mujeres cubanas participan activamente en los proyectos de cooperación establecidos con numerosos países en desarrollo de África, Asia y América Latina.  Esos esfuerzos han reconocidos en el Comité de Expertos de la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer. Todos estos avances indiscutibles han sido alcanzados a pesar de las consecuencias del injusto y unilateral bloqueo económico, comercial y financiero que el gobierno de Estados Unidos ha impuesto a Cuba, bloqueo que constituye, además, la mayor forma de violencia contra las cubanas.  El cumplimiento de los acuerdos de las conferencias y cumbres mundiales, y particularmente de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer y la implementación de la Plataforma de Acción de Beijing se mantendrán como objetivos permanentes en nuestro país.

MARGINACIÓN Y VIOLENCIA PARA MILLONES DE NIÑAS EN EL MUNDO

En el mundo 60 millones de niñas no asisten a la escuela. A causa de su sexo, entre 60 y 100 millones de niñas fueron víctimas de feticidios, infanticidios, desnutrición y mala atención médica. Más del 90 por ciento de las empleadas domésticas son niñas entre 12 y 17 años. En algunas regiones del mundo el porcentaje de seropositividad al virus del Sida es cinco veces mayor entre las niñas que entre los varones.

Por estas razones, Visión Mundial empezó a trabajar desde 1991 en el tema de "La Niña" como una iniciativa internacional que establece como prioridad el apoyo al desarrollo y al ejercicio de sus derechos, informa un boletín de la organización.

Pero a pesar de los esfuerzos, aún entre las ONG, las niñas continúan siendo invisibles en las estadísticas y por las estadísticas.

La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) señala la necesidad de enfocar esfuerzos al respeto de la dignidad del ser humano, sin distinción de sexo. Sin embargo, esto no ha sido una realidad en el caso de la población femenina. Las mujeres, históricamente y desde que son niñas, han sido criadas en una condición de subordinación, discriminación y violencia que ha marcado su futuro y ha impedido una mejor calidad de vida, especialmente asignando en sus hombros responsabilidades que no le corresponden.

Se entiende por discriminación tradicional aquella práctica y costumbre "aceptada" socialmente y que viola los derechos de la población más vulnerable, causando daño físico, emocional y social. Entre las formas de discriminación tradicionales en contra de las niñas se menciona la preferencia hacia el hijo varón, el infanticidio de las niñas, tabúes nutricionales y prácticas tradicionales de nacimiento que las discriminan,
la mutilación genital femenina, el pago de dote o precio por la novia, casamientos y embarazos prematuros.

Lo anterior, aunado a que el proceso de socialización de las niñas y de los niños se da bajo roles asignados, produciendo en ellas y ellos comportamientos aprendidos que limitarán su desarrollo  personal y su propia autoestima. Esta forma de socialización provee las normas -ambas implícitas y explícitas- para las prácticas discriminatorias tradicionales que se perpetúan con el tiempo y se hacen costumbre.


Hablar de la situación de las niñas es también, proyectarse a la situación de las mujeres adultas. Los estudios revelan que la discriminación lleva a la violencia que se inicia desde muy temprana edad y se perpetúa en la adultez, siendo diversas las anifestaciones de violencia durante el ciclo de vida de esta población:

ABORTO SELECTIVO

 El infanticidio ha sido utilizado como un método brutal de planificación de la familia en sociedades donde se valora más a los niños que a las niñas desde el punto de vista económico y social.
Las mujeres experimentan una extrema presión de parte de sus familias para matar a las niñas, aunque no hay estadísticas fiables sobre el infanticidio. En esas zonas donde se practica persiste el desequilibrio en la cantidad de habitantes de uno u otro género. Por lo tanto, la aceptación cultural del infanticidio femenino, pasivo o activo, perpetúa el bajo estatus de las niñas.


MATRIMONIOS PREMATUROS FORZADOS

 UNICEF señala que los matrimonios infantiles ocurren en muchas partes del mundo. Esta es una práctica muy común en otros continentes, tanto como en América Latina y el Caribe, y en cierta medida en algunos países "desarrollados".

En el caso de  Latinoamérica, dentro de algunas comunidades rurales, el matrimonio forzado es una práctica común, donde se han identificado matrimonios con niñas hasta de 12 años. El inicio de la primera menstruación es un indicador que las niñas están "listas" para convivir en pareja, comúnmente con hombres que les duplican o triplican la edad.

En México, se tienen noticias de prácticas matrimoniales forzadas con niñas a cambio de un pago en especie o dinero, según convenga a las familias. Estás prácticas se dan con más frecuencia en regiones alejadas de las grandes ciudades.

Las consecuencias asociadas con los matrimonios en la niñez y la adolescencia más evidentes y perjudiciales son los embarazos prematuros. Según la UNICEF, cada año nacen 15 millones de bebitos producto de embarazos de niñas y muchas de ellas se enfrentan al parto sin ningún tipo de información. Las complicaciones del embarazo son la mayor causa de mortalidad entre adolescentes en el mundo.

Los embarazos prematuros significan alto riesgo de tener hijas o hijos de bajo peso al nacer, lo cual aumenta la mortalidad infantil, entre otros. Ésta situación reduce las oportunidades de las niñas para continuar su educación y tener un proyecto de vida. A la par de las razones culturales, otra de las causas principales es la pobreza, ya que muchas veces las niñas significan una carga económica y su matrimonio con alguien mayor es visto como una estrategia de supervivencia familiar.