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Evas al Sur: blog de la mujer cienfueguera

Anne Marie Arroyo: Desterrar lo injusto con la lanza del Quijote

Anne Marie Arroyo: Desterrar lo injusto con la lanza del Quijote


 “Padezco del síndrome del Quijote”, comenta Anne Marie Arroyo, presidenta de uno de los comités de apoyo a Cuba, del País Vasco, y miembro del  Comité Director Francia-Cuba. Mujer de grácil sonrisa  y andar salamero reconoce cómo el padecimiento la obliga a arremeter contra todos los desafueros, tal como hacía el protagonista de la obra de Miguel de Cervantes; “no importa cuán grandes sean los obstáculos ni si los golpes son monstruosos. Lo importante es saber levantarse y continuar luchando.
  “Hay muchos Quijotes por el mundo. Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Fernando González, Gerardo Hernández y René González, lo son. Percibo que a América Latina le nacieron muchos otros, como José Martí, Antonio Maceo, Simón Bolívar, Che Guevara, Fidel Castro, Hugo Chávez, Rafael Correa, Evo Morales…, somos mucho más de lo pensado; cada uno trae consigo una gotica de agua transformada en gigantesco tsunami, capaz derrumbar cualquier muro”, acota la también responsable de la Comisión de Solidaridad con los Cinco cubanos prisioneros injustamente en las cárceles de Estados Unidos.
 Circunstancias originadas por la casualidad la colocaron en el camino de los patriotas cubanos, con lo cual dejó sellada una amistad para toda la vida, “la pretendo disfrutar saboreando un “delicioso Mojito, junto mis hermanos, en la internacionalmente conocida taberna habanera ‘La  Bodeguita del Medio’, más temprano que tarde”.
  Durante la  celebración de la asamblea general de la Asociación Regional Francia-Cuba, en Burdeos, a la cual pertenece desde 1993, conoce del encarcelamiento de Antonio, Ramón, Gerardo, Fernando y René. Corrían los días finales del 2002. “Yo creía en la justicia. No concebía lo escuchado. ¡No es posible!, ¿cómo personas inocentes están condenadas y son inocentes? Una compañera me comenta: ¡Bueno, si no me crees, aquí tienes las direcciones!”.
  En enero del 2003 les envía una postal de Año Nuevo. “No recibí respuesta inmediata”. Pasaron dos meses. Durante la breve intermisión el  tiempo del nacimiento de la amistad iba fraguándose, pero Annie no lo sabía.
  “De repente me llegó una carta de Tony donde ofrecía disculpas por no haber contestado antes, y mientras aclara la incomunicación a la cual fueron sometidos, pues estaban en el lock down (conocido como hueco) de la prisión. ¡Estuvieron en ese confinamiento inhumano dos meses! y salieron gracias a la solidaridad mundial! Ésa misma solidaridad los traerá de vuelta a casa.   
  “Es muy importante multiplicarla en todos los confines del planeta, acota Annie Marie. Así lo reconoció la propia fiscal norteamericana, durante el acto de resentencia de Tony: ‘Sólo pido 20 años, en vez de una condena perpetua, porque el caso se ha internacionalizado, muchas personas hablan de ello fuera de Estados Unidos’. Por eso cada acción es válida”.
  Atrapa por la valentía de héroes cubanos continuó carteándose con ellos, una a una de sucedían las misivas. “Así, lo empezado por curiosidad, pronto hubo de convertirse en una amistad profunda. Ellos me hacen el honor de llamarme hermanita, y Tony me dice ‘mi hermanita del alma’ y es verdad. Ambos tenemos una frase: ‘estoy donde estás y estás donde, estoy’; por lo tanto, permanece ahora junto a nosotros”.
  Annie, como le dicen cariñosamente, es profesora de español y literatura castellana. Hizo de los poemas de Tony la razón principal de su clase, aprovechándose del caudal depositado en sus manos por el joven poeta. “Llevé sus composiciones al aula y le pedí a mis alumnos una valoración crítica. Lo estudiaron tal como hacíamos con Alberti o Lorca. Al finalizar les dije: ‘¡Ahora enviaremos la crítica al autor! Fue grande la sorpresa, pues para ellos los escritores o eran muy ancianos o habían fallecido, por lo menos, un siglo atrás.
  “Les expliqué rapidito la historia de los cinco, la injusta prisión…Fue cuando les sugerí la posibilidad de elegir en mandársela o no, pues para muchos resultaba difícil escribirle a un preso. ¡Me llevé el susto de mi vida! ¡Todos  recogieron su papelito!... En realidad, fue para mejorarlos, les añadieron corazoncitos, florecitas, y palabras como anda, valor, adelante... Él quedó sin aire y les remitió una carta.
  “Un día les retó a hacer una redondilla, incluso los iba a evaluar. ¡Nunca supe decirle no a Tony! Accedí. Mis alumnitos estaban preocupados”. Recuerda Annie cómo el sistema de evaluación establecido mutuamente consistía en besos (las chicas) y abrazos (los chicos): diez besos, quince abrazos… hasta llegar a 20, máxima calificación. Todos alcanzaron los 20 puntos. No tanto por lo escrito, sino por el cariño y el esfuerzo. Me vi obligada a incorporar esa calificación a las notas del trimestre. ¡Pueden imaginarse cómo subieron. Fue la última vez que le permití a Tony evaluarme a los alumnos!”.
  La empatía entre los educandos de Villenave d’ ornon y Antonio Guerrero es una asombrosa leyenda, tramada por el azar y los hechos de la propia existencia, esos mismos capaces de enmarañar los hilos de la vida para crear cuentos dedicados a los niños y adultos buenos. Como prueba de ello, la foto de Antonio Guerrero Rodríguez está colgada en el muro del aula. Una silla, cubierta con la bandera cubana, marca el sitio donde está el poeta-preso, admirado por los estudiantes del colegio de Chambery. “Sí, porque él es un alumno más en mi clase”.
 Esta mujer,  mesuradamente enérgica y dulce a la vez, confiesa haber recibido las primeras noticias sobre Cuba, cuando apenas tenía 11 años de edad, en la clase de historia universal. Embrujada por  Fray Bartolomé de las Casas quiso convertirse en monja misionera; pero el magisterio llegó con enorme devoción, para traérnosla cargada de sueños, poemas y dibujos de los estudiantes de Burdeos y del País Vasco.  
  Sirvió de traductora en Villenave d’ ornon, suburbio de Burdeos del siglo XIV, durante las visitas de los grupos musicales “Moncada” y “Manguaré”, con quienes confraternizó y entablo amistad allá por 1993, así como  con “Tata” Güines, época en que realizó su primer viaje a Cuba.  
  “Me encanta Cienfuegos y Cuba. Ustedes valen la pena”, dijo durante el intercambio sostenido con estudiantes de Medina de países latinoamericanos e integrantes de las organizaciones políticas y de masas, reunidos en la sede del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, de la provincia. Con su conciencia activa volcada al acto de hacer solidaridad, expone las acciones desarrolladas por el grupo que representa. Reuniones donde explican el caso, confección de pancartas, plegables con fotos y toda la información del proceso judicial; postales dedicadas al presidente de los Estados Unidos, la secretaria de Estado, y fiscales.
  “Organizamos días de reclamo, particularmente cuando se cumplen aniversarios de su detención y condena. Actualmente trabajamos en un pequeño álbum, el cual tiene un lema: ‘Cinco minutos para actuar, cinco razones para exigir su liberación’, con el propósito de enviarlo a todos los parlamentos del mundo, y sobre todo, al señor Barack Obama”.
  Annie Marie Arroyo, blande la lanza para luchar contra los molinos de la injustica, y está empeñada en levantar el velo del silencio para imponer la verdad, con toda su ala de certeza, y así ocupe el lugar merecido en lo mucho de humano y bueno que aún se respira en nuestro planeta. “No se rindan, si ustedes ceden, se acaba la esperanza”.


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