Aún crecen las siemprevivas
Por Mercedes CARO NODARSE
Rita Suárez del Villar, activista insigne de la clandestinidad en las luchas independentistas del mambisado cubano, puede ser ahora mejor conocida por las nuevas generaciones, a quienes su presencia llegó quizás mediante una tarja encontrada por azar en su recorrido por alguna calle de la ciudad de Cienfuegos.
La figura de La Cubanita, como se le conocía en el clandestinaje, convertida en una historia de vida que, sin traicionar el acontecer histórico de la época, lleva el aderezo de las licencias literarias, llega en forma de biografía novelada, escrita a cuatro manos por Doris Era González y José Díaz Roque, dos acuciosos investigadores de la historia cienfueguera, los cuales "en un recorrido atípico y muy personal por la vida de Rita, nos devuelven una obra con elementos de novela intimista, de diario y testimonio".
Aún crecen las siemprevivas, vida de Rita Suárez del Villar es el título del libro que recientemente presentó la Editorial Mecenas de la ciudad y que nos habla del rol desempeñado por esta mujer en su lucha contra el coloniaje español.
Libretas de apuntes, documentos personales y un epístolario devenido hallazgo patrimonial y bibliográfico donde se enrolan importantes figuras de la historia cubana, como Máximo Gómez y Enrique Villuendas, son develados en el libro, como resultado de la pericia de sus autores.
La idea surge a fines de la década de los 80, cuando los investigadores conocieron de la existencia de documentos relacionados con la vida de la patriota cienfueguera, en poder de una sobrina.
Una investigación que les llevó tres años de trabajo hizo posible el ordenamiento de una biografía mecanuscrita, acompañada de grandes índices bibliográficos, mucho más prolija que la publicada en la actual edición de Mecenas y que hoy es atesorada como fuente de consulta en la Sala de Fondos Raros y Valiosos de la Biblioteca Provincial Roberto García Valdés, de la ciudad de Cienfuegos.
"Salvar la historia de Rita, una mujer consagrada a la Patria, al servicio a los demás, de una fragilidad física que contrastaba con su fortaleza de espíritu, fue un atractivo fuerte para escribir la obra, máxime si la considero una figura no suficientemente divulgada", confesó Díaz Roque, uno de sus autores.
La orden nacional de Honor al Mérito Mariana Grajales por los servicios prestados a la Patria le fue concedida a Rita Suárez del Villar el 27 de junio de 1954 y aunque la figura de Fulgencio Batista intentó manipular su nombre para crear precedentes de integridad moral y patriótica en su gobierno, la figura de la ilustre cienfueguera brilló con la luz propia que la equipara a otra mujer de estirpe mambisa: Mariana Grajales.
Es esta biografía novelada un acercamiento de las nuevas generaciones a la figura de Rita, y a los lugares desde donde La Cubanita selló una historia de compromiso con Cuba.
Deviene también en una invitación al lector para conocer más de esa historia que nos singulariza, esclarecer la vida de esta proverbial cienfueguera y arrojar otros signos de luz sobre figuras asociadas a las gestas independentistas cubanas, como Máximo Gómez, Enrique Villuendas y Loynaz del Castillo, este último, el padre de la renombrada escritora cubana Dulce María Loynaz.
En los anaqueles de las librerías de la Perla del Sur espera un libro que devela a la hija de la ciudad de Cienfuegos, en cuya tumba gloriosa vaticinó el Generalísimo, amigo incondicional suyo, habría siempre una profusión de siemprevivas, colocadas allí por manos cariñosas.
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