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Evas al Sur: blog de la mujer cienfueguera

Cuando Baco se viste de mujer

Cuando Baco se viste de mujer

Mercedes Caro Nodarse
@eidita

Magalys Chaviano Álvarez
@magurrio

Comenzó a ingerir bebidas alcohólicas por acompañar al esposo, un hombre bueno, quien traía a casa todo cuanto necesitaba la familia; trabajaba duro, muy duro y ese era el modo de “pasarla bien”, botella de por medio. Pero tras haber consumido medio litro, aquello ya no era un hogar, sino un campo de batalla. Así, para evadir el caos, ella se acostumbró a beber junto a él, hasta tornarse en hábito.
El intercambio con especialistas de Salud se produjo tarde, muy tarde, en medio de una consulta forense, luego de asesinar al esposo en una de las borracheras vespertinas del cada día en las cuales se involucró la familia. Apenas si lo había amenazado con un cuchillo de cocina mientras preparaba una ensalada, y un rato después ya no había remedio. Dos hijos, uno pequeño y otro adolescente, quedaron a merced de los parientes. Ese fue el saldo de esta historia, dolorosamente real.

TRAGO A TRAGO

En todos los tiempos y épocas las mujeres han consumido alcohol, y Cuba no está exenta de ello. Aunque acá el alcoholismo femenino no se revela como una contingencia de sanitaria, quizá por la manera como se manifiesta. No obstante, es importante prevenir tal enfermedad crónica.
Un signo preocupante lo constituye el aumento de las bebedoras en las últimas décadas. No falta por ahí quien vea la génesis de tal espiral en el espacio ganado por las féminas desde mediados del siglo XX, cuando dejó de ser pecaminoso e inmoral que apuraran un trago. Llega la euforia con los primeros sorbos, y junto a ella, el brindis inicial de un suicidio que no destruye de inmediato la vida, sino la va anulando de a poco hasta hacer de su existencia un mundo infernal.
Los especialistas hacen notar que el organismo femenino contiene entre el 5 y el 10 por ciento menos de agua que el masculino. Por ello, igual dosis surte en las mujeres un efecto tóxico mayor y con mayor rapidez que en los hombres. Asimismo, le acorta el período comprendido entre los primeros signos de la enfermedad y la total dependencia.
Para conocer sobre el tema y cómo funciona en la provincia de Cienfuegos la ayuda profesional a estas personas, 5 de Septiembre conversó con el Dr. Sergio García Cordero, especialista de Primer Grado en Psiquiatría y coordinador del grupo de Salud Mental y Adicciones de la Dirección Provincial de Salud. “Se trata de un trabajo que parte de la comunidad, desde la Atención Primaria, porque es en el consultorio del médico de la familia, donde de inicio debe acercarse el enfermo. El alcoholismo es una enfermedad crónica, que no solo produce daños en lo biológico, sino también en lo social, y así debe reconocerlo quien busca ayuda profesional.
“Todos los policlínicos tienen un Centro de Salud Mental; allí con el psiquiatra del área, se establece el grupo de ayuda. La única condición exigida es la voluntad para enfrentar el tratamiento de deshabituación”.
En los últimos tiempos el alcoholismo femenino aumenta, mientras en 2010 la proporción hombre-mujer era de 10 por una, para 2015 ya es alarmante: de 10-4. Quizá las estadísticas así lo recogen por la mayor accesibilidad a los servicios especializados de Salud, o son entre otras las frustraciones ante la situación económica actual las que engrosan los números. Sobre el particular conversamos con la Dra. María Magdalena Caro Mantilla, especialista en Primer y Segundo grados en Psiquiatría, profesora de la Universidad de las Ciencias Médicas y profesional con experiencia en el tema.
“La mujer alcohólica es más estigmatizada que el hombre por su función en la sociedad. Se trata de un fenómeno a escondidas, de puertas adentro. Por lo general se inicia con la ingestión de bebidas alcohólicas acompañando al esposo. Las he visto en consulta provenientes de todos los ámbitos: desde amas de casa hasta profesionales, de modo que el nivel de escolaridad no es un factor preponderante.
“Las mujeres absorben más rápido la bebida y se vuelven alcohólicas y dependientes con mayor facilidad si las comparamos con el género masculino. Pero el daño social es superior cuando se trata de la mujer, madre, organizadora del hogar, conductora de familia… Por ello insistimos en la necesidad de buscar ayuda en nuestros especialistas, preparados para orientar según corresponda en cada caso”.
En este tipo de adicción, ellas también se convierten en diana de prejuicios que no suelen rozar jamás a los varones. Estos son únicamente enfermos, mientras las del sexo opuesto se someten a un examen social de comportamiento y moralidad, situación que las torna doblemente en víctimas. Mientras un borracho puede resultar de algún modo gracioso —en determinadas circunstancias—, una mujer en similar estado solo provoca rechazo y epítetos sumamente negativos. De ahí que se oculten para beber y no reconozcan que están realmente enfermas.

IMPACTO DE UNA REALIDAD

La calle no termina. Es como si el trazado hubiese cambiado su estructura. No está recta, zigzaguea. Las fachadas de las casas se alejan cada vez más y sus manos no alcanzan a tocarlas. Por momentos parece que va a caer. Su cuerpo se balancea ora hacia delante, ora hacia atrás. Un grupo de niños se burla, la empujan. Los más grandes le levantan el vestido. Tropieza y cae sobre el pavimento. Un líquido convulsivo sale de su boca y se entremezcla con la sangre que ha comenzado a brotar de la cabeza. Ya no se levanta…
Hace unos diez años atrás Gumersinda era diferente. Limpia, ordenada, responsable. Alistaba bien temprano a sus pequeños hijos, y a Rafael, su esposo, le despertaba con el café recién colado. Pero un día él se marchó. Entonces comenzó a beber; primero probó vinos caseros; después las dosis, pocas al inicio, aumentaron. Ya necesitaba otras bebidas, todos los días y a cualquier hora. Uno a uno le fueron abandonando. Ariel, su hijo, hacia rumbos equivocados, hasta que las rejas le pusieron fin a sus tropelías. Después, Maité, la hija, sorprendida por una maternidad a sus escasos 14 años, y por una temprana muerte, debido al propio descuido de la madre.
Gumersinda nunca pudo levantarse del piso. El fuerte impacto provocó su deceso. Solo unos instantes duró aquella agonía, prolongada en años, meses, días. Unos pocos fueron a despedirla; pero nadie lloró sobre el ataúd.
Al final, no importa si el mal anda oculto o de juerga; si velado o a la luz pública. Lo lamentable es que Baco decidió vestirse de mujer.



Centro de Reproducción Asistida de Cienfuegos: Cinco años después

  En unos días sumarán cinco años de inaugurado en Cienfuegos el Centro de Reproducción Asistida, ubicado en el Hospital Provincial Gustavo Aldereguía Lima. Esta resulta la cuarta institución de su tipo en el país y no se circunscribe solo a la atención de la población del centro sur de la isla, sino a las vecinas provincias de Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Camagüey.  
  Más de 4 mil parejas han resultado asistidas allí, desde su creación el 3 de diciembre de 2010, y ya esperan alumbramientos futuros de la fertilización in vitro, una de las últimas técnicas aplicadas en sus laboratorios.
  La doctora Práxedes Rojas Quintana, directora del centro, en declaraciones abundó. “Las personas acuden a nosotros a través de la Atención Primaria, donde precisamente comienza el proceso, aunque no descartamos a las parejas que llegan, porque sencillamente uno de los conyugues es nacido aquí u otros casos. Contamos con un equipo de trabajo muy profesional”.
  Recién se incorporan al centro dos biólogas, ahora en proceso de entrenamiento en fertilización in vitro, quienes se encargarán del laboratorio de gametos. “Acá no solo nos limitamos a la labor asistencial, sino que desarrollamos una amplia actividad científico-investigativa y docente, de modo que los resultados van mucho más allá, del objeto específico de la institución”.
  El tiempo transcurrido y los logros acumulados, dicen mucho del compromiso asumido por los profesionales que allí laboran, un día de diciembre, casi cinco años atrás. (Por Magalys Chaviano Álvarez)

Cuando la cigueña no llega de París

  Cerca de un 20 por ciento de las parejas cubanas en edad reproductiva vivencian dificultades con su fertilidad. Significa que alrededor de 200 mil parejas cubanas son hoy infértiles.
  En comparación con el resto del mundo, donde a mediados del pasado año y según la Organización Mundial de la Salud, entre un 15 y 20 por ciento de las parejas en edad reproductiva sufren de este problema (70 millones de parejas infértiles), la cifra cubana no resalta demasiado.
  Pero pudiera adquirir connotaciones diferentes si se tiene en cuenta que en esta Mayor de las Antillas, desde hace 37 años el nivel de reemplazo poblacional es inferior a una hija por mujer y la edad de sus habitantes la convierte en uno de los países más envejecidos del continente americano.
  De acuerdo con cálculos conservadores, cerca de 200 mil parejas cubanas son hoy infértiles, catalogadas así luego de mantener relaciones sexuales estables y frecuentes sin lograr un embarazo en el término mínimo de un año.
  Entre las causas de tal situación se inscriben los trastornos endocrinos, lo mismo para hombres que para mujeres. En el caso de los primeros, resaltan la mala calidad de los espermatozoides y afecciones testiculares; en tanto a las mujeres las aquejan daños uterinos e infecciones del aparato reproductor que pueden acarrear obstrucciones tubáricas.
  El Primer Seminario Nacional de Planificación Familiar, realizado en la Isla en marzo, informaba que  27 de cada mil mujeres recurren a la interrupción voluntaria del embarazo en Cuba. En comparación con la década de los 80, cuando eran 50 por cada mil, la estadística se ha reducido, pero no deja de ser importante, considerando que dichas interrupciones pueden constituir también posterior motivo de infertilidad.
  Anualmente, tienen lugar cerca de 20 mil abortos y unas 39 mil regulaciones menstruales (Juventud Rebelde, 11 de julio de 2014). Disminuir dichos índices equivale a proteger, sobre todo en la etapa de la juventud y adolescencia,  la capacidad reproductiva femenina, contra la que igual conspiran inflamaciones pélvicas mal atendidas, adicciones e infecciones de transmisión sexual como la clamydia, el VIH o el virus del papiloma humano.

Más allá de un problema médico

  Pero la infertilidad no es solo un asunto médico, o de orden biológico.
  “La imposibilidad de concebir un(a) hijo(a) trasciende las fronteras de la medicina para convertirse en un problema social pues acarrea una serie de dificultades en el seno de la familia que está en construcción”, así asegura la socióloga Alina Álvarez Rodríguez, investigadora de la Oficina Nacional de Estadística e Información en su estudio sobre desigualdades de género e infertilidad como problema social de salud, publicado el año pasado.
  Álvarez Rodríguez subraya que “la maternidad y la paternidad no son hechos de la naturaleza, sino construcciones sociales y culturales marcadas por roles y expectativas desiguales para ambos miembros de la pareja.”
  Una interesante investigación realizada por esta estudiosa en el Hospital Hermanos Ameijeiras, reveló cuánto y cómo la infertilidad  lastra de modo diferente a mujeres y a hombres, evidenciando el modo en que condicionamientos de género marcan inequidades y estereotipos, conductas y sentimientos asociados a la tenencia o no de descendientes.
  Entre las ideas que desarrolla Álvarez en su investigación se inscribe el impacto de la infertilidad no solo en el individuo, sino en la pareja como tal, golpeada por condicionamientos culturales, psicológicos, sociales…
  De acuerdo con patrones tradicionales el binomio madre-mujer resulta casi indisoluble, mientras que el imaginario social, como tendencia, asocia la infertilidad masculina a la hombría e identidad masculina.
  De ahí que la investigadora se propuso indagar sobre las vivencias de la infertilidad en un grupo de parejas desde la cultura de género, familiar, y aproximarse a sus implicaciones en la relación de ambos, partiendo de la inexistencia en el país de este tipo de aproximación sociológica sobre el tema.
  En consecuencia, del total de mujeres estudiadas por Álvarez, el 52,6% la identifican como una frustración, algo traumático y de gran depresión emocional, acompañada por sentimientos de impotencia, inestabilidad, inseguridad y soledad. El 16% alega que es algo difícil por los sentimientos de inferioridad y las presiones sociales que afronta. El resto la distingue en términos de sacrificio y vacío emocional, cuando él es el infértil.
  De las mujeres que distinguen la infertilidad como frustración, depresión y trauma, en el 31,4% de los casos son ellas las que no pueden procrear, de ahí que perciban un mayor sentido de responsabilidad y culpabilidad, incluso aun más que cuando los dos integrantes de la pareja son infértiles. En este último caso, alega la investigadora, el respaldo sentimental y la compañía emocional juegan su papel, y la relación fluye con más facilidad que cuando se culpabiliza solo a uno de los integrantes por su incapacidad para procrear.
  En las relaciones donde el hombre es quien no puede tener hijos, él percibe tal limitación con un sentimiento de inferioridad “dado que su valor se vería limitado por no poder construir la familia anhelada, y de este modo, crear un sistema de jerarquía donde él jugaría el papel principal”.

Conflicto entre sábanas

  Aun cuando la infertilidad se hace más llevadera por la pareja en el caso de que los dos la padezcan, de todas formas, este estudio arroja que “produce en las parejas sentimientos de culpa, de desorganización y puede llegar incluso a la ruptura de la pareja.  Debido a las expectativas y esperanzas que se frustran cada mes, la situación puede volverse tensa y distante, limitando el deseo sexual a la necesidad de alcanzar el embarazo y cumplir con los dictámenes médicos”.
  Según el 63,2% de las mujeres entrevistadas, el conflicto fundamental de la pareja redunda precisamente en la calidad de las  relaciones sexuales, que pierden su carácter pasional y placentero, convirtiéndose solo en un medio para alcanzar la preñez.
  El cambio que acontece en la intimidad de la alcoba también se traduce en afectaciones en la comunicación y la convivencia en general; surgen sentimientos de agotamiento, estrés y rutina que debilitan la unión.
  Todas las áreas de la pareja se trastocan, desde la comunicación hasta la sexualidad. En esta última incluso pueden presentarse disfunciones.
  El 89,4% de las mujeres entrevistadas para este estudio afirman que la relación de pareja siempre cambia. Por su parte, el 36,8% de los hombres aseguró que no había tales diferencias, que el vínculo se mantenía igual.
  Cuando solo uno de los dos es infértil, surge entonces el miedo al abandono o la infidelidad. Como resultado de este y otros dolores, entre las parejas estudiadas la investigadora detectó casos en que ella, él o ambos, estaban valorando terminar la relación. En las parejas estudiadas donde él es el infértil, en la totalidad de las mismas se ha pensado en terminar el vínculo, en particular por parte de las mujeres.
  “…Los conflictos de género se evidencian con mayor fuerza en parejas donde él es infértil y se deben, en primer lugar, al valor que las mujeres atribuyen a la maternidad, estando dispuestas a la ruptura de la relación”, asegura la investigadora.

Puertas afuera

  El anhelo de tener descendencia y los tratamientos a que se somete la pareja encuentran también eco en los ámbitos laboral y familiar.
  La socióloga Álvarez Rodríguez asegura que el 63% de las mujeres que entrevistó presentaban problemas laborales, en particular con sus superiores, al punto que una de ellas renunció al puesto y otra se trasladó a uno de menor calificación. Ello, por la necesidad de ausentarse a menudo para consultas médicas; lo cual se conjuga en ocasiones con dificultades en la concentración y el rendimiento l aboral por hacer de la infertilidad el tema central, aun en el trabajo, cuyo contenido queda relegado por estar más pendientes a las consultas, tratamientos y llamadas.
  En contraste, el 84,2” de los hombres alega no presentar problemas laborales, ni siquiera desconcentración o estrés. Sucede que en dichas situaciones “los hombres tienen a aislarse y a refugiarse en su trabajo. Es común que el hombre se vuelque en el trabajo y comience a llegar más tarde a la casa, como forma de evadir el problema”, así asegura Gloria Aguiar, citada por la autora de la investigación citada.
  En cuanto a la familia de la pareja, también acontecen encontronazos de diversos matices: desde la falta de entendimiento, hasta la burla o el rechazo. De ahí que muchas parejas prefieran mantener a la familia al margen de ese problema.
  Entre quienes no procedieron así, cinco mujeres, de las 19 parejas estudiadas, aseguraron tener dificultades con la familia de su compañero sintiéndose cuestionadas por no poder darle un hijo, por la diferencia de edad o porque los parientes de él simplemente consideraban que merecía algo mejor.
  A diferencia de ellas, los hombres manifestaron recibir más apoyo de las familias de sus compañeras, al punto que el 68,4% declaró sentirse totalmente apoyados por las mismas.
  Entre las principales fuente de conflicto de las parejas analizadas, el 57,1% de las mismas mencionó fuertes discusiones en torno al deterioro de las relaciones sexuales, el 47% aludió a choques motivados por el propio tema de la infertilidad, mientras un 42,9%  mencionó conflictos debido a la inseguridad, generalmente femenina, y discusiones en torno a una posible adopción. En la mayoría de estas últimas, las mujeres estaban en desacuerdo con adoptar, a la espera de lograr un hijo propio.
  En un 10,5% de las uniones, aun cuando no protagonizaran enfrentamientos, sí experimentaban grandes conflictos internos. Cuando él es el infértil, ella asume  el vínculo como un sacrificio para su bienestar psicológico y social.
  A pesar de las tensiones, en ninguna de las parejas analizadas se supo de conflictos que rebasaran la agresión y violencia verbal.

¿Quién dijo que todo está perdido?

  Lo hasta aquí descrito son realidades que, con más o menos certeza, pueden intuirse. Lo interesante del estudio, sin aspirar a generalizaciones, es que se trata de un primer acercamiento a esa problemática desde la sociología. Con este, las intuiciones se apoyan en estadísticas y, sobre todo, queda sobre la mesa otra cara poco estudiada de la infertilidad.
  Sin embargo, existe conciencia de esas tormentas que en ocasiones acompañan a las parejas  imposibilitadas de tener un bebé.
  Tanto es así, que en Cuba funcionan múltiples alternativas de atención a la infertilidad que incluyen desde exámenes y procedimientos por parte del equpo básico de salud en el consultorio médico, la remisión a la consulta municipal de Atención a la Pareja Infértil, en un policlínicos del territorio donde un equipo multidisciplinario compuesto por psicólogos, ginecobstetras, licenciados en laboratorio clínico, urólogos, endocrinólogos y otros expertos,  determina si la causa determinante está en ella, en él o en ambos y cómo proceder.
  Con frecuencia, el 60 % de los casos puede encontrar solución en esa instancia, asegura el doctor Roberto Álvarez Fumero, jefe del Programa Materno-Infantil. En caso contrario, los centros provinciales de reproducción asistida son el paso siguiente y en ellos, cerca de un 30% de las parejas termina acunando a su bebé, de acuerdo con declaraciones de ese especialista hechas a Juventud Rebelde este verano.
  Las posibilidades de las técnicas de reproducción asistida de alta tecnología en centros territoriales como los hospitales Vladimir I. Lenin, en Holguín; Gustavo Aldereguía Lima, en Cienfuegos, y Ramón González Coro y Hermanos Ameijeiras, en La Habana, son el siguiente peldaño.
  El año pasado fueron destinados unos cuatro millones de dólares al Programa de Atención a la Pareja Infértil beneficiándose 37 mil 124  parejas en el país. Mil 48 embarazos fueron el resultado. Además, se efectuaron las primeras pruebas de microcirugía testicular para tratar la infertilidad masculina severa y se introdujo la fertilización in vitro con transferencia embrionaria a partir de la ovodonación (donación de óvulos) familiar.
  Justamente por conocer implicaciones de la infertilidad como las descritas, asociadas al mundo de la subjetividad y las emociones, se despliegan tantos esfuerzos. También por ello el ministro de Salud Pública, Roberto Morales,  ha asegurado que aun cuando en esas parejas no se encuentra la mayor reserva de natalidad del país, no se renunciará a  ayudarlas. Consolidar este servicio, dijo, es una tarea más humanitaria que estratégica. (Por Vladia Rubio)



Ocilia Cuesta Blackman y el sabor de las volutas

Ocilia Cuesta Blackman y el sabor de las volutas

Por Magalys Chaviano Álvarez, del 5 de Septiembre

Ya lo dijo Don Fernando Ortiz, el etnólogo cubano, en su ensayo sobre Antropología, Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar: Don Tabaco, refiriéndose a un producto que rezuma identidad, historia y cultura en esta Isla de Cuba. Pero no les voy a contar esa historia harto conocida, vamos a degustarla con Ocilia Cuesta Blackman, una mujer de apellido inglés pero criolla de pura cepa, quien tiene por oficio el catar puros en la Fábrica Quintero, de Cienfuegos.
“Hace 18 años que laboro en este centro; primero fui torcedora, luego transité por múltiples funciones, hasta trabajar en Control de la Calidad. Lo de catadora vino después, gracias a la convocatoria del Instituto de Investigaciones del Tabaco, y aquí estoy, 10 años después, disfrutando con placer este oficio.
“Recuerdo cómo llegaron a la empresa unos especialistas del Instituto y nos hicieron pruebas sensoriales. Yo no tengo vicio de fumar, pero le encendía los puros a mi padre y siempre probaba esa primera bocanada. Cuando llegaron los resultados fui aprobada”.
Ocilia no es cienfueguera, llegó con su padre, un ejecutor de la Construcción atraído hasta la ciudad por el auge constructivo de los años 70 y echaron raíces en la Perla. Tiene un hermano que también trabaja en el ramo, son tres, ella la única mujer. Se considera una persona común y sencilla.
“Quienes nos dedicamos a la cata debemos hacer renunciamientos. Fíjate, me debo cuidar el paladar, nada de comidas picantes ni calientes, ni perfumes fuertes... Ah, y no soy fumadora, pienso es dañino para la salud como adicción. Ahora, degustarlo con el placer de meditar, es algo espectacular”.
Los ojos le brillan, y cuando indago por alguna anécdota, una blaquísima sonrisa aflora.
“Es sobre algo desagradable, no se lo recomiendo a ningún debutante en el mundo del habano. Recuerdo mi primera borrachera al fumar, nunca la olvido, de solo recordar, siento como si el estómago se me revolviera. Fue muy incómodo, pero devino enseñanza, nunca más me ha sucedido”.
Casi convencida de que algunos de sus antepasados estuvo con Don Tabaco en las barracas de esclavos mientras producían a Doña Azúcar, pienso en el ensayo Contrapunteo… y en Fernando Ortiz, considerado el segundo descubridor de Cuba por sus estudios de Etnología. Tengo frente a mí a Ocilia,  no se inhibe y contesta todas las peguntas, Cohíba de por medio, y hasta me animo a probar. Y así, entre volutas, conversamos sobre los parámetros para clasificar como un buen producto.
“La calidad es esencial, por el prestigio que tiene en el mundo el tabaco cubano. En esta fábrica producimos para el mercado internacional. Aroma, sabor, combustibilidad, tiro, fortaleza, color de la capa y corte de esta, son algunos de los índices a medir. Si no quema bien, eso ya es un problema; los fuertes llevan tres tipos de hojas. No debemos catar suaves y fuertes en un mismo día... Pero todo eso se aprende con el tiempo, la experiencia es la mejor capacitación”.
¿Y tus orishas? ¿Te acompañan en el oficio?
“Por supuesto, ya te decía, catar es para mí algo espectacular, como un concilio. Soy devota de San Lázaro, a él le ofrendo uno cuando es menester, me lo enseñaron mis ancestros. Son aproximadamente 20 horas al mes lo mínimo reglamentado, porque tampoco debemos abusar del paladar, pero yo las disfruto con plenitud. Fíjate, el tabaco debe ser degustado hasta la mitad, al menos, hasta ahí entonces soy capaz de decir si es bueno o no, y lo establecen las normas”.
A estas alturas acerco mi puro a un enorme cenicero para sacudir y Ocilia me pide por señas abstenerme de hacerlo.
“No, la ceniza debe permanecer entera, esa también es una muestra a tener en cuenta. Esta no puede sacudirse como sucede con los cigarros. Su extensión  y consistencia es uno de los parámetros de calidad de un buen Habano. Si la fumada es constante nunca se le apagará, si es muy grande se calentará en demasía tomando fuerza en su sabor, si es muy lenta terminará por apagarse. Al finalizar este debe quedar en el cenicero, no debe oprimirse, y mucho menos tirarlo”.
Ocilia está fascinada con su oficio. De solo escucharla nos adentramos en ese mundo apenas conocido. Pero tiene una realidad, dura y difícil, y la hace regresar desde aquel ambiente de éxtasis visto a través de volutas.
“Mi padre falleció, fue duro, era como un patriarca. Ángel era su nombre y hacía honor a él, vino desde Guanajay hasta Cienfuegos, aquí comenzó de cero con la familia. Mi madre vive, o sobrevive encamada. Padece de diabetes, ahora descompensada, le amputaron una pierna, la cuidamos entre mis hermanos y yo, y es duro, muy duro. Siempre fue tan vital.
“Y la vida me ha negado el premio de tener hijos. Me refugio en el oficio, compartir la vida con mi compañero, siempre estoy espantando la tristeza, ese es un lujo, no me lo puedo permitir, tengo un camino largo para andar y he de hacerlo con dignidad”.
En verdad resulta una mujer fuerte, la observo, extasiada con su puro, la mirada profunda, como imaginando la manera de solucionar cada uno de los problemas cotidianos a enfrentar. Llegar temprano desde Caunao, barrio de la periferia de Cienfuegos, haciendo malabares con el transporte. De hablar pausado, educada, culta. Cuidando a su madre Claudina, quien fuera la maestra querida por sus alumnos; hoy apenas queda la huella.
“Estoy obligada a madrugar cada día, dejar un montón de cosas hechas y llegar al trabajo en tiempo. Pero siempre trato de estar calmada, eso también es fundamental para lidiar con la calidad, al ofrecer un dictamen, pues este puede afectar cierta vitola producida, o a otros colegas”.
Ocilia es una mujer común, cuantas veces la habremos encontrado en el afán por alcanzar la ruta 7 en la parada del parque Villuendas, sin apenas notarla; sin embargo, es toda una sommelier del tabaco, ese producto del cual nos ufanamos, símbolo de cubanía, cultura e identidad.
Se me antoja imaginarla en un diálogo con Don Fernando Ortiz, sentados uno frente al otro, en medio de animada fuma, él sosteniendo el bastón, ella con su eterna sonrisa de negra feliz, orgullosa de su estirpe, tomándole el sabor a las volutas.

 

“Las mujeres no tenemos límites”

“Las mujeres no tenemos límites”

Próxima a cumplir su aniversario 55, este 23 de agosto, la Federación de Mujeres Cubanas tiene entre sus prioridades la incorporación femenina a las diferentes formas de empleo. La entrevista a esta cienfueguera ofrece una mirada a las múltiples posibilidades que tienen las féminas para abrirse paso en la sociedad

  Experimentaba el placer del canto compartido. Se sentía dichosa al poder expresar el alma con la voz. La música, el coro, constituían sus grandes pasiones, hasta que eventualidades de la vida pusieron a prueba esa capacidad y hubo de encontrar otros derroteros a su fuerza creativa interior.
  Yolanda Fajardo Rodríguez conoce bien que la queja o el quedarse de brazos cruzados, de poco sirven ante la adversidad. Cantante coral durante décadas y hablante de varios idiomas, un día se vio obligada a cambiar el curso de su quehacer y lo hizo con determinación, sin miedos. Desde entonces se cuenta en la nómina de trabajadores por cuenta propia de la provincia, para su beneficio y el de la sociedad.

DE LA VOZ A LAS MANOS, OTRA FORMA DE GANARSE LA VIDA
 
  “¿Tornera?, ¿fresadora? Ni lo uno ni lo otro. Soy una atrevida, lo que hago es un desafío. He tratado de continuar la obra de mi padre, que era el talento: ingeniero mecánico, anirista, creador… Empecé por ayudarlo, allá por los años ’90, y cuando él falleció, en el ’98, saqué patente. Ya presentaba dificultades con la voz, por problemas de salud, y me di cuenta de que esto me daba más que ser cantante.
  “En aquella época una labor así parecía una cosa extraña, casi no había licencias y no era usual ver a una mujer trabajando en un torno o una fresa. Era raro y llamaba la atención. La mayoría de los inspectores dudaban de que fuera yo quien confeccionara las piezas. Tuve mucha presión al respecto, me vigilaban, me inspeccionaban, me cuestionaban…, hasta que fui felicitada por cada uno de ellos.
  “En ocasiones me veo ante retos muy grandes, extremadamente difíciles. Muchas veces logro vencerlos y eso me da tremenda satisfacción, porque generalmente son equipos sin solución en Cuba. Pero reconozco cuánto me falta por aprender. Cada pieza nueva me lleva a conocer un mundo de cosas diferentes. Descubro posibilidades, herramientas, recursos para hacerlas. También aprendo con todo profesional que se me acerca, me sugiere, me indica, me asesora de manera altruista y bondadosa…”, comenta Yolanda.
  Esta cienfueguera se dedica a la fabricación de piezas para electrodomésticos e incluso para equipos de alta precisión como microscopios, fotocopiadoras, impresoras, cajas registradoras, piñones para mezcladoras, equipos de audio, máquinas eléctricas de moler carne, lasqueadoras, procesadoras de alimentos y teatro en casa, entre otras.
“La mayoría son importados, por lo que hay demasiada variedad. De ahí mi regocijo al poder satisfacer las expectativas de quienes vienen a buscar ayuda. Trabajo en mi casa. Los aparatos son diminutos y muy primitivos, hechos por mi padre de una manera sencilla, para que yo pudiera operarlos también”, explica. (Yudith Madrazo Sosa)

ENTRE PREJUICIOS Y APTITUDES

  No resultaron poco los prejuicios que debió vencer Yolanda cuando comenzó su negocio, un desempeño atípico entre la población femenina. Tuvo miedo, pero lo dominó con tenacidad para abrirse paso en un universo, con frecuencia, hostil.
  “Al principio me asusté mucho cuando me vi sola en este quehacer. Realmente me urgía trabajar, cuidar a mi mamá, mi hijo de catorce años. Necesitaba mejorar mis ingresos. Por tanto, emprendí esto con manos y dientes, pues tenía que salir adelante. Llegué a hacer cosas que —luego descubrí— mi padre había hecho antes y yo no lo sabía. No lo hice con su perfección, pero lo logré y eso fue dándome valor, confianza en mí misma y la seguridad necesaria para continuar el trabajo. Y levanté la economía, no solo para mí, sino para toda mi familia.
  “El trabajo es rudo, sucio…; me he estropeado bastante las manos, no puedo usar uñas largas ni estar vestida de ‘mujer’, quiero decir, con ropas finas, tacones altos, como antes, pues esta labor requiere del uso de ropa vieja, que pueda estropearse, mancharse de grasa… Algunos hombres me miran extrañados cuando llegan a la casa y ven a una mujer detrás de la fresa. Pero cuando me tratan, se dan cuenta que no he perdido ni perderé jamás mi feminidad. Me encanta ser mujer y estas dificultades me han hecho crecer en la vida, ver las cosas de manera diferente. Como nunca más he podido hacer lo que amaba, le pongo mucha pasión a esto y eso me da ánimos para  mantener viva la tradición iniciada por mi papá.
  “A pesar de los espacios conquistados por nosotras en el ámbito social, queda mucho prejuicio todavía. Algunos no pueden entender que las mujeres somos capaces de emprender cualquier desafío y, de hecho, no tenemos límites para afrontar la vida. Somos valientes, competentes, tenemos un mundo de habilidades, capacidad creativa, imaginación, algo de lo cual muchas no se dan cuenta y por eso quiero exhortarlas a que no se amedrenten, enfrenten la vida y confíen en sus ilimitadas fuerzas.
  “La FMC otorga importancia a la incorporación femenina a todas las esferas de la sociedad. En mi opinión, toda labor, sea estatal o privada, es significativa, aporta al desarrollo, abre posibilidades. Considero vital el apoyo de la Federación a dicha participación y el incentivo para que las jóvenes inactivas accedan al empleo, así como para que las personas de mi edad, o mayores, que permanecemos en casa por cuidar a un anciano o por una dificultad familiar o de salud, tengamos la oportunidad de insertarnos en la sociedad y ser útiles. A mí el hecho de tener el negocio en la casa me da la posibilidad de combinarlo con el cuidado de mi mamá longeva. De otra manera, sería imposible hacerlo.
  Yolanda creció en un ambiente musical. Aprendió a cantar con su padre quien, además, era músico, tocaba el piano y la guitarra, instrumento que también confeccionaba. Pero el aliento de esa formación artística no abandona el desempeño actual de esta cienfueguera. “Trabajo con música, sobre todo la clásica, mi preferida. De lo contrario, no puedo concentrarme”, argumenta.
  ¿Satisfecha?
  “Sí. No es mi realización espiritual como lo era el canto, que representaba mi vida, cuanto me hacía soñar a pesar de las exigencias. No es así ahora, mi actual labor es mucho más material que espiritual, pero me da orgullo alcanzar metas altamente difíciles”. (Yudith Madrazo Sosa)

“Guamuhaya ¿sin ellas?”: un documental sobre la mujer rural

“Guamuhaya ¿sin ellas?”: un documental sobre la mujer rural

Ya en fase de postproducción se encuentra el documental Guamuhaya ¿sin ellas?, audiovisual de las realizadoras cienfuegueras Marleydis Muñoz Fleites y Laura Roque Valero, el cual tendrá su premier durante las jornadas del Festival El Almacén de la Imagen, en Camagüey, el próximo mes de septiembre.
A fin de retratar los conflictos vivenciales de la mujer rural, el proyecto lleva a la pantalla la historia de cinco féminas completamente diferentes, algunas vinculadas a la producción del café, otra al frente de una cooperativa agropecuaria, una joven ama de casa y una muchacha desempleada.
Muñoz Fleites explica que “se trata del primer documental grabado en la zona montañosa de la región centro sur de Cuba, lo que nos obligó a visitar más de diez asentamientos con el propósito de conocer bien de cerca las situaciones, experiencias y problemas de las mujeres en las comunidades rurales.
“Para el diagnóstico utilizamos un sicométrico a partir de la técnica Rotter, lo cual nos permitió ultimar el perfil sociológico y antropológico del material, sustentado también en la realización de entrevistas y grupos focales. De ahí que solo en el trabajo de campo invirtiéramos varios meses”.
La estética del producto cinematográfico, además de explotar la belleza del Macizo de Guamuhaya, busca acercarse al contexto de sus comunidades de la forma más objetiva posible. En tal sentido, trascendió el empleo de la Tercera Dimensión (3D), con el objetivo de reconstruir algunos lugares desde la perspectiva de las protagonistas del filme.
Esta iniciativa se desprende de una convocatoria realizada por el Grupo Voluntario Civil de Italia (GVC Onlus) que, de conjunto con la Asociación Hermanos Saíz (AHS), otorgan becas para la creación o conclusión de audiovisuales emprendidos por  jóvenes del Caribe.
Guamuhaya ¿sin ellas? resultó, finalmente, uno de los tres proyectos seleccionados en Cuba. En su producción participaron el fotógrafo Yariel Castillo, el editor Henry Pérez, el operador de cámara Aslam Castellón y la asesora Magda González Grau; en tanto la música original y postproducción corrió a cargo de Ariel Pernas.
Tras su estreno, el documental se insertará dentro de la Muestra de Cine Joven e incursionará en varios festivales internacionales. (Roberto Alfonso Lara)

 

Centro de Reproducción Asistida: Cuando el niño no viene de París

Centro de Reproducción Asistida: Cuando el niño no viene de París

En tiempos de bajas tasas de natalidad en el país, la satisfacción de madres, padres y el personal que labora en el Centro de Reproducción Asistida en Cienfuegos se materializa en la concepción de una nueva vida. Desde su apertura en diciembre del 2010, el centro ha atendido a más de dos mil 700 parejas infértiles de varias provincias de Cuba, con el propósito de concebir una familia
Desde cierta edad, la presión se siente. ¿Para cuándo "encargan"?, preguntan en la calle, el trabajo, en la casa, amigos, compañeros, familiares... Pero no existe una agencia donde se pueda hacer el pedido. "Entrega Express" cerró las puertas y despidió a las cigüeñas repartidoras desde que la ingenuidad cedió paso al conocimiento.
¡Y tantas condiciones deben confluir para la consecución de un embarazo!: el encuentro de óvulos y espermatozoides en el momento justo; radicales cambios del organismo de la mujer para albergar otra vida... Para muchas parejas, la concepción es una consecuencia natural de su amor; a otros, sin embargo y por desgracia, no les basta con amarse.
Unas 2 mil 800 parejas de Camagüey, Ciego de Ávila, Villa Clara, Sancti Spíritus y Cienfuegos han sido atendidas en el Centro Territorial de Reproducción Asistida enclavado en las instalaciones del Hospital Dr. Gustavo Aldereguía Lima, durante los últimos cuatro años.
En ese tiempo, han conseguido una cifra superior a los 500 embarazos y, de ellos, más de 300 alcanzaron un feliz término. "Todos no llegan al final: hay  mujeres  que  abortan,  o  tienen embarazos ectópicos. No obstante, uno ya es un logro, dice la Dra. Práxedes Rojas Quintana, su directora. Vuelven a incorporarse a la consulta y seguimos intentándolo, a menos que sean causas imposibles de resolver por nosotros".
Dra. Práxedes Rojas Quintana./Foto: DoradoLa institución fue creada para que "las parejas que tienen trastornos de la fertilidad, es decir, que tienen relaciones sexuales desprotegidas por más de un año y no se embarazan, puedan acceder a estudios, diagnósticos y tratamientos", explica.
"Claro, todo parte de los consultorios médicos de la familia. Luego, se remiten a consultas municipales, a centros provinciales y después, cuando no tienen poder de resolución allí, los envían acá", añade.
A Lidia Suárez Prieto (nombre ficticio de una paciente de 35 años), la trajo una amiga cerca de dos años atrás. "Hasta ahora me ha ido muy bien. Ya yo estoy terminando, a mí me faltan unos análisis para que la doctora me dé el turno de la inseminación in vitro".
Técnicas de baja y de alta complejidad se llevan a cabo en este Centro. Entre las primeras, declara la especialista, "cuentan inseminaciones intrauterinas o intracervicales, cirugías de mínimo acceso para el factor tubárico, se operan algunos miomas (fibromas) que tienen criterio quirúrgico...". Con respecto a las segundas, realizan, desde hace un año atrás, fertilizaciones in vitro, de las cuales ya observan algunos resultados, si bien apenas dan los primeros pasos.
"No es lo mismo que usted se embarace (por la vía natural), que cultivar embriones humanos y luego pasarlos al cuerpo, para ver si anidan. Es hacer todo el proceso que ocurre en el organismo femenino, a nivel de la trompa, en un medio externo, con condiciones que hay que crear, muy estrictas, para que esto se cumpla", señala Práxedes.
En Cuba, cuatro hospitales cuentan con servicios de este tipo: el "Vladimir Ilich Lenin", de Holguín; el "González Coro", de La Habana y el "Hermanos Ameijeiras", también de la capital. En el caso de los dos primeros, con iguales características que en el cienfueguero; el último, en tanto, se dedica solo a la "alta complejidad”, por haber sido pionero en aplicar tales procedimientos en el país y ofrece otras posibilidades, como la inyección intracitoplasmática de espermatozoides o la implantación de óvulos de una mujer en otra.
Entre las principales causas de infertilidad, la doctora  identifica los trastornos endocrinometabólicos, la endometriosis pélvica y enfermedades de transmisión sexual que dejan
huellas en las trompas.

COSA DE ¿DOS?

"Por regla general, cuando la mujer se autoachaca el problema, al hombre le cuesta participar del proceso, por eso esta es una consulta de pareja. Desde las primeras deben asistir los dos, ya sea de ella o de él la afectación. De todas maneras, involucra a los dos, porque si no están ambos: ¿cómo van a lograr el hijo?
“Sí se nota en algunos casos ese límite de es un asunto tuyo y no mío, pero una vez que uno les explica, el otro entiende y se implica. (...) El cubano  también  ha  adquirido  más cultura; antes no se acercaban ni a la puerta.
"Al principio están muy tensos. Por eso buscamos que haya privacidad. Son locales pequeños, pero cuando entran aquí, el personal no tiene  por  qué  comentar", apunta Rojas Quintana.
"Es un equipo multidisciplinario, muy profesional y dedicado. Esto depende de las menstruaciones de las mujeres y ¿cuándo cae la mujer con la menstruación? Cualquier día. Lo mismo tenemos trabajo los fines de semana, que empatas semanas y semanas y no puedes tener un diíta con la familia. No hay horario para detenerse a almorzar, ni para nada...".
Aquí laboran cuatro especialistas en Ginecobstetricia; una doctora en Laboratorio Clínico, la bióloga del equipo de reproducción asistida; cuatro licenciadas en Enfermería, tres en Laboratorio, y una en Psicología, además del informático, recepcionista, auxiliares de limpieza, administrador, etc.
Marilyn González Lima, licenciada en Psicología, juega un papel importante: "Cuando acuden al Centro se hace una evaluación psicológica integral de la pareja y de cada individuo. Insisto en la mujer porque suele ser más vulnerable, susceptible. En la mayoría de las ocasiones, ellas llegan ansiosas, frustradas, con baja autoestima, porque llevan años intentando concebir ese bebé y no lo logran.
"Se manejan tales síntomas con técnicas de relajación, de visualización. Propiciamos un ajuste de expectativas, pues a veces vienen seguras del éxito y, cuando no sucede, se frustran
y ¡sabe Dios cuántas cosas pueden pasarles por la mente!
"Ante  cualquier  alteración,  no  se inicia hasta que ellas no estén más equilibradas emocionalmente,  porque el proceso, por sí solo, ya genera ansiedad. Enfrentarán algo que no conocen. Se les explica, se hace el consentimiento informado y a partir de ahí se acompañan.
"De igual manera trabajo con los especialistas,  porque se sobrecargan, se estresan. Hacemos terapias grupales, pero también nos sentamos después de un día arduo y nos reímos de cosas sin importancia. Por lo menos pasamos un rato agradable y liberamos tensiones".
Carmen Quintero Caballero, enfermera poseedora de vastos saberes en el ámbito de la Maternidad (y la paternidad, pues ese campo está relacionado con traer niños al mundo)
describe su experiencia: "lo más difícil: tener que decirle a una pareja, a una familia, ‘no se puede’, por diferentes causas. Lo más bonito: muchos se van con la satisfacción de cumplir su sueño. A otros, aunque no lo cumplan, tratamos de encaminarlos hasta donde podamos. La mayor alegría que se vive aquí es que venga una y diga que está embarazada. Todo el mundo corre a ver el ’granito de arroz’, a sentir los latiditos... Tratamos de que nos salga bien, lo ha cemos con todo el amor del mundo".
No importa cuántos intervengan en su llegada al mundo; tampoco que no sea "francés". Un bebé en los brazos de sus padres, solo eso interesa. (Taylí Sánchez, de CINCO de Septiembre)

Celebrado en “Pepito Tey”, acto provincial por el 8 de Marzo

Celebrado en “Pepito Tey”, acto provincial por el 8 de Marzo

Por Mercedes CARO NODARSE

  El tercer mes del año nos llega dejando atrás las frías noches del invierno cubano, con sus frescas tardes y nublados amaneceres. Así de benévolo nos resulta esa estación en Cuba. Arriba marzo y con él una de las celebraciones más importantes: el Día Internacional de la Mujer, a escasos ocho jornadas de su inicio. Marzo con su candidez y calidez, porque el influjo de las féminas cienfuegueras estuvo presente en el Consejo Popular Pepito Tey, perteneciente al municipio de Cienfuegos, capital de la provincia de igual nombre, el cual resultó sede de la festividad.
  No por sencillo perdió emotividad la conmemoración. Las voces de las mujeres retumbaron en el círculo social de la comunidad al recibir las jóvenes arribantes a la edad de 14 años, su carné como miembros de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), organización que agrupa en la Isla a más de 4 millones dentro de su membresía.
  Y es que el protagonismo de las cienfuegueras ha sido, es y será vital en el proceso del desarrollo económico, científico, político y social, por lo que el fruto de sus acciones se transforma en paradigma fehaciente para seguir adelante, en la preservación de los principios y de las conquistas alcanzadas a lo largo de la historia.
  Por ello, el homenaje a quien tanto ha hecho por la organización de masas en la provincia y una luchadora incansable, Lutgarda Balboa Egües; de igual manera, a la doctora Gloria Lara Calderín, Heroína del Trabajo de la República de Cuba; además,  el reconocimiento a otras destacadas en sus funciones laborales en los distintos sectores y centros del Consejo Popular, así como a un grupo de compañeras por su accionar en el mismo.
  Rodrigo Rodríguez Sanabria, miembro del Buró Provincial del Partido Comunista de Cuba en Cienfuegos, refirió durante su intervención el innegable incremento, progresivo y sostenido, en la promoción de las féminas a los cargos de dirección, a partir de sus méritos, resultados, y cualidades.
  “No puede escribirse la historia de un país sin la impronta de la mujer. La idea de un día internacional surgió al final del siglo XIX, que fue, en el mundo industrializado, un período de expansión y turbulencia, crecimiento fulgurante de la población e ideologías radicales. Más de cien años de lucha por los derechos de ustedes al voto, a la igualdad de oportunidades para ejercer cargos públicos y el derecho al trabajo. (…) Compartimos la dicha de tener una Revolución que las reivindicó y las ubicó en los sitiales más importantes”.
  Asistieron al acto, autoridades del Partido y el Gobierno en la provincia, de la FMC y CDR, y una representación de destacadas federadas del municipio cabecera.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Desde Cienfuegos, hermoso gesto para Gema, la hija de Adriana y Gerardo

Desde Cienfuegos, hermoso gesto para Gema, la hija de Adriana y Gerardo

Un bonito gesto tuvieron los integrantes del colectivo del Atelier infantil Chavela, en la ciudad de Cienfuegos, tras concebir y confeccionar una canastilla para Adriana Pérez, la esposa de Gerardo Hernández, uno de los Cinco Héroes, quienes hoy, 6 de enero, tuvieron la enorme dicha de recibir juntos el nacimiento de su hija Gema.
Al decir de Lorena Pérez, jefa de taller y principal promotora de la iniciativa, el regreso a la Patria de los antiterroristas cubanos (Gerardo, Antonio, Ramón, Fernando y René) tocó el corazón de la mayoría de los cubanos y en especial el reencuentro de la pareja, con una historia de amor tan conmovedora, que al fin lograron materializar su sueño. Ese fue el principal resorte, dice, para sumarse, modestamente a esa felicidad.
“La idea surgió espontáneamente entre el colectivo –refiere la joven. Todos se entusiasmaron tanto, y pusieron el máximo de empeño para que cada pieza hecha, al estilo de la tradicional canastilla cubana, saliera con una calidad extrema”.
Además del valor utilitario, explica Lorena, el conjunto entraña un tremendo simbolismo, pues está el detalle alegórico de Los Cinco; ese es el número de patas en el moño del mosquitero, e igual cifra de palomas bordadas encargadas de velar por el sueño de la recién nacida.
Y concluye “Yo pienso que Gema no va a ser solamente de Adriana y Gerardo, esta será una niña de Cuba y el mundo. Estoy segura de que todo buen corazón en este país y en el resto del planeta estará pendiente en lo delante de este feliz suceso por venir”.
Representantes de la Federación de Mujeres Cubanas en Cienfuegos y la nación se encargaron de hacer llegar a Adriana la valija con el preciado contenido.