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Evas al Sur: blog de la mujer cienfueguera

Cienfuegueras

ROSALINA ACEBAL ARMAS: Cuenta sus hijos por cientos

ROSALINA ACEBAL ARMAS: Cuenta sus hijos por cientos

 La condición de madre y enfermera vino a fungirse en una noche sin estrellas. La luz del farol fue suficiente compañía para que Rosalina, de 17 años, trajera al mundo a unos de sus primeros bebés. Aún se desconoce, según precisiones de algunos amigos, la cifra exacta de cuántos han salido de su “vientre”.
  “Llevó 39 años dedicados a los niños. Imagínate en ese tiempo cuántos he parido y criado. A veces uno llega a saber hasta porqué lloran y los reconoces fácilmente. Convives con ellos. Hay que saber ser madre y enfermera, ambas profesiones, por decirlo de algún modo, requieren de un inmenso amor y de una calidad humana excepcional”, asegura Rosalina Acebal Armas, licenciada en Enfermería y especialista de Neonatología, en Cienfuegos.
   A pesar de que aquellos años de juventud ya pasaron, esta cienfueguera insiste en volver a los lomeríos. “Ahora estoy en la espera de mi última misión. No sé cómo voy a dejar a mis niños, pero quiero brindar mis conocimientos a otras naciones. Aquí hay un relevo bueno y eso me reconforta. De todos modos será como volver a Crucecitas.
  “Era 1969 cuando me alistaron para asistir a pacientes en el Hospital de Crucecitas, ubicado en las entrañas del Escambray cienfueguero. Eso fue una gran escuela. Allí aprendí a hacer de todo con casi nada. Yo les digo a mis compañeras que quien trabajó en el lomerío cumplió una misión en los Serros de Venezuela. No existía una educación sanitaria en la mayoría de los poblados y hacía falta mucha asistencia médica.
 “Había un déficit enorme de personal calificado, sobre todo en la salud, quizá sea ésa la razón principal por la que hoy soy enfermera. Empecé con 16 años. Tuve que esperar a tener la edad laboral para comenzar a trabajar”, exclama antes de evocar una de las anécdotas más paradigmáticas de su vida.
  “Un día vino una paciente muy grave al Hospital, pues se había introducido en la vagina una semilla de cedro para provocarse un aborto. Cuando eso ya existía un médico en la entidad, pero no teníamos en qué movernos hasta Cienfuegos. Yo sugerí montarnos en el camión de Juan Venado, un vecino del poblado. Todos dijeron que estaba loca, pues aquel vehículo no tenía barandas, enotnces les respondí que esa mujer no se nos podía morir allí. Así salve la vida de una joven como yo, en ese momento”, agrega Rosalina Acebal, quién fuera coordinadora de todos los cursos de Neonatología realizados en la provincia.
  Sobre el cuidado de sus niños, precisa, que siempre estuvo entre sus intereses profesionales. “Después de salir de Crucecitas me incorporé al centro de la Maternidad en Cienfuegos, donde radica hoy la sucursal de ETECSA. Desde ese año inicié la mayor de mis labores, ser enfermera de Neonatología, o lo que es lo mismo, enfermera de cuidados especiales al recién nacido. Luego estuve de Jefa de ese servicio por 19 años. Y a continuación cubrí la jefatura de Enfermería del Hospital Materno “Mártires de Girón” durante 10 años.
“Siempre me he movido en el área materno-infantil. Me siento feliz, pues he colaborado en la salud de nuestras mujeres e hijos al lograr en ellos una mayor calidad de vida. Hay muchas cosas que me inspiran, en primer lugar, ser mujer y cubana. También el hecho de haberme desarrollado en esta Revolución”, testifica con un poco más de desenfado.
  Al decir de muchos el haber sido dirigente por varios años de diferentes organizaciones políticas y de masas,como el Partido y los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) el cual dirigió en su cuadra por 27 años, nunca la ha frenado para ocuparse de su hogar. “Biológicamente soy madre de Roxana, aunque te podrás imaginar que tengo miles de hijos más. Mi trabajo exige combinar dos profesiones únicas a mi entender, la de madre y enfermera. También tengo una nieta de 10 años, Darianna, a quien le cuento todas mis peripecias en la sierra y el llano. Ellas forman parte de ese tesoro que todos llevamos a cualquier lugar”, insiste Rosalina.
  Para los vecinos una típica cubana que siempre está dispuesta a servir a los demás. Una empedernida amante de las plantas y flores, con quienes suele conversar casi todas las tardes de su vida. “He vivido durante estos años para eso. Yo he estado en todas partes. He tratado de inculcarle a las nuevas generaciones ese amor que siempre he sentido por la especialidad.
 “Me apasiona trabajar con los niños. Muchos médicos importantes de Cienfuegos como el Dr. Peraza me propusieron en varios momentos que estudiara medicina, pues para ellos, era una excelente Pediatra. Y mi respuesta siempre fue negativa. Siempre quise ser enfermera”, aclara una vez recorrido una gran parte de su obra por los más de 50 años de existencia.
    Y es que para Rosalina Acebal la vida ofrece un abanico de oportunidades. “Lo difícil es saber encontrar para cuál de ellos naciste tú”, exclama. Al umbral de la jubilación no quiere saber de una despedida formal, prefiere salir escurridiza por aquel pasillo que un día la hizo madre y enfermera. Sabe que por siempre oirá el llorar de sus hijos, aunque para entonces esté en el mismísimo centro de la geografía africana.
 

Mercedes Caro Nodarse: Periodista y embajadora del pueblo

Mercedes Caro Nodarse: Periodista y embajadora del pueblo

Por Yudith López Ramos

  Corría el mes de agosto del año 1980 y el pueblo de Cienfuegos andaba ansioso ante los últimos preparativos para la salida del entonces diario CINCO de Septiembre, órgano oficial del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba.
  Por aquellos días y con tan solo 18 años, Mercedes Caro Nodarse se hizo partícipe de este acontecimiento, formó parte de un colectivo que devino su familia, su vida.
  "Desde niña quise ser periodista o diplomática, y siendo muy joven tuve la oportunidad extraordinaria de adentrarme en el mundo de la prensa escrita", recuerda.
  "Pero no llegué por la puerta ancha, estuve seis meses como recepcionista y luego 22 años de correctora, una verdadera escuela, hasta que ocupé la plaza de redactora reportera", comenta esta mujer sencilla de gran fortaleza de carácter.
  "Todavía recuerdo el mediodía del 5 de septiembre de 1980, cuando se repartieron gratis los primeros ejemplares del periódico. Fue extraordinario percibir la aceptación popular, apreciar la alegría con la que los voceadores salieron a las calles gritando la novedad: Cienfuegos ya tenía su diario".
  Afirma orgullosa que llegó a ser la más joven del colectivo y ahora brinda sus experiencias.   "Aquella niña que un día comenzó su vida laboral entre grandes  rotativas y cajas, ahora le aporta sus modestos conocimientos a las nuevas generaciones.
  "Sin dudas, tres décadas son mucho tiempo -reflexiona-, pero si volviera a nacer, elegiría una vez más este camino. De ese período gané satisfacciones profesionales, emociones, gratos recuerdos, conocimientos y muy buenos amigos".
  Sobre el periodismo enfatiza, que todavía le falta desterrar del lenguaje las frases trilladas, los esquemas. Considera que hay que investigar, cuestionar, y no ser simples difusores de la mera información.
  Esta profesional de la palabra conserva el ímpetu del primer día. Su tenacidad le permite destacarse como madre, esposa e hija, federada, cederista, promotora cultural y mucho más.
  Ante la pregunta, explica que uno puede conseguir todo lo anhelado, cuando pone mucho esfuerzo. "Para que los sueños se cumplan, resultan necesarios los desvelos, la lucha contra múltiples adversidades.
  "Cuando miro hacia el pasado, me siento contenta pero no satisfecha. Todavía me falta mucho por conocer, y cada día bebo la savia de los jóvenes que vienen de la Universidad, pues de los nuevos también se aprende".
  De alguna manera, Mercedes Caro Nodarse cumplió sus primeros deseos. La prensa y sus lectores la hacen cómplice.
  "Me considero periodista y diplomática. Puedo llevar el  pensamiento a todas partes para persuadir, convencer, provocar, y esa es la diplomacia, la búsqueda de apoyo y solidaridad. También constituye función de la prensa cubana mostrar al mundo nuestras conquistas y tender puentes solidarios para defender diversas causas. El periodista es embajador de la política del pueblo llevada a la pluma, al sonido, a las imágenes".

Canto a Samay en el umbral de la inocencia

Canto a Samay en el umbral de la inocencia

  No sé que tiene Samay. Tan pronto la descubrí entre los demás niños fue como si un manto de magia nos envolviera; enseguida deseé hablarle, conocer todo lo relacionado con ella, ganarme su confianza, ver brotar esa sonrisa que atesora como algo divino, en ese mundo tan de ella, lleno de objetos que se le hacen grandes, muy a pesar de sus 12 años.
  Busqué en el enmarañado mundo de las redes el significado de su nombre, y el diminutivo, Sami, ése por el que todos le llaman, tiene origen libanés y es reflejo de nobleza. Su naturaleza emotiva, amable y condescendiente. Suave, cordial, sagaz, expresiva, insistente, de sueños alcanzables, pues “todo lo que me propongo lo logro”, dice sin el más mínimo reparo, para espetar de un golpe: “Quiero ser doctora o abogada”; aunque la veamos artista.
  Sami muestra facilidad para dar forma grata a las creaciones de una imaginación siempre fecunda, manifiesta en los cuentos y fábulas que escribe.  Posee una increíble destreza -a pesar de su displasia ósea generalizada- en la coordinación y ejecución de sus actuaciones, las cuales le han merecido el gran premio en festivales nacionales de artes infantiles, convocados por la Asociación Cubana de Limitados Físico-Motores (ACLIFIM).
  Interrumpí uno de los ensayos en los que está inmersa junto a la instructora de la Casa de Cultura Benjamín Duarte, Mayra de Armas Córdova; entonces, la imaginé dueña absoluta del escenario, interpretando el monólogo “Duerme negrito”, de manera magistral; y su pequeñísima estatura se me hizo inmensa, inalcanzable; y no fui más que un diminuto puntico en sus ojos claros, lindos, vivaces, inquietos, enormes...
  Su madre, Nancy Águila Madernas, no puede contener las lágrimas cuando la ve actuar. “Es inevitable, no importa cuántas veces interprete un papel, conduzca un programa, cante o baile; para mí es siempre la primera vez, y la disfruto, la admiro y vibro como nadie”, acota.
  Un hijo es el regalo más grande que te da la vida. “Las mujeres tenemos ese don sagrado, fecundar en nuestro vientre un nuevo ser. Si este nace bien el obsequio es completo; pero, cuando llega al mundo y te das cuenta de que algo le sucede, entonces redoblas los esfuerzos, agrandas el pecho para llenarlo de amor, porque ninguno será suficiente para darle”.
  “Al principio fue duro, llegué hasta acomplejarme, no podía comprender por qué me había sucedido a mí, pienso que esto mismo le ocurre a todas las madres que tienen un hijo con alguna discapacidad. Después fue tanta la ternura, el deseo de cuidarla, reconozco que la sobreprotegí. Mire, a ella la intervinieron quirúrgicamente a sólo 10 horas de haber nacido, pues tenía una deformación del tubo digestivo, una estenosis esofágica con fístula discal. Estuvo realmente muy grave. Es indescriptible la angustia vivida. Yo me enamoré de mi embarazo, era mi primera hija, la gran ilusión de toda mujer”.
  Rememora los duros días que pasó junto a su camita en el hospital Pediátrico de Cienfuegos y cómo le golpean en sus oídos los diagnósticos ofrecidos por los especialistas de la institución, Ana María Machado Consuegra, Ortopedia, y Mercedes Fonseca Hernández, II grado de Pediatría; así como el de los galenos del Instituto de Ortopedia y Traumatología Frank País, de la capital del país: coxa vara y luxación bilateral de cadera, deformidad del torax, inmunodeficiencia celular…
  Nancy y Samay, madre e hija, son un complemento perfecto. Existe confianza, apoyo, entrega. “Un día llegó a la casa y me dijo: ‘mami, tengo que decirte algo’ ‘¿sí, qué cosa?’, ‘tengo novio y se llama Roberto Javier’, y comenzó a contarme cómo él le ayudaba en la escuela; porque fue al colegio hasta el curso pasado, hoy recibe las clases en la casa”.
  Para Ángela Torres Guerrero -maestra con 37 años de experiencia, de ellos dos en la Enseñanza Especial- trabajar con Sami es algo extraordinario. “Ella es una niña de alto rendimiento, así lo corroboraron los técnicos del Centro de Diagnóstico y Orientación de Educación. Es capaz de resolver ejercicios complejos y en español es muy buena. Atiendo a otros dos niños, Marcos y Raciel”.

DRUME MI NENGRE…

  Vestida con la indumentaria imprescindible para su actuación, y en sus brazos el muñeco negro que Mayra le trajo, va diciendo los versos uno a uno, sin equivocarse, dándoles los matices precisos. “Debes proyectarte más en esa parte”, le rectifica la instructora. “Drume mi nengre que viene el loco y te llevará”
  “Desde que era chiquita me gustaba imitar a los artistas que veía en la televisión. Cantaba, bailaba…, en la escuela siempre participaba en las actividades. Estuve en el coro y el grupo de teatro del colegio. Me agrada RBD, me sé casi todas sus canciones. Con eso me siento bien, feliz, porque además de divertirme, mis amigos lo hacen también. Hago lo que puedo, me esfuerzo para hacerlo bien”, explica.
  Y de un salto imita poseer un micrófono en la mano y comienza a cantar y bailar. “Ella puede llegar a ser lo que desee “, acota la instructora de arte, quien lleva cuatro años preparando a Samay, aunque posee experiencia en la labor con discapacitados.
  “Me di cuenta enseguida que la niña tiene grandes aptitudes para la actuación, primero fueron poesías, y ya hacemos monólogos, es capaz de lograr la esencia misma de las cosas y sacarlas a la luz, imita todos los movimientos, lenguaje…, es una artista, la hemos probado en festivales y demostró valía, al punto de llevarse cinco premios: mejor actuación, puesta en escena…”.
  Mayra dirige el proyecto Despertar de un sueño, en el que participan seis niños con diferentes patologías, y se han presentado en distintos festivales de la ACLIFIM, ferias del libro, jornadas de la cultura. “Sami se desenvuelve muy bien, ahora estamos en la fase de montaje de un nuevo monólogo y estoy segura del éxito”.
  Con su “negrito” en los brazos le recita dulcemente los versos. Observa a la instructora y a los vecinos curiosos asomados al portal. Todos la quieren mucho, por ese donaire, amor a la vida, y entrega…
  Sami, con modales distinguidos va vestida con atuendo de fiesta, bordando con ribetes mayúsculos la proeza de vivir; arrostrando el dolor infinito de la imperfección humana, ésa que le tocó por arbitrio de la madre naturaleza o por el azar de nuestra existencia.

Mujer con alas de mariposa

Mujer con alas de mariposa

  Son las mariposas irreverentes y gráciles, decenas de ellas dejan “congelados” a los muchachos del barrio, justo cuando más caliente se pone el partido de pelota improvisado en medio del campo. Trazando un vuelo irregular y azaroso, irrumpen en una tranquila calle, para posarse en un charco, una flor del jardín del vecino, o seguir de largo en busca de su propio destino. Ellas son como esos imprescindibles ángeles que le han nacido dentro del pecho de esta gran mujer, que como la magia de los cuentos de hadas o como esta historia de su vida, les pinto en el cristal de sus ojos para que puedan conocerla.
  “Llegué al mundo por manos de comadrona, un 25 de agosto de 1941, en mi propia casa de la calle San Luis, entre Santa Cruz y Santa Elena, en la ciudad de Cienfuegos, y la música me llegó a la edad de cinco años cuando mi madre, optó por regalarme un pianito de patas largas”, dice Luisa Rosario Acea León, mientras tararea la música que la remonta a sus recuerdos durante su feliz infancia, rodea del amor y cariño de sus más queridos seres.
  Luego, cuando cumplió 7 años aprendió los misterios del piano, enseñanza que duró ocho años, pues incluía teoría, solfeo, armonía, historia de la música, pedagogía y repertorio. De entonces a acá nadie puede hablar de la historia de la cultura cienfueguera si no se le menciona, porque Luisa es ante todo una promotora innata.
  Cumanayagua le abrió el sendero de sonrisa y luz, pues allí llegó con sólo 16 años, con cartilla, lápiz, papel y su farol para alfabetizar a los pobladores, para después laborar como maestra en la escuela Raúl Suárez, ubicada en la casa de Ramón Bermúdez, por la calle Mandinga. “Es en ese intercambio con los campesinos cubanos cuando se desenfrenó mi pasión por la guitarra, los instrumentos de música tradicional como las maracas, el güiro y las claves”.
  Sin embargo, es el acordeón su más fiel seguidor. “Es verdad, me acompaña a todas partes. Eulalio Gómez, Lalo, fue quien me descubrió sus misterios, y me enseñó a tocar la mandolina. Quiero que sepas que aprendí mucho en Educación, mis años de labor en ese sector me ayudaron a ser cada vez más organizada, disciplinada.”.
  Quiso la casualidad que el 14 de diciembre de 1964, fecha en que conmemoramos el Día del Trabajador de la Cultura, comenzara su fructífera labor profesional, como especialista de música y artes plásticas, en el Teatro Guiñol, como animadora, acompañante rítmico, en la confección del atrezzo y en varias ocasiones como actriz si era necesario.
  “Comencé a laborar como instructora de música y luego de enseñanza general, desde antes de la década de los 60, porque siempre me gustó formar a los niños y jóvenes. En los años 66-67 trabajé como profesora en la Escuela Provincial para Guías de Pioneros, situada en la carretera de Buena Vista, y colaboré con la formación de los niños del internado Octavio García, hoy convertida en la de Instructores de Arte, donde me desempeño ahora como pianista acompañante en las clases de baile.
  “Después, junto con Noemí Olascoaga, allá por los años 70, creé el coro de niños de 1ro. a 4to. grados en la Biblioteca Provincial, lo cual me valió importantes premios municipales, regionales y provinciales. En 1972 dirigí la Escuela Elemental de Música Manuel Saumell y en 1977 me traslado para el Sectorial Provincial de Cultura, para atender las escuelas de Música y Artes Plásticas, como coordinadora de enseñanza artística”.
  Muchas entidades del sector cultural guardan su impronta. La creación del grupo "Meñique" con los alumnos de preescolar en la escuela primaria Guerrillero Heroico, este grupo luego se llamó "Vocecitas de cristal" y luego "Chicuelos del Mar". Promovió un taller de guitarra, de donde nació "Cuerdas y Voces" y surgen el dúo Estrellita, Tríos y Trovadores. La incansable labor con los adultos mayores o con los niños del barrio, como lo fue la Brigada Artística Dionisio Gil, de Centro Histórico.
  Fue instructora voluntaria en el contingente Juan Marinello y ha recibido innumerables reconocimientos, entre los que destacan las distinciones Raúl Gómez García y 23 de agosto, de la FMC; el Premio Jagua (2000) máxima distinción que otorga el Sectorial Provincial de Cultura 2000; Premio Provincial de Cultura Comunitaria (2000), y Premio del Barrio (2001), otorgado por la Dirección Nacional de los CDR, y más recientemente, el pasado 18 de febrero de 2009, Premio Nacional Olga Alonso, por la obra de la vida, instituido por el Consejo Nacional de Casas de Cultura.
  "Esta vocación me corre por la sangre, es una herencia familiar, mi abuela, mi mamá y yo estábamos muy vinculadas a la cultura. Ahora son mis hijos, Rafael y Arlene, él guitarrista, ella vocalista del grupo Mano Franca; y mi nieta quien se prepara con el fin de ingresar a la Escuela de Instructores de Arte, todos ellos, junto a aquellos que me acompañaron a lo largo de mi vida me hacen muy feliz”.
  Lleva en su alma la música y ese sabor polifacético que la acredita como una gloria de la cultura cienfueguera, sin embargo, la grandeza de su espíritu resalta cuando la vemos entregada, en cuerpo y alma a esos niños que sufren alguna discapacidad.  “Son niños y niñas que olvidamos sin querer, que necesitan ser abrazados, amados, ellos quieren cocinar pasiones y caminar dando algo de comer al viento, algo que susurrar”, dice, mientras canta con ellos. Raulito, Keny, Lily, Yaidelín, Dany, Milaidy, Yamina, Vladimir, Mervin, Minelis, Rodney, Yoandry y Yosdelmis, esperan ansiosos cada martes y viernes. Les renace la vida y la esperanza cuando la ven llegar, halando el carrito en el que porta el acordeón o la organeta.  
  “Cuántas preguntas acuden a la mente humana cuando nos enfrentamos a estas personas. Sin embargo, la faena con ellos reconforta muchísimo, aprecio la oportunidad de intercambio con los padres, brindo apoyo a los que se enfrentan inicialmente al grupo, sobre todo en los aspectos relacionados con la atención y aprendizaje. Trato de dar lo mejor de mí. Trabajo duro, pero sin desanimarme. Eso los ayuda a no pensar, no sufrir, a no perder su identidad”.
  Va Luisa abriendo espacios en el mundo para hacer una vida inédita. Y esboza aquella sonrisa como diciendo "¡soy feliz, por lo que hago!". Ella está siempre bien humorada, llena de una gran paciencia, porque “jamás los cambiaría, aún si pudiera, por otros niños que caminen bien, hablen correctamente y lean. ¿Qué otro niño me conmovería tanto así?".
   No hay una pizca de banalidad ni de discurso hueco cuando habla, una y otra vez, ella se levanta, anda, camina en pos de las cumbres más hermosas: hacer de la cultura el alma y el espíritu de la nación.

Musas para multiplicar vergeles

Musas para multiplicar vergeles

Para Miriam Fonseca la depresión fue moción para el ingenio. Una enfermedad limitó su vida laboral, su única hija se independizó, y por último el ciclón Dennis devastó el cariz bucólico de su casa, en el barrio La Esperanza, aledaño a la carretera de Caunao, justo donde la ciudad entronca con el enclave rural.
 Cuando el desaliento amenazaba constreñir su vida, su esposo Arnaldo Correa ayudó a erigir el sortilegio: sembrar plantas. Hoy el patio de esta pareja, sito en la calle 131, a esquina 68, lo atienden especialistas del Jardín Botánico de Cienfuegos, pues el hechizo de su belleza es matizado por disímiles especies de importancia ornamental y botánica.
Sobresalen 70 tipos de helechos, 45 de begonias, 33 de orquídeas, 10 de palmas, cuatro de bambúes y múltiples variedades de malangas, todo un patrimonio de esfuerzo y entrega:
 "Creo que se me logran por el amor que les profeso. Estas plantas son mi compañía, alegran mi vida y la de mis vecinos; les dedico hora y media de riego por la mañana e igual tiempo por la tarde; disfruto el placer que proporcionan a mi vida y a todos los visitantes.
 "Ahora fomento un círculo de interés con los niños ciegos y débiles visuales de la Escuela Especial Bartolomé Rivas Cedeño, situada aquí cerca; ellos conocen el caudal natural, aprenden a cultivar, dominan las bondades de la Medicina Verde y el valor estético de la flora cubana".
 La especialista del "Botánico", Ileana García, desarrolla un círculo de interés con estos niños desde hace varios cursos. Las maestras e instructoras del centro apoyan la actividad. Acompañan a los pequeños, Ileana Cabrera y Kiriana Caballero, y la profesora Diana Castillo, de Estimulación Visual, quien se refirió al valor de esta tarea:
 "Los niños reconocen táctilmente las variedades de plantas, y eso contribuye a desarrollar sus sentidos e impulsa su validismo".
Para Miriam Fonseca, avivar la iniciativa de crear esta floresta le costó un año y cuatro meses de búsqueda incesante. Con la ayuda de su hija y tres sobrinas que ella llama "Las Marianitas", van a los viveros, al Escambray, y han pedido ayuda a Omar Alomá, propietario del jardín homólogo palmireño Macradenia.
 "El sustrato es definitorio; con mis ayudantes traigo carretillas de estiércol de granjas cercanas y ese abono natural les confiere salud y belleza a las plantas. Mi vecino Luis Leyva me fabrica los envases y también me apoyan en el Jardín Botánico los técnicos Julio y Aracelis, en cuanto al combate de plagas.
 "Con esa colaboración ya hice aquí una pecera y pienso hacer un pozo, para si vuelve un ciclón, tener garantizada el agua de estas plantas sembradas todas en tierra, para protegerlas dentro de la casa y no ver más devastación en mi patio".
 Así nació este acogedor paraje, que aún no tiene nombre, pero se ha pensado ponerle La Jagua, cuando se cultive allí un ejemplar de esa especie epónima de la región.
 Es este vergel una muestra de la espontaneidad en la protección de la diversidad biológica, vital en las estrategias ambientales, esencial en la fertilidad de los suelos y descontaminación del aire.
 Más que ensoñación, el lugar es un monumento a la necesaria armonía del hombre con su medio, la educación ambiental y la participación ciudadana que estos objetivos demandan.  

Con un sueño en la piel

Con un sueño en la piel

  No elegimos vivir, pero cuando la magia del nacimiento se produce, llegamos al mundo anunciando la buena nueva, vestida con atuendo de fiesta trascendente para la familia, aunque para el resto de las personas, no implicadas directamente en el hecho, no pase de ser un acto cotidiano, cubierto con el rutinario ropaje de la normalidad.
  Aspiramos con el ansia legitimada por el amor a que los hijos nazcan fuertes, sanos, saludables, sin discapacidades físicas y cuando no sucede así el mundo familiar arrostra el dolor infinito de la imperfección humana, ésa que nos tocó por arbitrio de la madre naturaleza o por intervención del azar en nuestra existencia.
  Todos tenemos derecho a disfrutar de la existencia y es entonces cuando palabras como coraje, fortaleza de espíritu, dignidad humana alcanzan ribetes mayúsculos para bordar la proeza de vivir. Para las personas que gozan de un físico saludable, difícil es imaginar cómo sería llevar una vida con algún impedimento.
  Mi entrevistada es una lección de vida. Coexistiendo con una discapacidad física, eligió el camino de la autonomía, la ascensión y el crecimiento humano, en beneficio propio, de su familia y la sociedad, desterrando el oscuro camino de la depresión.
  En Cuba, a diferencia de otros países la limitación física no es un tabú que margine a las personas, es por ello que al llegar a la Oficina Territorial de Estadísticas en Cienfuegos (OTE) y preguntar por Marlén Chaviano Sánchez, previa identificación y con nuestro objetivo puesto de manifiesto, logramos sumar adeptos al entusiasmo por la entrevista.
  La encontramos en su pequeña oficina, devenida "cuartel de trabajo", donde anuarios estadísticos y cifras globales campean en la blancura del monitor situado al alcance de sus ojos. Desde su puesto frente a la computadora o acomodada tras su escritorio, ofrece sus conocimientos como licenciada en economía y especialista en el análisis de esta disciplina".
"Los estaba esperando"-nos comenta.
  Eres una experta de tu propia vida Marlén ¿Cómo funcionan en ti los términos sobreprotección, dependencia moral y física, autoestima?
  "A pesar de la discapacidad no me llevo bien con la sobreprotección. Poseo una familia muy unida, siempre pendiente de mí, tengo la fortuna de contar todavía con mi madre, pero ella ha sabido respetar mi independencia, la ha dotado de alas propias.
  "Esto me ha facilitado asimilar mi impedimento como un reto, donde el esfuerzo personal abre el camino de la superación, a mi lucha porque la sociedad me vea como una persona igual a las demás, con unas ganas tremendas de vivir.
  "No se trata de rechazar una ayuda, pero he aprendido a existir con mi dificultad, sin sentimientos de inferioridad. Ella es un reto, un esfuerzo para continuar con mi vida y no puedo permitirme un punto de retorno.
  "Cuando con mi desarrollo físico la enfermedad congénita que padezco comenzó a progresar e invalidar mis miembros inferiores, busqué un sentido a mi existencia. No soy invulnerable, está claro, pero me propuse que a pesar de la enfermedad, la alegría, el optimismo y la voluntad serían las mejores aliadas para encontrar el camino en mi crecimiento como ser humano", afirma
  Todos tenemos sueños en la vida, algunos confesos, otros inconfesos hasta para nosotros mismos y que duermen en la piel hasta ser despertados. ¿Los tuyos?
  "Sentirme útil y aprender todos los días, saber de donde viene lo que veo a mi alrededor, lo que descubro en los libros, en los rostros de la gente. Si tú supieras, quise estudiar periodismo, pero cuando empecé en el preuniversitario y comenzó a degenerar mi afección física, asumí el límite y me decidí por la Economía".
  ¿Ingresas a la ACLIFIM…? (Asociación Cubana de Limitados Físico-Motores)
  "En el año 1982, desde su formación en la provincia. Fui la económica durante mucho tiempo. Después, a partir de 1993 y hasta el año 1999 estuve prestando servicio en la Dirección Nacional de la Asociación, en calidad de Vicepresidenta Ejecutiva.   Allí aprendí mucho. Ahora… soy una simple afiliada, pero siempre pueden contar conmigo".
  Nunca estará desligada del mundo de la Asociación. A todo ese gremio de personas discapacitadas en Cuba lo representó en República Dominicana, para develar una verdad que nos singulariza en el mundo.
  ¿Y los estudios de economía?
  "Encontré en ellos una vía de satisfacción personal, a muchos le parecen muy áridos los temas económicos, pero resultan imprescindibles a la hora de explicar los procesos que se gestan en una sociedad.
  "Empecé a trabajar en la OTE en el año 1977, como técnica, pero seguí estudiando hasta que en el año 1982 me gradué de nivel superior".
  Desde el año 1999 y hasta la fecha, la distinción de mejor economista de la provincia no ha abandonado su hoja de servicios. Preside la ANEC (Asociación Nacional de Economistas de Cuba) en la sección de base número 2 de la OTE. Como parte de sus funciones dentro del ejecutivo municipal en esta organización, la investigación científica también ocupa su tiempo. Temas como Población y Desarrollo, Fecundidad de la Mujer en Cuba, Barreras Arquitectónicas y sus Posibles Soluciones, Diseño de Programas de Atención a Discapacitados, entre otros, han encontrado interrogantes en el universo investigativo de esta especialista, quien gusta además de compartir sus conocimientos con los jóvenes egresados que inician su vida laboral en la OTE.
  ¿Qué hay con el deporte?
  "Todavía busco un ’tiempito’ para practicarlo".
  La participación en el Maratón Terry Fox, las preseas de oro, plata y bronce conseguidas en justas de atletismo y tenis de mesa, las guarda como testimonio de lo que exigencia y voluntad significan en la vida.
  ¿Cómo te ves a ti misma y cómo quisieras te vieran los demás?
  "Como una persona normal que no se considera carga para sí misma, ni para su familia, ni para la sociedad. Sufro una discapacidad física, pero no soy diferente a otra persona. Yo decidí vivir y ser útil.
"Me quedan anhelos, quizás el no haber logrado una familia nuclear, aprender todos los días un poco más, superar las incomprensiones que he tenido con algunas personas por defender mi punto de vista, poner mi cabeza en la almohada y estar en paz conmigo misma, aunque tengas que decir ¡hasta aquí! Necesito oír, pero también que me escuchen", enfatiza.
  Una preparación humana, moral, y la negación del sufrimiento como estado perenne en la existencia, hacen de esta mujer hogareña, pero no sedentaria, una lección para nuestras vidas mientras, en su piel, maravilloso receptor de sensaciones, los sueños continúan prestos a ser despertados

Frontera siempre alerta

Frontera siempre alerta

 Corre el año 1993. Los inspectores de Aduana asignados al aeropuerto marcan una valija. Tienen una corazonada, la suspicacia de muchos años les indica realizar un minucioso chequeo. Y no se equivocan. En el forro de uno de los equipajes descubren una mortífera carga: un paquete encubierto con dos granadas, mientras en otros hallan un mimeógrafo y varios cuadernos para reproducir octavillas con vistas a alentar la subversión interna. El plan era claro: colocar explosivos en zonas turísticas del país, plantas eléctricas y otros objetivos económicos.
"Nuestra misión primera es enfrentar acciones de
terrorismo y narcotráfico contra la nación", expresa Ivett Marrero, inspectora de la Aduana Territorial de Cienfuegos. "Cuba es un país agredido y asediado; el primer deber es defenderlo", señala esta joven, que ya acumula varios años en la institución.
"Con la ayuda de la
técnica canina y del grupo especial antidrogas hemos detectado varios intentos de ingresar narcóticos al país. Recuerdo el caso de un turista que incluso pretendió sobornarnos con cientos de dólares, como si la tranquilidad y la salud de nuestros jóvenes y niños pudieran comprarse con un puñado de dinero. En lo que va de año hemos interceptado ya a cuatro viajeros con el mismo propósito", acota Ivett. 

UN POCO DE HISTORIA

  Surgida el 5 de febrero de 1963, la
Aduana General de la República de Cuba tiene entre sus misiones fundamentales la de asegurar el cumplimiento de la legislación aduanera y garantizar la seguridad de la sociedad mediante el enfrentamiento a acciones ilegales de cualquier carácter.
  Otras importantes encomiendas son las de hacer cumplir la política de comercio exterior del país, así como contribuir a la
protección del medio ambiente y del patrimonio nacional.
  En los últimos años, el acervo cultural cubano se ha convertido en punto de gran atracción para el mercado ilícito, de ahí que los especialistas se esmeren en el descubrimiento de cualquier intento por vulnerar las leyes patrimoniales.
  No son pocas las anécdotas relacionadas con la frustración de intentos de sacar del país valiosas obras de arte y otras piezas, entre las cuales sobresale la que abortó el empeño de robarle a nuestra heredad una partitura original del célebre músico alemán Johann Sebastian Bach, el más grande maestro entre los compositores del Barroco y probablemente de toda la música clásica.
  Lissette Herrera Toledo, asesora jurídica de la institución, refiere: "Se dan casos frecuentes de turistas que reciben como presente algún cuadro o lo ha comprado, y pasan por un mal momento cuando se les informa del decomiso del bien, pues muchos desconocen que antes deben evaluarlo con especialistas del Registro de Bienes Culturales, quienes dictaminan si la obra tiene o no valor patrimonial o museable. En caso negativo, se les devuelve".
  Para asumir esas tareas, los inspectores y el personal de nuevo ingreso se capacita en la
Escuela Nacional de Formación Aduanera (ENFA), en la cual son actualizados con lo último, tanto en materia legal como en el empleo de medios técnicos.
  La Aduana cuenta, además, con un sistema automatizado a nivel nacional por el cual circulan las incidencias. Esa red facilita hacer valer en puertos y aeropuertos las disposiciones emitidas por los diferentes ministerios.
 "Tenemos un servicio de atención a la población, de lunes a viernes, de 8:00 a.m. a 4:30 p.m., mediante el cual los interesados en viajar o que recibirán a algún familiar pueden obtener la
 información necesaria; esto serviría de mucho para evitar malentendidos posteriores, sin otra solución que el decomiso", acota Lissette.
  Al llegar a un puerto o aeropuerto, todo turista espera buen trato, corte
sía y agilidad en sus trámites, y los aduaneros se convierten en la primera y la última cara que observa el visitante. De ahí la necesidad de que la Aduana sea, en sí misma, viva imagen de profesionalidad y eficiencia, una institución siempre capaz de satisfacer las necesidades de quienes necesitan de su concurso.

Oficio para tocar las nubes

Oficio para tocar las nubes

 Una grúa de puente, de varios metros de altura, va por los carriles una y otra vez; debajo se vislumbran los bloques que va “poniendo” la máquina que operan Yoan, Félix, José Manuel y Osmany.
 Parecía que María Rosa González Ordóñez nunca terminaría la rutina diaria. Entonces nos divisó y detuvo el ir hacia un lado, arriba o abajo del guinche, y descendió por la enorme escalera que la separa del suelo y la acerca un poco más a las nubes.   El aire se empeña en  vano en despeinar sus cabellos fuertemente atados sobre la nuca y cubiertos por un pañuelo doblado en forma de cinta, pero sí la obliga a entrecerrar los ojos. Una pequeña llovizna, casi imperceptible toca su rostro anunciando la llegada del nuevo frente frío. De edad madura, no deja de ser grácil esta mujer, que no lleva más adorno que una sonrisa que contrasta con la piel morena, quizá aún más morena por el sol que a diario la fustiga.  
 No resulta fácil trabajar durante horas expuestas al sol, al polvo, al viento y mucho menos a las alturas, con esa tensión propia que causa el saber que de nuestra habilidad depende en mucho la vida de otros y el cumplimiento de los planes económicos. Si en los hombres eso constituye un esfuerzo, por demás sinónimo de una gran voluntad, qué podemos pensar de esta mujer que venció al miedo y decidió un día montarse en una grúa.   Parca en su conversación, María Rosa explica que no fue sencillo el comienzo. “Pero conté con la ayuda de mis compañeros, quienes me dieron confianza, seguridad y aliento.
 “Cuando, María Coto Valladares -otra compañera que se desempeñó también en esas funciones- me expresó que hiciera el curso para gruera porque ella iba a retirarse, sentí un poco de miedo. Yo llevo 21 años aquí, en el Combinado de Prefabricado de Cumanayagua, pero nunca se me había ocurrido realizar algo parecido.¡Vaya, que le tenía miedo, me faltaba el valor para hacer este trabajo!  “En aquel momento yo era ayudante de producción, hacía muchas cosas dentro de la empresa; por ejemplo, la fabricación de celosías y por último estaba haciendo ‘duro fríos’, que no son más que piezas que sirven para el recubrimiento del acero y el cemento. Entonces, me dan la oportunidad de hacer el curso, en el que estuve unos seis meses.  “Quiero decirle que he venido superándome a los largo de todos estos años, pues empecé como auxiliar de limpieza, después trabajé en el pañol y posteriormente entré de ayudante en la producción.
 “Al principio me daba hasta un poco de mareo la altura; pero, bueno, tengo una máxima que de los cobardes nada se ha escrito. Ya hace dos años, aproximadamente, que estoy en esta función. Hasta ahora me va bien, a tal punto que pienso retirarme aquí. A veces siento muchas preocupaciones, las cuales me inquietan, porque la grúa tiene algunos problemas con los frenos.
 “Mira, para ser gruero, primero hay que tener la voluntad de serlo, no sentir miedo para trabajar en ella; segundo, exige requisitos indispensables, como son el dominio de la capacidad total de los elementos a cargar, de qué tipo son, cómo alzarlo, cuánto pesan, cuáles deben ser izados en un momento dado.   
 “También hay que conocer la técnica del equipo, porque puede ser que le coloquen una carga que tenga un mayor peso al que la grúa pude levantar, y estos equipos están certificados para determinados pesos, entonces, eso pude ser fatal, tanto para la máquina como para los compañeros que estén cerca de la misma laborando. Es necesario determinar si la eslinga con que trabaja está en buenas condiciones, si los rieles por los que transita están bien, si el guijo que hay echarle a los cables es el correcto, todo eso hay que dominarlo bien, así como darle el mantenimiento diario que lleva.
 “A eso súmale la inmensa responsabilidad de cuidar mucho al hombre, porque hay que estar pendiente del lugar en el cual están laborando. Me gusta estar al tanto de eso, que no se pongan debajo de la carga, porque, por ejemplo, ese lugar donde tienen ubicada la máquina de producir bloques es un poco peligroso, por eso siempre estoy hablando con el operador de la misma, señalándole que tenga precaución, y se fije si los frenos están bien o que si se van, se aparten rápido para evitar un accidente.  “Creo que por esas razones mis compañeros se sienten bien conmigo, incluso cuando han tenido que mandar a otro operador, por alguna razón, ellos me extrañan mucho. Y yo me siento muy satisfecha con ellos, conozco la condición humana que los distingue, su solidaridad, ese espíritu de trabajar hasta el final para cumplir las metas y donde las diferencias no existen, ni dirigentes ni obreros, aquí sólo hay revolucionarios.  
 “Además, mis tres hijos, Abel, Yeneidy y Yunieski, me ayudan, me entusiasman, se preocupan por mí, y no creas, también me preguntan qué siento cuando estoy en las alturas, tan cerca del cielo”.
 Casi sin percatarme le robé unos minutos a esta incansable mujer. Varios hombres esperan por ella para continuar con la faena de producir bloques para cualquiera de las obras de la batalla de ideas que se construyen en la provincia.  
 Observé en derredor y sonreí. Entonces pensé que Clara Zetkin estaba segura del cometido de las féminas en el mundo cuando expresó que incorporarlas a la a la sociedad y para la sociedad, constituye duplicar las fuerzas productivas. “Mucho más, decía, la libre participación de la mujer en todas las esferas de la vida social significa una más rica y variada calidad de las conquistas”.