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Evas al Sur: blog de la mujer cienfueguera

De mi ciudad te cuento

Cienfuegos tuvo un Julio Verne

Cienfuegos tuvo un Julio Verne

  “¡Sí, aquí mismo, al lado de mi casa, vivió nuestro Julio Verne! En la puerta de esta vivienda número 3714, de la calle Argüelles, entre Prado y Cristina,  se sentaba diariamente a leer el periódico”, dice resuelto José Ramón Alemán Rosquete, coronel retirado del MININT. “Lo recuerdo perfectamente, y así consta en el Libro de Registro de Direcciones del CDR, con el nombre de Andrés Clemente Simo Muñoz. Falleció en el asilo de ancianos en abril del 2001.
  “Todo el mundo se reía de él. Claro, no es menos cierto que estaba un poco ido de la mente. Nadie podrá olvidar cómo sus vaticinios hoy constituyen una realidad”, comenta Alemán.
  A Julio Verne, el escritor francés (Nantes, 8 de febrero de 1828/ Amiens, 1905), se le atribuye el habernos puesto a soñar con sus aventuras. Inventó sitios inaccesibles y personajes admirables. Imaginó un artefacto con el cual surcaron los fondos marinos, el “Nautilus” del capitán Nemo, mucho tiempo antes del invento de Isaac Peral conocido con el nombre de sumergible; concibió el helicóptero, y un yate con hélices en la  punta de sus mástiles.
  Desafió las leyes de la gravedad con el globo novelado, llegó al centro de la Tierra y dio detalladas descripciones de animales antediluvianos, poniendo de manifiesto su extraordinaria intuición científica; y dio la vuelta al mundo en 80 días. Transcribió al papel tantos sueños como su mente inquieta le dictaba, de ahí el hecho de ser considerado el fundador de la moderna literatura de ciencia ficción.
  “Andy, como le decíamos todos los vecinos de la cuadra -explica Alemán-, era un hombre flaco, descuidado y bastante mayor cuando me mudé para acá en 1961. Debe haber tenido más de 90 años al momento de su fallecimiento. Los vecinos más viejos aseguraban que fue piloto, incluso hablaban de sus viajes por muchas partes del mundo…Tenía una gran sapiencia, era capaz de debatir acerca de temas económicos, culturales, astronómicos, política internacional… ¿Sabes?, insistía en lo imperioso de modernizar la industria del níquel, expandir el turismo…”.
  Nuestro Julio Verne o Andrés Clemente, también nació en una Isla, Cuba. Si a ello añadimos su capacidad de anticipación, la analogía con el escritor francés sería perfecta.
  Rememora Alemán cómo este loco-cuerdo anunció la necesidad de dragar la bahía de Jagua. “Mire él aseguraba con vehemencia cómo nosotros dispondríamos de un importante enclave económico. ‘Es un error, capitán, (utilizaba cualquier grado militar para conversar con mi interlocutor) construir un hotel en esa punta. Yo quisiera poder hablar con el responsable de esa obra y explicarle la urgencia de volar ese pedazo de terreno; por aquí entrarán un día grandes supertanqueros cargados de petróleo, para ser procesados en la refinería que edificarán del otro lado de la bahía; entonces, no poseeremos el calado suficiente y construirán oleoductos, con el fin de subsanar el error’. Y yo lo miraba fijo, incrédulo.
  “Me platicaba de aquellas cosas mientras miraba al cielo y se rascaba la cabeza incesantemente. Lo curioso de esta conversación, periodista, es que se produjo allá por los años 1962-63, no puedo acordarme bien, y el hotel de referencia era el Pasacaballo, inaugurado por nuestro Comandante en Jefe el 18 de julio de 1976. Fíjese, en aquel entonces ni siquiera escuchábamos hablar de la Refinería, si no me equivoco, fue a finales de 1978 cuando comenzaron a desbrazar el monte de la zona de Carolina para hacer los primeros accesos al sitio.
  “Otra de sus alucinaciones, por llamarlo de alguna manera, era aquella de construir un puente elevado para unir Pasacaballo con el Castillo de Jagua, ¡por ahí deben estar los planos hechos por él, los cuales ví con estos mismos ojos! Es una lástima no poder mostrárselos ahora, fueran una prueba irrebatible de lo que cuento. Al cabo de los años, cuando se iniciaba la construcción de la Central Electronuclear, hubo hasta sus planes para ello o al menos se discutió de tal posibilidad.
  “Una vez me interpeló en la puerta de entrada a mi vivienda, traía en la manos un proyecto de urbanización de Cayo Carenas. ¡Hasta los nombres de las calles, lugar exacto para cimentar el mercado, las viviendas, sistemas de acueducto y alcantarillado, alumbrado público y residencial…! Él pasaba mucho tiempo en una casa en el cayo, allí le conocían como ‘el hombre de los perros’, ¡tenía como 15 de esos animales! ‘Primero, hay que levantar un pedraplén desde La Milpa hasta el Cayo; ¡esa zona es bajita y se puede rellenar con piedras grandes, colocar tubos para que el agua pase y por encima asfaltar’, exponía seguro, y a uno se le antojaba tan real”, acota Alemán.
  Si los supertanqueros cargados de petróleo, la gran refinería, las carreteras que nos unen a los pequeños cayos o el gran puente elevado de Pasacaballo al Castillo de Jagua (no concretado) hubieran quedado plasmados sobre el papel, cuando la imaginación de Andrés Clemente los creó allá por los años 60 del pasado siglo, quizá tendríamos hoy maravillosas obras de aventuras, las cuales hablarían sobre el futuro del siglo XXI y encandilarían a miles de lectores ávidos de evasión.
  “El pobre hombre soñaba conque dejaran de mofarse de él: ‘usted verá, cómo un día les convenceré y podrán ver esas cosas’. Por eso les digo que nosotros tuvimos a nuestro Julio Verne”.

Un parque de historia viva: el Martí

Un parque de historia viva: el Martí

El 22 de abril de 1819, Don Luis D´ Clouet y un grupo de franceses fundaron la Colonia Fernandina de Jagua, tomando como punto de partida para el trazado urbanístico una majagua existente en el centro de la sabana, según testimonio el rosetón de granito colocado al efecto. Antes de denominarse en 1906 Parque José Martí fue Plaza de Ramírez, de Armas, de Recreo, de Isabel II, de Isabel la Católica; en ella se encuentra el fundamento urbano y arquitectónico que tipifica el ambiente cienfueguero, en el que Neoclásico y Eclecticismo denotan el status de la generación que nos precedió.

Fue uno de los escenarios más importantes de los sucesos revolucionarios del 5 de Septiembre de 1957.
En su entorno se alzan las principales edificaciones políticas, administrativas y sociales como son: La Iglesia Catedral, el Ayuntamiento, el Teatro Tomás Terry, el antiguo Colegio San Lorenzo, el Casino Español, el Palacio Ferrer, el Palatino y otras construcciones domésticas. Su enclave: Avenidas 54 y 56; entre calles 25, 27 y 29.Con las dimensiones mayores que otros del resto del país, sobresalen el Conjunto Escultórico a nuestro Héroe Nacional José Martí, la Glorieta, el Arco de los Obreros, los dos leones un una de sus entradas y las fuentes, así como diversos bustos erigidos a la memoria de personalidades relevantes como Nicolás Acea, Don Ramón María de Labra, Antonio Reguera, Alfredo Méndez, Clotilde del Carmen Rodríguez y Antonio Hurtado del Valle.Fue proclamado Monumento Nacional el 20 de noviembre de 1982.Obtuvo el Premio Nacional de Conservación en el año 2004.

PALACIO DE GOBIERNO O AYUNTAMIENTOEjecutado en los solares que originalmente tuvieron este fin, fue erigido por el Ayuntamiento, paulatinamente en el largo período que va desde 1927 - fecha en que tomó la decisión de su ejecución- hasta que quedó inaugurado el 20 de mayo de 1950. El inmueble ocupa 2 plantas; pero su fachada principal posee un tercer piso a todo lo ancho del pórtico, de donde parte la cúpula.Tecnológicamente y, por sus características formales se enmarca en la línea ecléctica que caracteriza la ciudad.Fue un importante escenario de los sucesos del 5 de septiembre, por lo que se puede apreciar en el extremo derecho de su fachada una tarja alusiva a los marinos y civiles caídos en la acción.En los primeros días de enero de 1959 fue visitado en horas de la madrugada por el Comandante en Jefe Fidel Castro, en su recorrido hacia la ciudad de La HabanaDesde la creación de los Poderes Populares sirve de sede al Gobierno Provincial.

TEATRO TOMÁS TERRYConstruido en 1889 por los herederos de Tomás Terry, quienes perpetuaron su cuantiosa fortuna con esta espléndida construcción que es una de las mejores de su tipo en el país, el teatro fue un proyecto sacado a concurso y ganado por el ingeniero militar Lino Sánchez Mármol. Su inauguración oficial se efectuó el 12 de febrero de 1890.Las características arquitectónicas de esta edificación ecléctica pero sobria, hacen de él un elegante inmueble donde sobresalen las amplias arcadas, ellas marcan el portal de su fachada principal, ampliamente jerarquizada por los balcones y el remate curvilíneo donde se aprecian decoraciones alegóricas a las musas de las artes, y en sus esquinas mediorrelieves alegóricos a la tragedia y la comedia. De gran importancia resulta también su trabajo en herrería y madera, mobiliario y aun conserva en su estado original la tramoya y las caracterísicas propias de su escenario, así como su acústica que lo singularizan dentro de las tres joyas del teatro cubano.Resultan de gran riqueza artística sus pinturasde techo, paredes interiores, pinturas murales y balcones, atribuidos a Camilo Salaya, destacado artista español establecido en la ciudad durante esta etapa y quien dejó una significativa huella en diversos edificios públicos y comerciales.

COLEGIO SAN LORENZOConstruido en 1927 como obra benéfica de la familia de Nicolás Acea, tuvo como objetivo fundamental la enseñanza de jóvenes sin recursos económicos, tanto varones en la Escuela de Artes y Oficios "San Lorenzo", como hembras en la Escuela del Hogar "Santo Tomás".Su proyecto es del ingeniero Jorge Lafuente quien concibió esa majestuosa construcción de corte ecléctico en la que se destaca su fachada principal, conformada por un portal, de gruesas columnas, un frontón bellamente esculpido, amplios ventanales y grandes proporciones.Constituyó el último reducto de los revolucionarios sublevados el 5 de septiembre de 1957 y desde el Triunfo de la Revolución se ha mantenido como centro docente hasta la actualidad en que es ocupada por la Escuela Secundaria Básica Urbana "5 de Septiembre".

SANTA IGLESIA CATEDRAL PURÍSIMA CONCEPCIÓNTambién desde los orígenes de la Colonia Fernandina de Jagua, el terreno que actualmente ocupa la iglesia fue destinado a fines religiosos.No es hasta 1869 cuando queda erigido como iglesia, este sólido edificio cuya entrada principal da al parque José Martí. Ejecutada con sobriedad y sencillos elementos decorativos, sobresalen sus dos torres de diferentes dimensiones e interrogantes, la amplia utilización de la vidriería coloreada que aparece en lucetas y vitrales, arcos de medio punto, altares, confesionarios e imaginería religiosa de gran valor atístico y estético como es el caso de la Santa Ana.La construcción y decoración de este inmueble se sustentó con las donaciones de ricos hacendados y comerciantes de la próspera colonia y además con las donaciones populares. Es así, por ejemplo, que en este proceso intervienen la familias Sarría, Terry, Avilés y otros.Anteriormente y de acuerdo con el proyecto del ingeniero Santiago Murria, consta de 3 naves separadas por arcadas, techo abovedado en la nave central, 12 capillas divididas en 6 para cada lado y gran cantidad de ventanales que permiten un hermoso juego de luz con los vitrales. Desde 1904, fecha en que se crea el Obispado de Cienfuegos, fue convertida en Catedral.

BUSTO DE NICOLÁS ACEA Nuestro máximo escultor, Mateo Torriente Bécquer, realizó en 1944 el busto del benefactor cienfueguero Nicolás Acea de los Ríos, el cual fue costeado por suscripción popular y se develó el 4 de julio del propio año hacia el sudeste, frente al Palacio Municipal, actual sede del Gobierno Provincial.

CONJUNTO ESCULTÓRICO LEONES DEL PARQUESiendo Gobernador de la Villa de Cienfuegos José de la Pezuela, encargó a Emilio Fernández Cavada la compra de los leones en los Estados Unidos. Son de mármol blanco y miden 5.00 metros de alto. Fueron colocados en 1862 y la conformación actual se ejecutó en 1925. Su valor es artístico y ambiental y su estado de conservación es bueno.

ÁRBOL DE JAGUASembrado en 1995 por Florentino Morales, cuando declararon Monumento Nacional el Centro Histórico Urbano de Cienfuegos. Es el árbol de Cienfuegos.

ARCO DE LOS OBREROS Más conocido como el Arco de Triunfo por su tipología arquitectónica, fue levantado por los trabajadores de Cienfuegos como homenaje a la República. En él trabajó personalmente el Gremio de Albañiles; se inauguró al mediodía del 20 de mayo de 1902, mientras se arriaba la bandera norteamericana y se izaba la cubana en el Palacio Municipal.

ROSETA El 22 de abril de 1955 se inauguró la roseta evocativa de la fundación de Cienfuegos, diseñada por Mateo Torriente, la cual señala el lugar que ocupaba la majagua que sirvió de punto de partida en el trazado, por Félix Bouyón, de la primera manzana de la Colonia Fernandina de Jagua, la comprendida entre las calles San Fernando, Santa Isabel, San Carlos y San Luis, que fue una de las veinticinco que constituyeron la naciente colonia, fundada por Luis Lorenzo D´Clouet el 22 de abril de 1819.

GLORIETA De forma abovedada, sostenida por columnas estriadas. Posee una pequeña escalinata y está rodeada de jardineras adornadas con guirnaldas. Fue inaugurada el día 8 de diciembre de 1922 y constituye una tradición desde cu construcción para ofrecer las habituales retretas.

CONJUNTO ESCULTÓRICO A JOSÉ MARTÍ El 10 de octubre de 1906 se develó esta escultura a nuestro "Héroe Nacional" José Martí, obra del artista genovés Carlo Nicolini Manfredi, hecha en mármol de Carrara. Hacia 1920 fue remozado el parque, entre los diversos cambios que se hicieron estuvo el de elevar la altura del pedestal y colocar los relieves que en él aparecen a la escultura martiana y añadirle la estatua simbólica de la República.

BUSTO DE LA HIJA DEL DAMUJÍ Busto de Clotilde del Carmen Rodríguez "La Hija del Damují", poetisa y modelo de virtudes cristianas y fervorosa patriota, dedicado por la ciudad de Cienfuegos a iniciativa de Pedro Modesto Hernández. Se inauguró el 24 de febrero de 1921. Fue la autora de la bandera de Cienfuegos.

BUSTO DEL HIJO DEL DAMUJÍ Se encuentra ubicado en la parte oeste del Parque, y junto a la de La Hija del Damují, (como eran los seudónimos que ellos usaban en el parnaso de la poesía cienfueguera) ocupan los ángulos que forman los jardines. En una de sus columnas se lee: "Al inspirado poeta y esclarecido patriota, Antonio Hurtado del Valle (el Hijo del Damují), la ciudad que lo vio nacer", y debajo de la misma columna se lee: "Gratitud eterna a Don Eduardo Fleixas, el poeta protector de él". Se inauguró el 24 de febrero de 1921.

BUSTO DE RAMÓN MARÍA DE LABRA Busto del Gobernador de Cienfuegos, Brigadier Don Ramón María de Labra, nombrado por el Gobierno Superior de la Isla. Dio grandes impulsos a lo que era entonces nuestra Villa creando empresas, entre ellas la del alumbrado público, construyendo entre otras, la cárcel pública. El monumento se levanta gracias a la iniciativa de la Colonia Española de Cienfuegos. Se inauguró el 25 de julio de 1919.

BUSTO DE ALFREDO MÉNDEZ AGUIRRE El 22 de abril de 1937, dentro del programa de festejos por el 118 Aniversario de la Fundación de la ciudad, que celebraba anualmente el Ateneo, se develó el busto del notable médico cienfueguero Alfredo Méndez Aguirre, el cual constituye una obra notable del escultor cubano Boada.

BUSTO A ANTONIO REGUERA ACEA Patriota cienfueguero que murió en 1896, desterrado, en la cárcel de Madrid, el monumento se alza en el ángulo nordeste del parque y fue donado por Antonio Monasterio Alonso y esculpido en bronce por Victorio Macho, famoso en los círculos artísticos españoles. Se inauguró el 30 de agosto de 1920. 

La Unión, hotel Encanto

La Unión, hotel Encanto

  El Hotel La Unión, se ha convertido en el tercer Hotel Encanto de Cuba y segundo del Polo de Cienfuegos en el centro sur de la isla caribeña, como parte del rescate de edificios con valores culturales y arquitectónicos del Patrimonio.
  Productos exclusivos de calidad y el trato personalizado en el número pequeño de habitaciones, de los que se entregarán 30 en el país, 10 de ellos durante el presente año, incluyendo el Hotel E, Del Rijo, de Sancti Spíritus y el Plaza, de La Habana.
  Perciben los clientes la atención y repiten la estancia para una mayor cantidad de visitantes en la Mayor de las Antillas, cuya cifra supera el millón en lo que va del año 2008 y con récord cada mes, lo cual repercute en los ingresos, la eficiencia y la utilidad.
  Reconoció el Vice Ministro, Alexis Trujillo Morejón las iniciativas de los trabajadores del Turismo en Cienfuegos y apuntó “el hotel encanto se logra cuando el cliente lo ve como tal. Nos sentimos contentos de que Cienfuegos abrace la idea y sea de los pioneros en el país”.
  A la Perla del Sur pertenece el Palacio Azul, primer Hotel E y a Santiago de Cuba, el San Basilio, segundo con la categoría, por la excelencia y la exclusividad.
  Fundado en 1869 La Unión, de 49 habitaciones y de la Cadena Cubanacán es de estilo clásico y se ubica en el Centro Histórico de la ciudad, declarado por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad.

UN POCO DE HITORIA

 Su ubicación queda conformada por dos fincas, propiedad de uno de los primeros colonos residentes Andrés Dorticós Casseaus, casado con María del Carmen Gómez de Leys de cuyo matrimonio tuvo dos hijos: Teresa y Pedro, la primera casada con Tomás Ferry y el segundo propietario de ambas fincas a la muerte de sus padres.

 Los terrenos o solares eran propiedad de don Tomás Terry, rico hacendado y comerciante quien los compra por 60 000.00 pesos en oro a Don Pedro Dorticós (su cuñado) que los adquirió por herencia de sus padres. A partir de la posesión de Terry se inicia un largo período de arrendamiento y subarrendamiento que continuaron sus herederos hasta mediados del Siglo XX. El edificio referente fue fundado en 1869 por el Señor Faustino Robés, con los requisitos de aquella época para la función hotelera. Brindaba los servicios de restaurante, cafetería, confitería, salas de lectura y las habitaciones (en su mayoría, los baños eran colectivos) . Poseía un montacargas y su iluminación era por gas. En 1904 se le incorpora el servicio de electricidad y la instalación de un motor de vapor para servicios mecánicos especiales y en particular para elevar el caudal de agua a las habitaciones, lo cual, unido a su elegante restaurante y famosa bodega con 72 clases de vino, elevaron el prestigio del Hotel en la época constituyendo uno de los edificios públicos más importantes de la región para desarrollar el intercambio social.

En él se hospedaron personalidades de diferentes géneros y jerarquía durante los siglos XIX y XX. Algunos de ellos fueron José Raúl Capablanca, Juan Gualberto Gómez, ana Pavlova, el escritor Samuel Hazard y Arsenio Martínez Campos.

En el año 1960 el Hotel deja de funcionar como tal y sus plantas habitacionales son convertidas en viviendas. En 1980 era una ciudadela con pésimo estado técnico. En 1985 el edificio fue declarado inhabitable. En 1987 se realiza un proyecto para convertirlo en Hotel para la Empresa de Alojamiento y Restaurantes del Poder Popular. Este proyecto no estaba concebido para el turismo internacional. La ejecución de la obra fue detenida por el Período Especial.

En el año 1995 la Corporación Cubanacán y el Gobierno Provincial decidieron acometer esta inversión que representaba un incremento de capacidades habitacionales y el rescate de una edificación valiosa en el Centro de la Ciudad que estaba en total estado de abandono.

El Programa o Tarea de Proyección presentado por la parte inversionista en la primera etapa resultó breve e insuficiente, que unido a otros factores hicieron que la elaboración del proyecto se detuviera en ocasiones y se prolongara la terminación del mismo. Finalmente, en mayo de 1998 se concluye y entrega la documentación técnica y el 21 de diciembre del propio año se inicia la ejecución y 19 meses después, el 24 de julio del 200 se inauguraba el hotel.


Club Cienfuegos

Club Cienfuegos

El actual (antiguo Yacht Club) fue inaugurado en 1920 y constituye por su diseño y belleza una de las edificaciones más representativas del estilo ecléctico en la ciudad de Cienfuegos y en Cuba. Se encuentra ubicado a orillas de la bahía, en una zona de protección y de alto valor ambiental.

Origen y evolución
: El Cienfuegos Yatch Club se concibió como una sociedad deportiva (náutica) y fue el fruto de la unión en sociedad de un grupo de hombres de la clase adinerada y suficientemente poderosa como para erigirse un hermoso palacete para su recreación. El cuerpo directivo de la sociedad que fue fundada en 1918 estaba constituida por:
Presidente: Acisclo del Valle.
Vicepresidente: José Ferrer Sirés.
Miembros: Darío Méndez, Emilio Menéndez Acebal, Juan Silva Fernández entre otros.

Este grupo de hombres cultos y animosos reunieron la cantidad de 100,000,00 pesos y comenzaron las gestiones para adquirir el terreno y ejecutar la sede.
Muy pronto la incipiente sociedad se apropió de las dos hectáreas de terreno del litoral de la bahía de Cienfuegos donde hoy se enclava esta edificación y empezaron a seleccionar el personal técnico que se encargaría de su proyección y ejecución.

Para realizar el diseño del inmueble contrataron los servicios del arquitecto Pablo Donato Carbonell (autor de las principales edificaciones de la época en la ciudad). Fue ejecutada por los contratistas: Otero, Dorticós y Cortizo. Como jefe de obra fungió el ingeniero Juan Arcis. La obra tuvo un costo superior a los 75,000,00 pesos y se levantó en terrenos pertenecientes a Torcuato Ruiloba en lo que es hoy una de las zonas más pintorescas de la barriada del reparto Punta Gorda.

La edificación se empezó a construir en 1918 y fue inaugurada el 28 de agosto de 1920. El edificio contó en sus inicios con dos niveles y un basamento o planta baja, coronados por cuatro torres, dos de las cuales son rematadas con cúpulas (fachada este o frontal). Se utilizó el sistema constructivo tradicional con estructura de ladrillos y cubierta de hormigón armado. Tuvo una refinada decoración interior y excelentes acabados. Se previeron amplias terrazas al mar. Los colores blanco y verde en sus fachadas fue una inspiración de los colores del pabellón de la instalación. También incluyó piscina y otras instalaciones deportivas. La modalidad de los yates, remos y las regatas se convirtieron en las manifestaciones identitarias de la nueva sociedad, extendiéndose el remo como el deporte náutico que caracterizaría a Cienfuegos en lo adelante.
El edificio, por su riqueza arquitectónica, el cualificado ambiente que posee y su propia actividad social y deportiva, fue el detonante que prestigió el nuevo reparto que iniciaba su urbanización, convertida desde entonces en la zona residencial mas valorada por la burguesía local.
El Cienfuegos Yatch Club se convirtió en el lugar preferido por el elemento acomodado de la ciudad, siendo sede de bailes, almuerzos, comidas, fiestas atléticas, fiestas sociales, etc. Una expresión de su carácter elitista lo constituye el reglamento interior del club, en cuyos lineamientos se acordaba, entre otras cosas, la restricción del número de asociados, pues sus directivos se proponían hacer una verdadera selección en la admisión de los mismos.

No obstante su exclusividad, a esta instalación corresponde una importante gestión por el desarrollo del remo como deporte náutico que caracterizó a nuestra ciudad, ya que Cienfuegos fue una de las más importantes plazas del país en ese campo. Las regatas auspiciadas por el Cienfuegos Yacht Club no solo enriquecieron el deporte de la localidad; sino que trascendieron los marcos instituidos por la sociedad, para convertirse en verdaderos festejos populares, que, por supuesto, se realizaban en áreas exteriores a la instalación donde se podían apreciar las competencias.
En años posteriores se le añadieron al edificio dos terrazas laterales con vista al mar y en 1953 se le realizó otra intervención que consistió en un remozamiento integral, implantación de ventanas calobares en la planta baja, en el bar llamado “ La lobera” y la adecuación de una terraza desde esta planta hasta el mar, cuyos pisos fueron enchapados con baldosas. También se acometió la construcción de jardines y jardineras que mejoraron el entorno.
Al triunfo de la Revolución, la nacionalización de empresas, organismos e instituciones privadas posibilitó la apertura al pueblo de esta valiosa instalación que pasó a ser el CVD (Consejo Voluntario Deportivo) “Felix Edén Aguada” y que continuó desplegando una fructífera labor en la actividad deportiva Cienfueguera, fundamentalmente los remos.

 En 1982 con motivo de los XIV Juegos Centroamericanos y del Caribe se le volvió a realizar otro remozamiento general. A partir de ese momento el mantenimiento del inmueble fue decayendo y tanto su estructura como sus acabados comenzaron a deteriorarse de manera paulatina.
La llegada del período especial en la década del 90 influyó negativamente en la conservación del edificio, al final este fue cerrado quedando sin mantenimiento y a merced de los agentes externos y sociales como el salitre, la humedad y el vandalismo. Tales condiciones en una edificación tan avejentada provocó que a finales de esa década, el edificio estuviera en un avanzado estado de deterioro que apuntaba hacia posibles fallos de elementos estructurales. Fue despojado además de todos sus materiales de acabado con algún valor y de toda su carpintería de época. En el año 1998 la Corporación Cubanacán y el Gobierno Provincial decidieron acometer esta inversión que representaba un incremento en las opciones náutico recreativas para el ya creciente auge del turismo en la ciudad y a la vez el rescate de una de las edificaciones insignes de la arquitectura en Cienfuegos con evidente valor patrimonial.

Todos juntos, proyectistas, diseñadores, constructores, montadores e inversionistas dieron su aporte y contribuyeron a rescatar lo que es en realidad el Club Cienfuegos: una obra monumental de la arquitectura ecléctica cubana del siglo XX.

Jardín Botánico: Una joya subestimada

Jardín Botánico: Una joya subestimada

  Un interesante análisis en torno al modo en que difiere la afluencia de público nacional y extranjero a las áreas del centenario Jardín Botánico de Cienfuegos ocupa el tema del trabajo titulado Consideraciones generales sobre las visitas al JBC, ponencia que Lázaro Ojeda, director de esa prestigiosa unidad adscrita al Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente, presentó recientemente en el evento provincial previo a la VI Convención Internacional sobre Medio Ambiente y Desarrollo, que se realizará entre el 2 y el 6 de julio de este año en el Palacio de Convenciones de la capital.
Sobre el tema conversamos durante un aparte en las sesiones:
¿Cuáles son los principales valores de este lugar que deben promoverse para el disfrute y conocimiento de los lugareños?
"Primero, el valor histórico, patrimonial y científico de las colecciones de plantas vivas y de referencia que encierra, por ser el único de su tipo en Cuba y tercero en América Latina con reconocimiento y difusión internacional, Monumento Nacional desde 1989 y Premio Provincial y Nacional de Patrimonio en el 2005, tiene además una estrategia de Educación Ambiental y un Servicio de Interpretación Ambiental que permite conocer sus recursos.
"El Jardín cuenta con más de 6 mil ejemplares de mil 439 especies, 639 géneros y 113 familias. El 22 por ciento son únicas y se destacan: los ficus o jagüeyes, las palmas, los bambúes y las leguminosas.
"Nuestra institución atesora una de las mayores colecciones de palmas en el mundo, además de que otras muy interesantes despiertan la curiosidad del visitante. De esas cuentan especies tan raras como 'el árbol que camina', 'pata de elefante', 'trampa de mono', y el de la 'salchicha', calificativos analógos con su apariencia".
¿Cómo se realiza el flujo turístico al Jardín?
"Los extranjeros son contratados por agencias turoperadoras, por viajes de trabajo y por visitas espontáneas".
¿Y los visitantes nacionales?
"También pueden venir de forma directa, o en viajes coordinados por escuelas y centros laborales y actividades recreativas, en dos modalidades, por recorridos guiados o recorridos libres".
¿Cómo se han comportado en los últimos años las estadísticas de visitantes nacionales y foráneos?
"Del 2000 al 2006 asistieron al Jardín Botánico 42 mil 420 extranjeros y 10 mil 255 cubanos, como ves hay un gran desbalance, eso nos alarma, pues la cultura general integral aquí es elevada, además los esfuerzos en la gestión ambiental no se corresponden con esta subestimación de una joya".
¿Cómo cree que se puede resarcir esta ausencia de público del patio?
"Hay que incrementar el trabajo de promoción y divulgación del producto Jardín Botánico de Cienfuegos en todas sus vertientes. Tenemos que continuar trabajando por lograr que la visita se convierta en una opción de recreación sana para la población, para hacer turismo de naturaleza".
Escuché en su trabajo que hay afectaciones físicas en el sitio. ¿Tienen previsto algún plan de protección para las áreas del Jardín?
"Sí, mira en las colecciones de plantas vivas y en las áreas de umbráculo se presentan daños a las plantas por parte de quienes nos visitan. Todo eso está bien identificado, lo que no quita que reconozcamos que la institución tiene limitaciones en el control de sus áreas desde el punto de vista turístico que permita protegerlas del impacto directo de los visitantes. El sistema de señalización interno de las áreas es insuficiente, de igual forma toda la infraestructura relacionada con los depósitos de desechos generados.
"Hay que supervisar la actividad de protección interna con el empleo de guardabosques, hay que identificar todas las áreas interiores del jardín, ubicando además mensajes alegóricos a su cuidado y ampliar el Programa de Educación Ambiental que permita ganar en acciones para estimular, motivar a participar y colaborar en la gestión del espacio, incorporando nuevas tecnologías de la información".
Usted me hablaba de la cultura ambiental. Como especialista en Botánica y defensor del patrimonio verde ¿Cómo valora la política del presidente de Estados Unidos George W. Bush de convertir los alimentos en combustible, condenada por nuestro Comandante en su texto Internacionalización de genocidio?
"La fabricación de biocombustibles es eso, una exterminación de fuentes naturales, las leguminosas precisamente tienen propiedades de mejorar los componentes de la fertilidad del suelos, eso es un aspecto que abordé precisamente en mi tesis de doctorado, defendida en 1998. Entonces, con semejantes ideas de reconversión, de las tierras que hoy salen alimentos sólo saldrían más elementos contaminantes. Eso es conjurar los efectos de un cielo más envenenado, un sacrilegio y aceleraría el suicidio del planeta".

Jardín Botánico de Cienfuegos: cubano con relevancia internacional

El Jardín Botánico de Cienfuegos está considerado como uno de los más ricos del Continente Americano por la riqueza de sus colecciones. Lo encontramos ubicado en áreas aledañas al actual Central Pepito Tey, a unos 15 Km. de la ciudad de Cienfuegos, la Perla del Sur, en la carretera que conduce hacia la Villa de Trinidad, en la vecina provincia de Sancti Spíritus. Se dice que en esta joya del verdor cubano la ciencia sale al encuentro de los visitantes en forma de familias botánicas, con géneros y especies variadas. Vale destacar que es la única institución de su tipo que ostenta la categoría de Monumento Nacional en el país.El jardín Botánico de Cienfuegos es único por lo pintoresco de su ambientación y las peculiaridades de su entorno. Muestra en sus 97 hectáreas de superficie, enormes jagüeyes, leguminosas y bambúes, así como una extraordinaria colección de palmas que es considerada una de las diez más completas e importantes de América y el mundo.Su fundación se remonta a la segunda mitad del siglo XIX cuando un inversionista norteamericano, radicado en Cuba, adquirió las propiedades de un antiguo central azucarero, cuatro y media hectáreas, con el propósito de fomentar un centro de investigaciones botánicas cuya finalidad sería el mejoramiento de las variedades de caña de azúcar existentes y la posibilidad de obtener nuevos resultados en la producción de azúcar.A inicios del siglo XX comenzó a funcionar oficialmente el jardín con la denominación de Harvard Botanical Station for Tropical Research and Sugar Cane Investigation (Estación Botánica de Harvard para la Investigación Tropical y de la caña de azúcar). Esto ocurrió en el otoño de 1901 y durante sus dos primeras décadas fueron introducidos muchos árboles, arbustos y una gran cantidad de ejemplares provenientes de diversas regiones de todo el mundo.Edward Atkins, que así se llamaba su fundador, traspasó su dirección a la Universidad de Harvard en el año 1919. Pues ya tenía gran valor como institución científica y reserva de la flora.Allí crecen la Ceiba de Colombia, la rosa de Brasil, el laurel de La India, una extensa variedad de plantas medicinales cubanas y de otros países, cactus de Perú y México, entre otras especies.En el año 1960 Harvard, con sus investigadores, abandonó el país y el jardín pasó a ser administrado por el Ministerio de la Industria y la Universidad Marta Abréu de Las Villas.De cuatro y media hectáreas con que contaba en el momento de su fundación, creció hasta las 97 hectáreas con que cuenta en la actualidad; de ellas, 7 están cubiertas por una reservada área boscosa natural.En la actualidad el jardín Botánico es una dependencia del Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente y en su amplia extensión viven más de 2 mil especies de plantas, en su mayoría arbóreas, representando 688 géneros, de 195 familias. Aproximadamente el 70 por ciento de los ejemplares son exóticos. De América hay frondosos laureles y varias leguminosas, de África tropical existe una palma que florece cada cuarto de siglo. Se destacan allí además 23 especies de bambúes, 65 de jagüeyes y 280 especies de palmas así como las de medicinales y frutales, entre otras. La institución cuenta con instalaciones para la realización de investigaciones muy útiles en el quehacer científico de la nación.Miles de turistas visitan cada año el Jardín cienfueguero, que constituye una gran atracción para los interesados en observar detenidamente la naturaleza viva, en un entorno cubanísimo, lleno de tranquilidad, aire fresco y relajante.El Jardín Botánico de Cienfuegos fue declarado Monumento Nacional el 20 de octubre de 1989.

LABOR LLEVADA A CABO PARA SU CONSERVACIÓN

El Jardín Botánico de Cienfuegos, majestuoso, lleno de un inigualable reservorio de especies de plantas procedentes de todo el mundo, reconforta al visitante por su frescura y belleza, contribuye a la Educación de nuestros niños, jóvenes y público en general con su programa de Educación ambiental aportando todo el conocimiento necesario para preservar cada vez más nuestra tierra amenazada por la creciente contaminación ambiental.

Sus características tipológicas le distinguen del resto de los jardines botánicos de Cuba, le ubican la primacía de ser considerado "como el abuelo de todos los jardines botánicos cubanos" y es hoy un punto de obligada reflexión y orientación botánica de los científicos y especialistas de esta rama de la agronomía. Forma parte también de la Red Nacional de Jardines Botánicos de Cuba y la Red Latinoamericana y Caribeña de Jardines Botánicos. Recientemente contribuyó con estudios dirigidos hacia la conservación de la diversidad biológica vegetal en Cuba.

Resulta altamente difícil para cualquier tarea de conservación que se establezca, que el objetivo a conservar sea netamente un OBJETIVO NATURAL, es decir, "organismos vivos", como lo constituye en nuestro caso, donde el patrimonio fundamental a conservar en el Jardín Botánico, justamente son las "Colecciones de plantas vivas", testigos del paso del tiempo, con una edad promedio de las plantas superior a los 75 años, donde los organismos vivos nos enfrentamos a retos medioambientales de gran magnitud para la subsistencia humana, conservar, darle vida o seguimiento a un reservorio natural de plantas, hábitat para la fauna local, es un reto que debemos asumir con la certeza de que cuidando un trozo de naturaleza viva, le damos vida a nuestro inmenso planeta azul.

Un reto para la conservación de las plantas en el jardín ha sido sin lugar a dudas la presencia de fenómenos naturales como la helada del 29 de noviembre de 1903, los huracanes de 1911, 1935 y más recientemente el Lily en 1996 y el Mitchelle en el 2001, viéndose afectadas por este último meteoro 32 especies únicas de la colección (15 con un solo ejemplar y 17 con 2 ó 3), fueron arrancados más de 180 árboles y dañado todo el follaje de la totalidad de las plantas tanto por el viento, como por las quemaduras producidas por el salitre.

La actividad de recuperación desplegada fue intensa, destacando que de esas 32 especies fueron rescatadas por el trabajo técnico 29 de ellas, por esfuerzo en la reproducción e introducciones. Por otra parte las áreas fueron saneadas y mejoradas, recuperando en un breve tiempo su singular belleza.

Además se ha trabajado profundamente en cada uno de sus componentes, así como en las edificaciones de su entorno: Oficina del Laboratorio, Pabellones de Exposición, viveros, herbario y la Casa Catalina, que ha estado sometida a un proceso de mantenimiento general, mostrando nuevamente su majestuosidad. La conservación con excelencia de este tesoro verde del patrimonio se ha convertido en un compromiso y reto para los especialistas que lo han asumido como deber insoslayable con la ciudad de Cienfuegos y con la comunidad científica botánica amante de la naturaleza de nuestro país y del mundo.

105 años han transcurrido desde aquel 1901 de su fundación y los árboles sorprenden cada día más por su tamaño, sus flores y sus frutos. Las palmas gigantes de Borneo, Brasil y de la India, todo como testimonio de lo que puede el clima tropical y de la manera como premia generosamente el esfuerzo de los hombres que han sabido dar muestras de su pujanza y dedicación durante más de un siglo.

Paseo del Prado:Orla de Perla guarnecida

Paseo del Prado:Orla de Perla guarnecida

La calle busca el mar y asciende las nubes. Testigo de un quehacer citadino de opulencias, la franja se percibe como un todo único y trasluce la distinción de una ciudad insigne.
Hoy, el Prado más largo del país, ayer, un sendero longitudinal que unía la Península de La Majagua a los terrenos de la otrora Fernandina de Jagua y desde siempre el eje vial más importante, jerarca en la trama urbana de la Perla del Sur.
Un halago al gobernador Francisco Dionisio Vives motivó la primera denominación. Al apelativo de Paseo de Vives sucedieron el de Paseo de la Independencia y Paseo de la Reina Isabel II y fue a partir de 1913 que se llamó Paseo del Prado.
El extenso acceso peatonal fue creciendo con secciones divididas para el paso vehicular, hasta ocupar doce cuadras, símbolos del halo señorial de esta ciudad del centro sur de Cuba, Patrimonio de la Humanidad.
En sus 256 inmuebles se aprecia la diversidad funcional de una urbe dinámica y el 78 por ciento de estas viviendas pertenecen al siglo XX, de mayor quehacer constructivo, con predominio absoluto de portales, soportes de columnas, frisos, pretiles, celosías, lucetas de opalina, balaústres y recuadros.
El Paseo del Prado, o calle 37, como se le dice desde 1960 es escenario de la vida cultural y exponente de la tipicidad arquitectónica de Cienfuegos, en él se encuentran el antiguo Liceo, hoy Biblioteca Provincial y el Obispado, así como el añejado Edificio de los Leones.
Ocho monumentos perpetúan la memoria histórica de la Ciudad del mar en este corredor, cuyos trabajos de conservación, iniciados hace dos décadas, por Empresa Municipal Inversionista de la Vivienda, y los Servicios Comunales para las vías posibilitaron la declaración de la ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Hoy 18 de abril, fecha escogida por la UNESCO para celebrar el Día Internacional de los Monumentos se le otorga al Paseo del Prado el Premio de Conservación, en la quinta edición del certamen, otro paso en su consolidación como sello distintivo de la ciudad.

LABOR LLEVADA A CABO PARA SU CONSERVACIÓN

El Paseo del Prado, de aproximadamente 2 Km de extensión se comporta como la columna vertebral de la ciudad, con su paseo peatonal al centro y bordeado por dos vías vehiculares, constituye el centro de la ciudad por excelencia, permite el acceso al Centro Histórico y se prolonga hacia el malecón que rodea parte de la bahía, con más de 900 metros, pivote urbano entre su zona tradicional y Punta Gorda, área residencial donde están presentes, valiosos ejemplos de la arquitectura racionalista e hitos del eclecticismo cienfueguero, enmarcados por un mundo de vegetación y su inmensa bahía; espacio altamente cualificado por su mobiliario urbano y tratamiento del área verde.
Su perfecto trazado, se ve cualificado por los monumentales edificios símbolos, con portales y columnares clásicos que lo envuelven, consolidándose a través de 186 años como la muestra palpable de la cultura material heredada, convirtiéndose por derecho propio en símbolo identitario del pueblo cienfueguero.
Por todo lo que representa el Paseo del Prado, se ha definido la política de su preservación anual, con un carácter priorizado, sistemático y de excelencia, sello cimero del amor por la ciudad y su historia.
La historia de la ciudad nos habla de las diferentes intervenciones que ha enfrentado este excepcional espacio público, llegando a la realizada en 1960 que definió la imagen -en lo fundamental- que hemos heredado.
Después de 1961 fue motivo de atención para preservar los valores del Paseo y de las edificaciones del entorno; en 1987 y con motivo de la celebración del XXX Aniversario de la sublevación del 5 de Septiembre de 1957 se lleva a cabo la restauración integral del Paseo del Prado bajo la asesoría técnica del Equipo de Monumentos, donde se logra devolver el esplendor del mismo, nuevas áreas verdes con su arbolado; mantenimiento y restitución de pavimentos y de mobiliario urbano. También en este mismo año se rescataron inmuebles de valor y otros con altos valores patrimoniales fueron conservados, entregándose a la ciudad un espacio cualificado y lleno de vitalidad.

 A partir de esta fecha anualmente se le ha dado atención a cada componente del Paseo y su entorno, incrementando su esplendor. En 1991 para el 172 Aniversario de la Fundación de la Ciudad, se interviene nuevamente, en esta ocasión se restauran todas los Monumentos Conmemorativos, farolas, áreas verdes y mobiliario urbano, así como la restauración en extensión del entorno que incluyó trabajos de albañilería, carpintería, rescate de molduras, balaustres y celosías, eliminación de vegetación parásita, iluminación, impermeabilización de cubiertas, se logró el rescate del tratamiento pictórico original que caracterizó a cada inmueble a todo lo largo de los 600 metros que protegen al Paseo, realizándose una investigación documental y de campo de la gama de colores empleados y su nueva aplicación, esta acción fue como devolverle al Paseo y a la ciudad la imagen que había hecho trascender y que le pertenecía por derecho propio, estrategia que sirvió de directriz al rescate posterior del resto del Centro Histórico.
Durante cada año del siglo XX, fue motivo de atención y de una conservación sistemática que permitió preservar esta bella imagen.
El conservar esta columna vertebral de este asentamiento, que apoyada por sus valores ambientales y sus inmuebles de valor constructivo y tipológico al contar con un portal público corrido en toda su extensión que representa una verdadera galería techada que desde el punto de vista urbanístico refuerza su carácter como área de intercambio social por excelencia y elemento distribuidor del tránsito vial y peatonal de la ciudad, se ha convertido en un compromiso de cada habitante de esta ciudad, del gobierno del territorio y del país. Su ubicación estratégica dentro del Centro Histórico Urbano declarado Monumento Nacional en 1995 por Resolución No. 122, de la Comisión Nacional de Monumentos, siendo la única ciudad cubana fundada en el siglo XIX, que ostenta esa categoría; además declarado por Decisión 29 COM 8B.53. del 15 de julio del 2005, Patrimonio Cultural de la Humanidad, lo convierten en un reto para el pueblo cienfueguero y en una labor diaria de atención, preservación, conservación y un reto para cuidar y enriquecer aún más este inmenso y promisorio legado histórico que nos pertenece a todo el universo.

Palacio de Valle: Mansión que mira al mar

Palacio de Valle: Mansión que mira al mar

 En la última década del siglo XIX, el comerciante español Celestino Caces fabricó una casa en la Avenida 0 entre las calles 35 y 37, en Punta Gorda, conocida como la "Quinta Morisca"; cuando se retiró de los negocios la vendió a Alejandro Suero Balbín.

Unos años después, la dio como regalo de bodas a su hija Amparo cuando contrajo nupcias con el acaudalado comerciante Acisclo del Valle Blanco; allí fijaron su residencia y completaron, en 1917, la ampliación del suntuoso edificio, conocido hoy como 2palacio de Valle".

Fue diseñado por el arquitecto cienfueguero Pablo Donato Carbonell y su construcción fue dirigida por el ingeniero civil italiano Alfredo Colli Fanconetti.Al costo de un millón y medio de pesos se levantó esta magnífica edificación ecléctica; en ella trabajaron artesanos franceses, italianos, árabes y cubanos.Se importaron de España, Italia y Estados Unidos los materiales como el mármol, alabastro, bronce, cristal y cerámica, excepto las maderas preciosas, que son del país.La planta central consta de un vestíbulo gótico-primitivo, un salón comedor de influencia mudéjar, una sala de música y juego Luis XVI y otra de visitas, estilo Imperio, con el artesonado en oro. Ocho dormitorios, además de dos salones, uno de estar y otro de estudio tiene el piso superior, al que se accede por una majestuosa escalera de mármol.El edificio remata con tres torres: una, gótico-romana, otra india y la tercera, un minorete de estilo árabe, además de una glorieta en la plataforma del techo.Las iniciales de su dueño aparecen entrelazadas en el piso de cerámica en artístico monograma; algunas columnas interiores y exteriores recuerdan la mezquita de Córdoba, en España.El Palacio, ejemplo de la opulenta burguesía de la época, muestra la aplicación y utilización de técnicas constructivas y de las artes aplicadas a la construcción, de carácter extranjerizante, introducidos a principios de siglo.

Es uno de los símbolos de la ciudad de Cienfuegos por sus valores arquitectónicos, históricos y ambientales, además de su relación con la bahía y el Hotel Jagua.


 Un palacio que mira al mar 

 

Como escapado de un cuento de las Mil y una noches, enclavado en la zona de Punta Gorda, mirando siempre al mar con sus aires árabes, está el Palacio de Valle, una de las más bellas edificaciones de Cuba.  Como si se tratara de una especie de guardián del encanto de la Bahía de Cienfuegos, con una significativa variedad de estilos entre los que predomina el mudéjar, El Palacio de Valle constituye una verdadera riqueza arquitectónica de la Perla del Sur, como se le llama a la ciudad de Cienfuegos.  Su nombre proviene del acaudalado Acisclo Valle Blanco, quien invirtió un millón y medio de pesos en esta magnífica edificación ecléctica cuyo diseño es fruto del ingenio creativo del arquitecto cienfueguero Pablo Donato Carbonell, y su construcción se inició en 1913 para ser concluida cuatro años después, siempre bajo la certera dirección del arquitecto e ingeniero civil italiano Alfredo Colli. Para ello se importaron de España, Italia y Estados Unidos materiales como el mármol, alabastro, bronce, cristal y cerámica, excepto las maderas preciosas, que son cubanas.  El Palacio de Valle constituye una muestra ejemplar, singular testimonio, de la utilización y aplicación de determinadas  técnicas constructivas y decorativas  extranjerizantes introducidas en Cuba en el siglo XX y es ejemplo de la opulenta burguesía de la época.  En la última década del siglo XIX, un comerciante español llamado Celestino Caces fabricó una casa en Punta Gorda, conocida como la Quinta Morisca. Cuando este hombre se retiró de los negocios se la vendió a otro negociante, Alejandro Suero Balbín, quien luego, se la regaló a su hija al contraer nupcias con el acaudalado comerciante Acisclo del Valle Blanco; estos fijaron allí su residencia y completaron, en 1917, la construcción del suntuoso Palacio de Valle.  Para la creación de tal joya ecléctica se solicitó la participación de artesanos franceses, árabes, italianos y cubanos. Su planta central posee un vestíbulo de estilo gótico-primitivo, un salón comedor de influencia mudéjar, una sala de música y juego estilo Luis XVI y otra de visitas, con el artesonado en oro, de estilo Imperio, sus columnas interiores y exteriores recuerdan la mezquita de Córdoba, en España.  Algunas de las ocho habitaciones del piso superior al que se accede por una majestuosa escalera de mármol, donde se hallan un salón de estar y otro de estudios, son de estilo veneciano.   El edificio está rematado por tres torres: una de influencia gótico-románica que representa la fuerza. La segunda, de estilo indio, recrea el Taj Mahal como símbolo del amor, y la tercera, un minarete árabe, representa la religión.   En la plataforma del techo encontramos una glorieta barroca que mira hacia la azulada bahía cienfueguera.  Se sabe que en los años cincuenta, una compañía inversionista compró los terrenos donde está situado el palacio, con la intención de convertirlo en un jugoso casino de juego en las inmediaciones del Hotel Jagua, pero el triunfo de la Revolución frustró sus planes.  En nuestros días el Palacio de Valle constituye uno de los símbolos de la ciudad por sus valores histórico-arquitectónicos y ambientales, además de por su relación con la hermosa Bahía y el Hotel Jagua. Allí se realizan importantes actividades culturales, es muy visitado por los  turistas  y se puede degustar los exquisitos mariscos que se ofrecen en su restaurante.  Su reconocida belleza y su conservación sostenida han hecho del Palacio de Valle una de las cartas de presentación de  la ciudad de Cienfuegos y fue declarado Monumento Local desde 1990.

 

Castillo Jagua: La más vieja joya arquitectónica de la región central de Cuba

Castillo Jagua: La más vieja joya arquitectónica de la región central de Cuba

  El Castillo Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua, fortaleza militar colonial, se encuentra situada en una roca en el canal de entrada de la bahía de Cienfuegos a 25 m de altura sobre el nivel del mar. Geográficamente ocupa la margen occidental del canal de entrada de la bahía, frente a la playa de Pasacaballos.
  Es la más vieja joya arquitectónica de la región central de Cuba de carácter militar. Esta fortaleza formó parte de la cadena de sistemas defensivos que se levantaron en las colonias españolas de América entre los siglos XVI al XIX, para mantener sus dominios de Ultramar ante el peligro inminente de otras ricas potencias europeas. Durante estos primeros siglos en que se construyó el sistema defensivo de la Isla, el puerto de Jagua, llamado también “el gran puerto de las Américas” por su vasta extensión, se mantenía olvidado por las autoridades coloniales. Este magnífico puerto había sido visitado por marinos y colonizadores desde la época del descubrimiento y conquista, y la historia recoge los nombres y fechas en que personalidades históricas estuvieron en este puerto, donde pudieron apreciar la belleza y seguridad de sus costas.
El Puerto de Jagua, por su magnífica situación geográfica y las excelentes condiciones existentes, muy abundante en pesca, rodeado de terrenos fértiles y gran bosque de maderas preciosas, fue motivo poderoso para que se convirtiera durante años en refugio de esos “Demonios de los Mares”, como se les llamaba a los piratas, corsarios y filibusteros que infectaban las costas de Cuba.
  Todas estas incursiones fueron haciendo que poco a poco y de forma ascendente tomara auge y desarrollo esta zona. Estas razones dieron comienzo a la preocupación de las autoridades coloniales y fueron surgiendo inquietudes e intentos de fortificación, ya que Jagua constituía el centro de las actividades de toda la comarca y por donde se escapaba gran parte de la riqueza, burlando sus habitantes, mediante el comercio de contrabando, la política restrictiva impuesta por la corona a través del monopolio comercial.
  Hacia 1733, fue enviado al Puerto de Jagua al ingeniero francés, al Servicio de la corona Don José Tantete Duvillier, el cual quedó encargado de levantar la fortaleza, cuyos cimientos se piensa fueron construidos por Caballero y Elvira. Tantete dejó terminada la Fortaleza en 1745.
  Los materiales empleados para la construcción fueron tomados de la misma zona, maderas duras, arcilla, piedras calizas, piedras de cantería obtenidos a pocos metros de la parte sur de la fortaleza, del sitio conocido como Caletón de Lora.
  El edificio enclavado en una roca al estilo del sistema del ingeniero francés Vaguan, donde se combinan la relación entre su forma, el paisaje y las características topográficas del lugar,  es una obra de cantería rodeada por altos y gruesos muros, guarda un foso salvado por un puente levadizo. Su forma es rectangular, tiene el lado izquierdo quebrado como un martillo y mide exteriormente 90 varas de largo por 60 de ancho, incluyendo fosos y muros.
  Posee elementos arquitectónicos pertenecientes al arte románico, los arcos laterales resistiendo el peso de la bóveda, muros densos y los pilares sostenedores. En el interior siempre se siente una temperatura fresca con un porcentaje alto de humedad, siendo esto constante por lo ancho de sus paredes y el material del que están confeccionadas.
  El Castillo fue artillado con diez cañones, en esta forma: cuatro cañones de 18 libras, en la explanada superior, cuatro cañones de 24 libras y dos de 8 libras en la explanada inferior.
  Al concluirse, fue la tercera Fortaleza de la Isla de Cuba en importancia, superándola solamente el Castillo del Morro de La Habana y el Castillo del Morro de Santiago de Cuba.
 Se designó como patrona del mismo a la Virgen Nuestra Señora de los Ángeles, dándosele oficialmente el nombre de “Castillo de Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua”, por su estilo arquitectónico y en honor a su Santa patrona y por ser Jagua el nombre aborigen de la comarca, cuyo significado es principio, fuente, riqueza, manantial.
  Durante muchos años nuestro gobierno revolucionario no pudo llevar a cabo la labor importante de restaurar esta majestuosa obra arquitectónica colonial. Es en el año 1989 que comienzan a realizarse los trabajos reconstructivos.  El 23 de mayo de 1998 queda concluida la restauración de la Fortaleza, quedando inaugurado en la misma un Museo Polivalente, con seis salas de exposición permanente y una transitoria, un servicio gastronómico (Restaurante  Bar) en el patio central y otras áreas de servicio y recreación donde predomina su vocación cultural. El programa de restauración total tuvo en cuenta el rescate en el entorno incluyendo la imagen que originalmente tenía el poblado vecino.
  Sus salones de exposición reflejan la historia del inmueble como fortaleza militar colonial, así como su vínculo estrecho con la fundación y desarrollo de nuestra ciudad, ya que al dominar el Castillo el estrecho canal de la bahía de Jagua, defendió también la primitiva colonia Fernandina de Jagua. El inmueble es exponente importante del Patrimonio Cultural Cienfueguero, al ser la edificación más antigua de la región y  figura en nuestros símbolos locales