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Evas al Sur: blog de la mujer cienfueguera

Mujer y Sociedad

Desenfado y candor vencen prejuicios.

Desenfado y candor vencen prejuicios.

Hoy no les voy a contar una historia de orfandad, ni de una niñez triste que recorrió con el entonces cajón de la miseria el asfalto urbano. 
 Allí, en la célebre esquina cienfueguera de Argüelles y Gloria, una sencilla mujer espera entre el ruido de vehículos y el bullicio aledaño a la cafetería ”Las Brisas”. La silla de limpiabotas es un artefacto de acero que también aguarda en la acera.  
 Andrea Alemán Cañizares, pasea la vista a sesenta y dos años de recuerdos con satisfacción y de forma desenfadada narra sus memorias, como una mujer más, sólo que con quehacer sui géneris: 
 “Aunque este  oficio me llegó por un tío de Santa Clara, mis recuerdos infantiles son con mi padre- expresa con ternura- fui única hija y él era mi amigo, mi confidente, el más fiel consentidor”.  
 Entrada la mañana, la ropa de Andrea está muy limpia, sustentando la dignidad con que cada día se viste para salir a trabajar. Esta mujer no le teme a la soledad ni a las precariedades.  
 Un cliente la reclama,  retorna a su asiento y comienza a imbuir de betún la superficie.  El movimiento es firme y preciso. A medida que el cepillo se desliza sobre el zapato desaparecen el sucio y las imperfecciones. Las cerdas presionan el betún hacia los poros del cuero. Ya en esta etapa del proceso comienza a intuirse el brillo que busca.  “Usted me ve extraña en esta labor, pues le agrego más, fui la primera mujer que montó moto en Cienfuegos. Eso fue allá por el año 56”.
 ¿Usted sabía que la actriz María de los Angeles Santana fue también pionera en eso, la primera fémina que montó una Harley-Davidson en Cuba? 
 “No, no lo sabía, debe haber sido por la misma época, eso ahora me hace sentir más orgullosa- dijo con ademanes graciosos y retomó el inicio de la conversación:  “Mi padre fue muy apegado a mí y él era mecánico me complacía en todo y me dejó manejar  y aprender su trabajo”.
 ¿Nunca la han molestado o insultado por practicar actividades propias de los hombres? 
 “Como no, cierta vez cuando era jovencita y debutaba con mi motor por el Prado me g ritaron ‘mariamacho’ y me bajé y se lo tiré encima a quien me ofendió. Creo que existe discriminación, pero me sobrepongo a ella”.   
 De la pata frontal izquierda de la silla desenrolla un trozo largo de tela. La examina y busca un espacio que no haya utilizado. Las manchas de betún forman una progresión ordenada, así que con rapidez encuentra el espacio libre que necesita. Anuda la tela sobre dos dedos de su mano derecha, esparce una capa de betún sobre la superficie y comienza el proceso de pulitura en la superficie del cuero. Continúa perfilando el zapato derecho, que ha adquirido un tenue brillo de seda. 
 Andrea tiene títulos de mecanógrafa y taquígrafa, pero nunca los ejerció.  No solamente ha sido cuentapropista, alternó su vida laboral como custodio en varios centros y hace unos meses se retiró.  
 ¿Desde cuándo empezaste en el trabajo de limpiabotas?  
 “Mi papá murió en un accidente en el que yo iba, me complació en ir a San Fernando de Camarones a comprarme una moto y al regreso ocurrió la fatalidad. En el año 78 decidí hacer esta labor”. 
 Andrea continúa con el zapato izquierdo. Al extremo del sillón penden en un naylon sus papeles en regla. 
 “Vienen muchos inspectores-comenta- y es muy duro trabajar para tener que pagar multas”
 En su rostro la candidez trasluce honradez y fortaleza, es de esas personas que nos convencen de que la vida es mucho más que lo material, sólo bastan los deseos de levantarse cada mañana. Así narra la solidaridad de sus vecinos,  en el número 5002 de la calle 47, son su única familia, el apoyo incondicional cuando su madre enfermó. 
 Parece meditar por unos momentos, vuelve a esparcir unas gotas de tinta por los dos zapatos, ahora el lustre es de cerámica.
 ¿Entonces por qué se decidió a ser limpiabotas? 
 “Porque me apretó el zapato”.   
 Así continúa su vida esta campechana mujer, desprejuiciada del estigma de que servicio es servilismo y convencida que su género es grandeza y tesón.   Curiosa aceptación de su postura inclinada, la que asume como dádiva de que ver la vida desde el sesgo puede ser una metáfora de reverencia, dilucidada en el  reto de dar  lustre a la adversidad.

Doris Amelia: Con el alma en la radio

Doris Amelia: Con el alma en la radio

  Locutora, escritora, directora de programas e investigadora de temas históricos, galardonada con el premio “Por la Obra de Toda la Vida”. Se reconoce como cienfueguera al ciento por ciento, y que tiene la edad que representa.
  Cuando le pedí su fecha de nacimiento me respondió que a las mujeres no se les pregunta eso. Fueron las primeras palabras que para esta entrevista pronunció Doris Amelia Era González, locutora, escritora, directora de programas e investigadora de temas históricos, quien este 22 de agosto figuró entre los galardonados con el Premio “Por la Obra de Toda la Vida”, concedido por su sostenido quehacer en la Radio Cubana.
  Mencionar el nombre de Doris Amelia Era en Cienfuegos equivale referirse a toda una institución en el medio radiofónico. Radioyentes de disímiles generaciones en la Perla del Sur se han acostumbrado durante más de tres décadas a escuchar su voz y los programas que realiza diariamente. “Cinco en Punto en su Dial”, “Participe Usted”, “De mi Ciudad de Cuento”, “J. S. Veintiuno” y muchos más forman parte de cuanto crea y genera esta mujer que se caracteriza por ser tan capaz como multifacética en su cotidianeidad, lo mismo frente al micrófono que ante la máquina de escribir.
  Une a sus dotes en nuestro medio, los de tenaz investigadora de temas históricos que le han valido premios y reconocimientos que ella ha sabido adaptar al lenguaje radiofónico para que no sólo sea la letra impresa el vehículo por el cual lleguen a miles de personas sus vigorosas pesquisas sobre la historia local y nacional.
  Doris es nuestra compañera de trabajo a quien veo un día tras otro, sobre todo en las tardes cuando conduce la revista cultural “Entre un Hola y un Adiós”, y los jueves en la mañana para grabar su voz junto a la de Armando García en el espacio de efemérides “Sendero H”.Mi decisión de conversar con ella quedó libre del más mínimo carácter protocolar; espontáneamente optamos por una plática informal como amigos y colegas, aunque con el propósito de publicar lo conversado...
  Se impuso, claro está, una serie de preguntas que Doris respondió con su acostumbrada naturalidad, voz baja y siempre sonriente.
  ¿Cuándo y cómo sentiste tu vocación hacia la radio?
   Desde que nací siempre escuché muchos programas de radio de diferentes emisoras y me gustaba mucho. A los cuatro años recité por primera vez en una emisora cienfueguera, en un programa que tenía mi padre (en la CMHJ). Lo recuerdo muy bien, pero nunca pensé que la locución sería mi profesión definitiva.
  ¿Cuáles fueron tus comienzos en el medio?
  Comencé oficialmente el primero de octubre de 1968 a trabajar como discotecaria porque no había plaza de locutora, aunque había sido aprobada en una evaluación para este trabajo. Tuve que esperar más de dos años para desempeñar esta labor artística. Enseguida presenté a la dirección de la emisora varios proyectos de programas y todos fueron aprobados. Los escribía, dirigía y era su conductora de manera voluntaria. Cerca de veinte años escribí y dirigí programas sin remuneración porque era solamente locutora.
  ¿De qué manera vinculas tu labor de investigadora histórica con el quehacer en la radio?
  Soy Licenciada en Letras (especializada en Lengua y Literatura Hispanoamericana y Cubana). Además de ser miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), por mi currículum como investigadora y escritora, investigo literatura, historia, lingüística aplicada a la locución y otros temas culturales y artísticos. Los vinculo muy bien porque me siento comunicadora, y la comunicación no solamente se realiza por medio del verbo sino también por la palabra escrita. Ambos deben llegar a los destinatarios, ya sean oyentes o lectores. Esa es mi razón de ser.
  Tienes varios libros publicados, y también has resultado ganadora en varios concursos...
  Cierto, hasta ahora he publicado los libros: “Crónica de una emisora: Radio Ciudad del Mar, 1936 – 1983”, “Cartas desconocidas de Máximo Gómez a Rita Suárez del Villar”, (ambos premios en el Concurso Primero de Enero), “Las cosas de Samuel” (dedicado a Samuel Feijoo), “Miguel Ángel de la Torre” (ensayo que fue Mención Especial en el Premio de la Ciudad), “Eduardo Chivás, el gran cívico (Mención en el Concurso 26 de Julio) y “La radio en Cienfuegos”. Como parte de un colectivo participé en el “Diccionario de Nombres Geográficos de Cuba”. Este año aparecerá por la Editorial Mecenas “Aún crecen las siemprevivas”, biografía novelada de la patriota independentista cienfueguera Rita Suárez del Villar (Premio en el concurso nacional Siempre Marianas). Tengo otros libros inéditos, algunos premiados y otros no en diversos géneros como ensayo, biografía, testimonio, monografía, cuadernos de poesía y narrativa. He obtenido premios en concursos radiales, periodísticos, históricos, literarios e investigativos sobre lingüística aplicada.
  ¿Qué significa para ti el Premio “Por la Obra de toda la vida”?
  Un compromiso para seguir creando a través de la comunicación radial y escrita, mientras tenga inteligencia y salud. Nuestros destinatarios se merecen lo mejor.
  En tu opinión, ¿cuáles son las características principales que deben tener quienes hacen radio?
  Mucho amor al medio y a los oyentes. Respeto a estos sobre todas las cosas y cultura que se logra a través de la lectura, el trabajo y la dedicación a la profesión.
  Doris sigue siendo la misma, aunque cada vez más apasionada con su labor. Goza no sólo del reconocimiento en su colectivo de Radio Ciudad del Mar, sino en una comunidad compuesta por decenas de miles de personas que cada día reciben de ella algo nuevo, sea a través de su voz como por los guiones que escribe.
  En la actualidad realiza un trabajo con niños y jóvenes que al tiempo que les forma en los encantos de la radio crea, para ellos, espacios donde pueden abrir sus horizontes y descubrir su vocación.
  Sencilla, sonriente, disciplinada y puntual, Doris Amelia Era constituye un ejemplo de la mujer cubana de hoy que hace de su profesión su alma, y entrega su alma toda, a su profesión

Un niño siempre está creciendo en mi corazón

Un niño siempre está creciendo en mi corazón

Por Mercedes CARO NODARSE

   Les confieso que envidio a esta mujer. Su entereza, su equilibrio emocional, su sencillez, que no excluye la hondura de la tierna palabra. Yo les aseguro, que me hubiera derrumbado cual castillo de naipes. Pero ella no. Ella ha sabido compensar la enorme pena con el arte, con hacer y cantar música para niños.  
  Juana Rodríguez Maya es una joven de sólo 33 años que decidió calzar las botas de la imaginación y dejar pequeñas las más empinadas cumbres del Macizo de Guamuhaya.
  Y se volvió hierba y capullo para dejarse pastar por los sueños y no dejar que el dolor mellara su corazón.
  Su mayor riqueza, dice, está en el sol del alma, ésa que pone en cada canción o actividad infantil que realiza en la comunidad.
  "Yo tengo a un niño siempre creciendo en mi corazón. Si no fuera por todas esas cosas que realizo para ellos... Imagínate..., con la situación que tengo con mi pequeño Adrián Felipe*... Esto es lo que me ha servido para seguir adelante, lo que me impulsa, me da aliento.  
  "A él le gusta que yo cante, baile, haga cuentos. Incluso, juntos interpretamos El camión de plátanos, pero le da pena hacerlo en público. Disfruta mucho en las actividades y eso me reconforta, al igual que los aplausos que me da, las espontáneas risas que me envía desde cualquier rincón, porque es el pago al esfuerzo".  
  A Juanita, como la conocen todos en el Consejo Popular La Sierrita, la humildad le acompaña siempre, la trae consigo con la misma naturaleza conque irradia una sonrisa para el travieso Adrián.
  "Me nace desde el fondo de mi alma la necesidad de comunicarme con los chicos, trabajar para ellos. Desde que era estudiante en la Primaria leía los comunicados, recitaba, bailaba, cantaba... Por eso hoy hago de todo.  
  "Empecé a laborar en el Campamento Provincial de Pioneros Ismaelillo, en 1994, como guía profesional para las actividades con niños, lo cual me sirvió de escuela. Tengo que reconocer a mis compañeros de entonces y ahora, Bienvenido Toledo, Alberto Rodríguez, Nancy Díaz, José A. González, Justo Luis Martínez, que me disciplinaron, ayudaron y facilitaron los medios y recursos para el desarrollo eficiente de las actividades. Todavía hoy puedo contar con ellos, con la Organización de Pioneros y la UJC de Cumanayagua".  
  Y es que esta muchacha, oriunda de San Juan -un poblado ubicado en el Circuito Sur rumbo a Trinidad-, pero que la vida convirtió en hija adoptiva de La Sierrita hace ya 20 años, es la jefa del Grupo de Recreación del Consejo Popular, el cual agrupa a nueve asentamientos poblacionales, de ellos seis del Plan Turquino: Cafetal, San Blas, Monforte, San José, Río Chiquito y Vegas del Café; y tres de la premontaña: Gavilán, La Legua y La Sierrita.  
  "Cuando en el 2001 operaron al niño de un adenocarcinoma evolutivo me incorporé como promotora cultural en San Blas. Allí estuve hasta el 2003 en que nace Adrianis Susana, que ya cumplió dos años, por lo que me traslado hacia acá.
  “Un día llegan con la noticia de que teniendo en cuenta los resultados positivos del trabajo realizado hasta ese momento me promovían para el cargo actual, o sea, el de jefe del Grupo de Recreación.  
  "Acá hemos logrado que cada asentamiento tenga un promotor cultural y un instructor del INDER, a los que les exigimos un plan de actividades con no menos de catorce eventos. Es importante divulgar que se incluyen dentro de esas acciones talleres de artesanía, plástica, festivales de canto y décima, entre otras.  
  "Hoy contamos con un grupo de música tradicional, Rumores del Turquino, que tiene ocho integrantes, los cuales realizan un maravilloso trabajo con niños y desarrollamos en toda la zona el Festival Nacional Cumanayagua Montaña y   Son, único de su tipo en el país, con la participación de músicos y agrupaciones del patio.  
  "No existe una fecha histórica o acontecimiento cultural relevante que no festejemos. Recientemente celebramos en la plaza el 45 aniversario de la captura del bandido Barba Roja. La misma fue promovida por el proyecto de Plantas Medicinales de El Gallego Otero, serenatas por el 4 de Abril, 23 de Agosto, 28 de Septiembre, saludamos las jornadas de Girón, Camilo-Che, es decir, siempre andamos en la búsqueda de hacer más y más cosas para la población que vive y trabaja en las montañas.  
  "Existe una estrecha relación con todos los factores de la comunidad con vistas al desarrollo cultural del Consejo. Claro, que todo esto es posible por la insustituible colaboración que nos brinda la Dirección Municipal de Cultura, en Cumanayagua.
  "Quiero resaltar que en las actividades con los niños he tenido la suerte de recibir el concurso de la propia Miriam Yanet, presidenta nacional de la OPJM (Organización de Pioneros José Martí) y de la directora del Palacio de los Pioneros de la localidad. Las relaciones con esta organización son insuperables; los contactos me han valido, incluso, para que me envíen casetes de música infantil, porque eso sí, en esas fiestas las canciones tienen que ser para niños, no las concibo de otra manera".  
  La infancia parece que aún anida en su rostro, que bien descubre a una mujer que ama lo que hace, lo disfruta y vive con intensidad y quien no puede dejar pasar por alto la contribución de sus padres, amigos, vecinos, de las organizaciones de masas y los organismos del municipio, que le ha permitido llevar adelante su propio proyecto comunitario “Del monte soy”, que no es más que una mezcla de varias  artísticas.    Y dejamos a Juanita mirando una y otra vez el verde que viste a las cumbres escambradeñas y pensando en alguna acción cultural para hacerle la vida más grata a los hombres y mujeres de estos parajes del lomerío cienfueguero.  
  "Aún me quedan insatisfacciones porque a veces fallan, por una u otra razón de peso, las actividades y no siempre tenemos la asistencia deseada, pero estoy contenta y pienso que el futuro artístico de la montaña y premontaña se enrumba por buenos caminos. De eso estoy segura".

 *  Adrián Felipe Núñez Rodríguez pertenece al proyecto Sembrando esperanza, el cual auspicia el Palacio de la Salud de Cienfuegos en colaboración con la UNICEF. Agrupa a los 63 niños que en la provincia padecen de enfermedades oncohematológicas, con el propósito de sensibilizar a la comunidad en la lucha contra el cáncer  y llama a unir corazones, invadir el alma de emociones para ayudar a las familias y aquejadas.  

Con la vitalidad de una isla

Con la vitalidad de una isla

  Mientras conversa, Perla Delgado Valle dirige con frecuencia la mirada hacia la bahía a través de la única ventana de su oficina en la sede de la Fiscalía Provincial. Ella tiene una relación especial con el mar: lo cuenta entre sus grandes pasiones y, en consecuencia, escogió este local desde donde puede solazarse con el panorama marino de la zona más bella de la ciudad.
  Jefa del Departamento de Protección de los Derechos Ciudadanos, Perla es de esas personas dotadas con talento para la conversación. Por eso no rehúsa hablar a los lectores sobre su vida y su quehacer profesional.
 ¿Quién es Perla?
  "Una mujer, madre de dos hijos y abuela de un niño precioso -dice y sonríe-, fiscal desde hace diez años, que ha trabajado y estudiado mucho para poder llegar hasta aquí y hacer lo que siempre quise: trabajar en la rama del Derecho, aplicar justicia y poder sentirme realizada como mujer, madre y profesional.   Ese ha sido mi más grande empeño y creo que lo he cumplido en mayor o menor medida".
  En su opinión, el vocablo justicia comprende muchos significados. "Para mí es verdad; es equidad; encierra valores y principios. En mi labor es muy importante, porque puedo aplicarla a los casos que por razón de mi función tramito, y así poner en la balanza lo más justo a la hora de tomar una decisión.   Es difícil ser justo, es un reto aplicar justicia, porque en la vida nada es blanco y negro, todo tiene matices", comenta.
  No es casual su incursión en el universo del Derecho, pues ya de pequeña manifestó aptitudes para llevar la toga.
  "Siempre fui muy revolucionaria, en el amplio sentido de la palabra. Era inquieta con los cambios, la búsqueda de la verdad, la lucha por los derechos.   Por eso siempre trabajo el tema de la mujer. Desde niña me interesé por esta profesión y la Psicología. Me gusta saber cómo piensa la gente, cuáles son sus móviles para actuar de una u otra forma. Cuando no leo o estudio algo sobre   Derecho, lo hago sobre Psicología", alega.
  Elegante y refinada, pocos sospecharían que con sólo quince años ya se enrumbaba en el ámbito laboral. Un aula con estudiantes de Primaria fue el escenario de su primer empleo, al que accedió dado el déficit de maestros existente entonces. Luego vino un período de labores como secretaria en diferentes entidades y organismos de esta provincia y de Villa Clara que la nutrieron de conocimientos por el roce con los obreros y otros trabajadores.
  "Yo no me hice licenciada por la vía convencional. Había abandonado el preuniversitario para casarme. Ahora lo considero un error, pero bueno, la vida está hecha de aciertos y desaciertos. Estando en la Empresa de Productos Industriales, pasé un curso de Auxiliar de Bufetes Colectivos y luego otro de Dirección de Programas Musicales Radiales. Cuando regreso de Santa Clara (a donde había ido a vivir luego de mi segundo matrimonio), me incorporé a trabajar como técnico auxiliar de Bufetes, labor en la que permanecí durante seis años. Alcancé el duodécimo grado en la Facultad. Ya yo desde Santa Clara venía estudiando técnico medio en Derecho y terminé. Mi tesis, que versó sobra la divorcialidad en Cienfuegos, obtuvo buena calificación.
  "Por esa razón y visto mi interés por aprender, los profesores me estimularon a matricular el curso a distancia de Licenciatura en Derecho. No fue fácil. Comencé en el año ’92, en pleno período especial".
  ¿Demandó mucho esfuerzo de su parte?
  "Imagínate, con dos niños pequeños, mi esposo militar. Fue una etapa difícil.   Le debo mucho a mis compañeros del Bufete, porque de una manera u otra me ayudaron a alcanzar mi objetivo, que era graduarme. El sólo hecho de trabajar en el Bufete fue para mí una gran escuela. Yo asistía a ocho abogados, hacía divorcios, declaratorias de herederos, entre otros asuntos. Esas vivencias me ayudaron muchísimo".
  Entonces, ¿por qué escogió ser fiscal? ¿Se aviene con su personalidad?
  "Cuando terminé la carrera pude quedarme en el Bufete, pero me di cuenta de que por mi forma de ser me resultaba difícil asumir la defensa de delincuentes.   Me gusta decir la verdad, expresar lo que pienso y ser consecuente con eso. A veces la vida te obliga a hacer concesiones y las hago, siempre que no vaya en contra de mis principios, mis valores y mi cosmovisión.
  "Tras haberse cumplido el contrato como asesora jurídica del Fondo de Bienes Culturales, me proponen acercarme a la Fiscalía. Toqué a la puerta del Fiscal Jefe y en septiembre de 1997 ya había sido nombrada fiscal. La investidura me la otorgó el Fiscal General de la República Juan Escalona Reguera. Decidí dedicarme a la actividad de Protección de los Derechos Ciudadanos, porque considero que ésta es la cara más bonita, humana e integral de la Fiscalía. En 2002 recibí el nombramiento como jefa del departamento", recuenta.
  No por haber consolidado una carrera, Perla ha abandonado la autopreparación. Poseedora de un voraz apetito por la superación, continúa estudiando y ha participado en múltiples eventos provinciales, nacionales e internacionales. Ha asistido a varios Congresos efectuados en el país sobre temas concernientes a la mujer, la familia y los menores.
  ¿Qué reflexión puede hacer sobre el delito en Cuba?
  "Constituye un fenómeno de la sociedad particularmente complejo, en la cual la comisión del hecho delictivo es solo su manifestación externa, pero tiene su causa y fuente de generación en un conjunto de factores sociales, económicos y culturales, entre otros.
  "Cuba no escapa a este fenómeno. En muchos casos no hay correspondencia entre la acción y la respuesta. También existen factores psicosociales que influyen en eso. Independientemente de las condiciones objetivas, casi siempre atacamos los hechos y no las causas que los provocan. Considero que el alto índice de consumo de alcohol en la población cienfueguera es uno de los factores que provocan hechos violentos, aumentando el delito sobre todo  contra la vida y la integridad corporal".
  El registro de violencia y hechos delictivos en la población joven del país, ha suscitado la preocupación de los profesionales del Derecho. Diversos son los factores conducentes a que en la provincia aumente el número de adolescentes que incurren en acciones que la ley tipifica como delito para los adultos.
  "Las insuficiencias que se presentan en el trabajo educativo de los centros educacionales, las crisis que tienen lugar en los hogares rotos y disfuncionales de los menores, así como las deficiencias en la labor política ideológica de las organizaciones de base de su radio de acción, se presentan como causas y fuentes de generación de la conducta social desviada de los menores, y de la actividad delictiva”, señala al respecto la fiscal.
  ¿Considera que la represión policial o la acción penal son el mejor camino para erradicar tales males?
  "Los estudiosos del mundo en este tema se preguntan: ’¿vale la pena la pena?’ Se ha demostrado que eso no resuelve el problema. Pero hasta el momento no hay otra forma para reprimir tales conductas. Son de gran importancia los programas de la Revolución con la guía del Comandante en Jefe que de aplicarse desde edades tempranas podría solventar ese fenómeno.   Se trata de primeramente humanizar, educar a la gente. La represión es necesaria, pero si se llegara a la educación primero, sería mucho mejor".
  Tenaz veladora de los derechos de la mujer, Perla reconoce que la cubana ha ganado muchos espacios en la vida económica y social, mas advierte su distancia respecto a otros por alcanzar. "Hemos sido capaces de conquistar grandes cosas. Hemos logrado superarlos en diversos ámbitos, sin embargo en el hogar todavía no compartimos el poder. ¡Yo sí!- acota risueña-. Pero en  sentido general, jugamos el rol de administradoras; ellos, el de proveedores.
  "Pienso que debemos ocupar más terreno en el acceso a puestos de dirección, lograr que las políticas no sean trazadas solamente por los hombres.   No soy feminista, simplemente considero que algún día debe existir una equidad en la relación de poder social y familiar entre hombres y mujeres. De esta manera todo fluiría mucho mejor, habría menos violencia, mayor respeto al mejoramiento humano en un mundo concebido para ambos sexos", opina la licenciada, miembro también de la Comisión Provincial de Atención y Prevención Social.
  En su parecer, ser un buen fiscal demanda entrega y muchos requisitos. "Es necesario estar comprometido con la Revolución, el Partido y la institución a la que uno pertenece. Ser ético y profesional. Esto último va con el respeto a sí mismo y hacia los demás, en la medida en que seas capaz de poseer mayores conocimientos. Esto te permitirá dar una respuesta, atender a una persona, orientarla y poder hallar soluciones más justas y apegadas a la vida y a la ley.   Eres fiscal las 24 horas del día; incluso, una pierde hasta el apellido: ’Perla, la fiscal’. A veces estás en un escenario y la gente te evalúa, observa cómo te conduces", afirma.
  ¿Y cómo cree que ve la población la actuación de ustedes?
  "Pienso que nos ven como los funcionarios que velamos por sus derechos, por la legalidad socialista. De manera general, la población confía en nosotros los fiscales. Nos hemos ganado ese espacio y respeto, y eso se logra con la actuación diaria".
  Alejada por un instante de sus urgencias profesionales, Perla habla acerca de sus aficiones. "Del arte me gusta todo: la música, el teatro y el cine. Hay otras manifestaciones como el ballet y la pintura que me cuesta más comprender, pero igual las disfruto. La música y el mar son elementos muy importantes para mí", confiesa esta mujer que se dice demasiado perfeccionista, muy dada a la critica y un poco orgullosa. "Soy exigente conmigo misma. Eso me lleva a hacer un análisis de en qué me equivoqué y aprender de los errores", declara.
  Allí, en el acogedor ambiente de una pequeña oficina, ordenada y adornada con sencillez, no declina la invitación a definir lo siguiente:
  Familia:
  "Lo más importante en mi vida".
  Amistad:
  "Tiene un valor inestimable para mí. Soy incondicional con mis amigos y amigas. No importa que nos veamos mucho o poco. Están ahí y sé que pueden contar conmigo, y yo con ellos".
  Amor:
  "Soy una eterna enamorada. No sólo de mi pareja y mi familia, sino de la vida, del color del mar, de las plantas".
  Cienfuegos:
  "Mi ciudad, a la cual hago honor con mi nombre".
  Cuba:
  "Es mi isla, la isla del Caribe a la que pertenezco y perteneceré siempre. Creo que la vitalidad de nosotros los cubanos se debe a que vivimos en una ínsula".

Mujer de alto vuelo

Mujer de alto vuelo

  Con 22 años, Bleynis Egües Dueñas descifra los misterios del aire y se distingue como la única representante de su sexo que pilotea actualmente un avión en Sancti Spíritus.  
  ¿Pero aquella muchachita menuda?
  No puede ser.  
  Por el uniforme, parece. Oye, al avión no hay que cargarlo ni cogerle ponches. Pues sí, ella misma es, viene para acá...  
  El diálogo transcurre entre reportera y fotógrafo, a un costado de la pista de aterrizaje de la Unidad Empresarial de Base Centro, perteneciente a la Empresa Nacional de Servicios Aéreos, en Sancti Spíritus.  
  Se trata de la joven Bleynis Egües Dueñas, llegada hace más de un año desde su natal Cienfuegos para conducir las riendas de un avión.  
  En breve iniciará su misión de esta jornada: observación de campos forestales en busca de posibles incendios. Es sólo un día más en su tierna carrera de piloto.

EN EL AIRE  

  Ajusta el “casco”, controla los botones en la cabina y sonríe. Dispuesta otra vez a “volar”, Bleynis se olvida del mundo. Ahora todos sus sentidos están a los pies del AN-2, un equipo al que conoce muy bien.  Le voy a decir algo que va a ser una sorpresa para usted: cuando chiquita yo le tenía miedo a los aviones.  
  ¿Entonces...?
  Eso me vino de los Camilitos, primero más bien por embullo. Ese día yo estaba de guardia y cuando fui a almorzar me dijeron: ‘Hay unos médicos ahí haciendo chequeos para mujeres pilotos’, ya te digo, fui por embullo, pensé: si salgo, perfecto, y si no, veo cómo estoy físicamente. Salí bien, luego me mandaron para La Habana y me dieron la carrera.
  Ya después estaba convencida de que quería eso, porque el proceso duró un mes y fui conociendo a pilotos que me hablaban de sus experiencias, me iban diciendo más o menos cómo era y comenzó a interesarme la idea; en sí yo ni me enteré cuándo fue que me gustó más.
  ¿Cómo estuvo la primera vez?
  Espérate, la primera vez no fue volando, fue saltando en paracaídas, porque como parte del curso había que hacer primero dos saltos o no podías seguir la carrera, y hubo que saltar. Ya después empecé a volar, al principio me dio un poco de miedo, porque en ese avión hay que pegarse demasiado al aterrizar, como es más chiquito, y yo dije: ¡ay!, nos vamos a estrellar. Hace así: psssssss, como si se fuera a meter contra la pista, antes me asustaba un poquito, pero después se me quitó eso.  
  ¿Qué se siente en el aire?  
  ¿Aparte de la bulla del motor?, imagínate, a partir de que yo me monto allí ese avión es mío, y del capitán. Es una responsabilidad, estás pendiente de él, de su temperatura, de toda su vida durante el vuelo.  
 ¿Qué haces dentro del avión?
  El capitán es quien lo vuela y yo, que soy copiloto, llevo la comunicación y los controles de los parámetros del motor. Puedo también volar sola.  
  ¿Emergencias?
  Llevo un año y cinco meses trabajando y hasta ahora no se me ha presentado ninguna emergencia.
  ¿Y sustos?
  Sí, uno, o varios... Una vez nos metimos en una neblina que no dejaba ver nada, ni para arriba ni para abajo, para ningún lado; me asusté, pero después salimos y se me olvidó...

CON LOS PIES EN LA TIERRA  

  Primero en Camagüey y más tarde en Sancti Spíritus, Bleynis acumula más de 570 horas de vuelo. Disfruta el oficio, estudiar y conocer los aviones.  
  Aquí lo he visto todo, no conocía esta provincia y ahora no hay quién me haga un cuento de Sancti Spíritus, por lo menos desde el aire. Lo que más me gusta es sobrevolar la presa Zaza, porque me parece que voy por encima del mar, como es tan grande...
  ¿Le ha ido bien entre hombres?
  No fue tan difícil, porque en la escuela éramos nada más dos mujeres y me había acostumbrado. Al principio sí estaba un poco cohibida, pero ya me siento bien, me he ganado el respeto de todos.
  Trabajo en avionetas AN-2; sirven para el “bombardeo” de la prensa, para la instrucción (enseñar a volar), trabajos agrícolas, forestales, de ambulancia en caso de heridos...
  Me siento muy útil; por ejemplo, nosotros llevamos la prensa a lugares a los que no pueden entrar los carros, agilizamos la fumigación en la agricultura; podemos ayudar a apagar incendios.  
  ¿Ha pensado en matrimonio?
  Sí, he pensado, pero todavía no.
  Y si le dicen: yo no me caso con una mujer piloto...
  Que se busque a otra que no lo sea.
  ¿Cómo define Bleynis el hecho de volar?
  Lo más grande. Es un orgullo estar a la altura de cualquier hombre.


Empeño y tenacidad mueven montañas

Empeño y tenacidad mueven montañas

  "La fe mueve montaña" se dice con frecuencia, aunque no hay evidencia de que tal cosa haya sucedido, al menos por la fuerza de la fe, y sí por acción del hombre o por accidente de la naturaleza. Pero la frase sigue teniendo validez, pues simbólicamente significa el triunfo sobre las cosas, aún cuando se confunda fe con empeño y tenacidad.
  Graduarse de médico es abrir las puertas de un largo camino que conduce a la más noble de las actividades humanas. Así piensa Yudelkis Ibañes Gómez, una joven recién estrenada como especialista en Medicina General Integral y que tiene su consultorio en Hoyo de Padilla, una remota población serrana en medio del macizo de Guamuhaya, en el centro sur de Cuba.
  "Estos tres años de labor en las montañas constituyen una experiencia extraordinaria, pues nos prepara para futuras contingencias, máxime cuando formamos parte del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias Henry Reeve, creado el 19 de septiembre de 2005 por idea del presidente cubano Fidel Castro.
  "Aunque cada persona y cada pueblo tiene derecho a una vida sana y a disfrutar el privilegio de una existencia prolongada y útil, las sociedades más ricas y desarrolladas han convertido los servicios médicos en vulgar mercancía, inaccesibles para los sectores más pobres de la población. Cuba ha logrado demostrar que puede hacerse mucho por el hombre, sin importar en qué lugar de la Isla pueda habitar.
  "Ya no tienen por qué existir las tumbas sin nombre a orillas del camino, que guardan dolorosos recuerdos de un pasado carente de atención médica antes del triunfo revolucionario de 1959. Para satisfacción de los moradores serranos,  aquella triste realidad fue borrada para siempre.
  "Los servicios médicos en la montaña son el mejor ejemplo de ello. Aquí en el macizo de Guamuhaya se alcanzan índices de salud impresionantes. En Hoyo de Padilla, lugar en el que me desempeño, las estadísticas hablan solas: mortalidad infantil y materna en cero, así como el índice de bajo peso al nacer; todo eso junto al estado relevante de otros indicadores de salud fundamentales, representativos de una calidad de vida superior.
  "Asistimos en la consulta unos 14 pacientes diarios; a otros les visitamos en sus propias casas, y atendemos ocho adultos mayores incorporados al Círculo de Abuelos", expone la doctora.
  En muchos países del Tercer Mundo tales servicios apenas existen. Y, entre los desarrollados y calificados como ’países en desarrollo’, las diferencias son abismales. Mientras las estadísticas hablan de naciones desarrolladas con índices de mortalidad infantil inferiores a 10 por cada mil nacidos vivos, y una perspectiva de vida que alcanza o rebasa los 80 años de edad, en África se tienen que resignar a mortalidades infantiles en menores de un año que superan los 100 y hasta 150 por cada mil nacidos vivos, y una esperanza de vida que disminuye, y en algunos fluctúa ya entre 30 y 40 años.
  "Si antes esto era una utopía, podemos decir que ya nadie muere en el lomerío por parasitismo, una de las principales causas de enfermedades en estos lares. De igual forma, aquí se manifiestan otras patologías como la hipertensión arterial y el asma bronquial, y hábitos como el de fumar que desencadenan en enfermedades respiratorias.
  "Es verdad que tenemos que ser tenaces y empeñarnos mucho para lograr disminuir los riesgos. Con tal propósito damos charlas educativas acerca de temas tan importantes como los malos hábitos higiénicos, el embarazo precoz, y la necesidad de disminuir la ingestión de bebidas alcohólicas y el tabaquismo.
  "También hacemos un seguimiento y control de pacientes hipertensos, diabéticos y cardiópatas, entre otros", acota Yudelkis.
   Desde los primeros años del triunfo revolucionario los servicios de salud irrumpieron en el lomerío acompañando a la educación y otras mejoras. Todos estos factores del sistema de salud constituyen un verdadero impacto acompañante de las transformaciones en zonas del Plan Turquino, programa que justamente este 2 de junio arriba a su vigésimo aniversario y mediante el cual el montañés disfruta los avances científico técnicos y tiene al doblar del camino lo que antes le resultaba muy distante: la atención primaria de Salud, por apenas mencionar beneficios en ese campo.

Del surco a la Universidad

Del surco a la Universidad

  Muy joven andaba y desandaba los surcos ayudando a su esposo en las siembras y hasta el sol le había dejado alguna que otra marca en su piel. Había culminado los estudios del pre, pero no se decidió por ninguna carrera universitaria. Entonces, un buen día, hace como cuatro años, Mislay Fernández González, torció caminos sin perderse en el polvo.
  “Cuando se inaugura la sala de televisión aquí en Hoyo de Padilla me invitan a que forme parte de la dirección de la misma, pues era joven y tenía un buen nivel cultural, me agradó muchísimo la idea, por lo que embullé a seguir superándome, por lo que estoy ya en el segundo año de la Licenciatura en Estudios Socioculturales”, explica Mislay.  
  Y es que las salas de televisión ubicadas en el macizo de Guamuhaya, además de constituir una fuente de empleo para los jóvenes de la comunidad, se han  convertido en una acción de positivos saldos culturales y políticos para los pobladores de esos pequeños asentamientos, al acercarlos con el  medio audiovisual y la recreación sana.
  En los poblados El Nicho, Crucecitas, Cuatro Vientos, El Sopapo y hasta en el casi inaccesible Hoyo Padilla, ubicados en puntos elevados del lomerío, los habitantes tienen la opción de disfrutar de la programación de la pantalla chica  durante varias horas.  
  En la mayor parte de las salas, los residentes de los asentamientos participan en la práctica de juegos de mesa o pasivos, actividades culturales, concursos, debates sobre temas variados y promociones de salud.  
  “Por medio del vídeo, el cine sigue siendo un instrumento eficaz para aportar cultura y conocimientos de todo tipo a quienes lo siguen de cerca. Por esa causa, muchas de las cintas presentadas coadyuvan  también a elevar el nivel patriótico de los residentes de las zonas rurales, que tienen la oportunidad de saber cómo es su país y las perspectivas para su desarrollo”.   
  En muchos casos la energía eléctrica llega por medio de paneles fotovoltaicos o utiliza como fuente la producida por pequeñas minihidroeléctricas, aunque en distintas zonas las comunidades tienen posibilidad de iluminarse mediante las redes del sistema nacional.  
  “Aquí tenemos la suerte de contar con paneles fotovoltaicos y con una antena parabólica que nos permite ver siete canales de televisión: Cubavisión nacional e internacional, Telerebelde,  los dos Educativos, Canal Habana y ACN. Somos una de las salas con mayor capacidad, pues tenemos unas 50 sillas, siempre llenas porque nos hemos convertido en el centro de la vida misma de los pobladores de la com unidad.  
  “Abrimos las puertas desde las 8:30 a.m. hasta las 10:00 p.m., y tres veces en la semana exhibimos películas. Los demás días ofrecemos actividades diversas, tanto en el orden cultural como políticas o recreativas”.
  La encomiable labor de Mislay Fernández González, directora de la sala de televisión, le ha merecido reconocimientos, pero el que más valora es el de constituir hoy la mejor del municipio de Cumanayagua durante dos años consecutivos. La experiencia acumulada, además de los resultados de su labor, serán expuestos en un evento acerca del tema en la hermana provincia de Granma.